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Los testimonios de los vecinos de los barrios más occidentales de Valencia se empeñan en llevar la contraria al Ayuntamiento, que asegura que no ... hay ningún problema de ratas en la zona. Los datos parecen, también, incidir en esta situación: en el distrito de Olivereta se han doblado en un año, al pasar de 2 en diciembre de 2021 a 4 en el mismo mes de 2022. Puede parecer que no son muchas, pero para quienes viven en el día a día de esta problemática, son demasiadas.
Como para María, que vive en el barrio de la Luz, en la zona de Alejandro Voltá y Cortés de Arenós. Su piso está en un segundo y tiene la mala suerte de que una palmera crece junto frente a la terraza. Y es ahí, de ese árbol, de donde salen las ratas. «He encontrado sus excrementos en el suelo y en una maceta que tengo hacían agujeros en la tierra», comenta María.
Por eso, ha colocado varias trampas contra roedores. «En una de ellas el queso estará hasta añejo», bromea. Esta misma semana, gracias a la lluvia, pudo detectar las huellas de los animales en el suelo. «Deben ser enormes porque en una trampa que tengo ni siquiera caben», lamenta. Además, asegura que no es la única vecina del barrio que las ha visto.
«Tengo una conocida que vio una que parecía un gato o un conejo de lo grande que era», dice María, sin exagerar. O eso dice ella. Explica que los problemas llegan incluso a que no pueden abrir las ventanas por miedo a que los animales entren en los domicilios. Puede no parecer un problema demasiado grave, sobre todo en invierno, pero María no entiende por qué ella no tiene derecho a ventilar su casa como todos los demás vecinos.
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Además, esta residente en el barrio de la Luz explica que ha protestado ante el Ayuntamiento y ante los operarios del servicio de Jardines, que le dicen que no pueden hacer nada. «Ellos dicen que hacen lo que les mandan, y si no les mandan cortar las palmeras...», lamenta. Asegura que ella ni siquiera se ha planteado cortar las palmas «porque está prohibido», pero exige al Consistorio que tome medidas para evitar la entrada de roedores en los domicilios, donde han llegado a mover las bolas de veneno o a morder zapatillas y otras prendas de ropa.
No es la primera vez que un barrio del oeste de Valencia sufre este problema. Hace unos meses, en la Fuensanta se vivió una situación tal que el Consistorio puso en marcha un plan especial de limpieza y desratización para aliviar el día a día de unos vecinos que vivían con las alcantarillas cubiertas para evitar la salida de los roedores o con los chillidos de las ratas dentro de las paredes. La ubicación del barrio, cerca del río, hace que haya cámaras de aire en los edificios, donde los roedores se cuelan y prosperan al estar protegidas de los humanos y del mal tiempo.
El portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner, ha lamentado que la plaga de ratas «sigue descontrolada en la ciudad de Valencia después de muchos años de desidia por parte del gobierno de Ribó». «Pedimos que el nuevo contrato se formalice de una vez por todas para poder abordar el problema de las ratas de forma seria», ha exigido: «Y esperemos que esta vez sí, el contrato se gestione correctamente y podamos poner punto final al problema de las ratas que sufren los vecinos de la ciudad».
Así, ha criticado la gestión del equipo de gobierno y ha recordado que el anterior contrato se prorrogó durante un año más «a pesar de que era obviamente deficitario, cuando lo normal habría sido tener el nuevo preparado nada más venciera el anterior», ha considerado. «Los vecinos del barrio de La Luz y otros muchos como la Fuensanta, Alameda o Beteró no tienen por qué aguantar todo esto», ha continuado Giner. «Todas las veces que hemos venido a visitarlos, la queja ha sido la misma. Y cada vez que hemos llevado una solución a comisión o pleno, el equipo de gobierno la ha tumbado», ha lamentado.
En este sentido, ha apuntado que hasta ahora Valencia solo invertía 50 céntimos por habitante para el control de plagas, cuando otros lugares como Barcelona dedicaban 1,3 euros o Alicante 1,6. «En definitiva, una inversión totalmente insuficiente que luego se ha traducido en un sinvivir para los vecinos de ciertas zonas de la ciudad», ha indicado, al tiempo que ha recordado que la formación ya consiguió que se aumentara el presupuesto un 30%. «Pero aun así, seguimos a la cola de otras ciudades. Por eso, lo que pido es que entre en vigor de una vez por todas el nuevo contrato, que es más necesario que nunca», ha finalizado.
Y, del mismo modo, ha remarcado que el problema de las plagas «tiene mucho que ver con la falta de poda». «No lo digo yo, lo dicen los vecinos e incluso los técnicos municipales, que cuando fueron a analizar el problema al barrio de la Fuensanta lo dejaron bien claro: el abandono de la vegetación urbana es el caldo de cultivo perfecto para las ratas, que hasta pueden usar las ramas de los árboles para entrar en las casas», ha finalizado.
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