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Dos horas de espera diaria en El Palmar para coger el bus que lleva a Valencia

Dos horas de espera diaria en El Palmar para coger el bus que lleva a Valencia

«Hay gente que hace autostop en la carretera harta de que no llegue ninguno»

Paco Moreno

Valencia

Martes, 10 de diciembre 2019, 14:40

«Es una auténtica desvergüenza», responde una vecina de la Devesa de El Saler sobre la frecuencia de paso de la línea 25 de la EMT, que el pasado sábado protagonizó un motín de usuarios debido al paso continuo de autobuses con el cartel de completo.

Y lo que ocurre en esta parte de la Albufera no es nada comparado con el servicio que reciben en El Palmar de este medio de transporte público. «Hay gente que se pone a andar en por la carretera harta de esperar», asegura una residente de esta parte del parque natural. «Hasta dos horas de espera es demasiado y eso pasa con mucha frecuencia», dice.

No es que eso sea producto de un retraso, ironiza. «Es así como está establecido en las frecuencias de paso habituales». El problema se agrava cuando los usuarios que quieren ir a El Palmar se confunden y suben a uno de los autobuses que no se desvían y llegan hasta El Perelló.

«Se bajan en el centro del Racó de l'Olla y echan a andar tres kilómetros por una carretera que carece de arcén ni alumbrado en muchas zonas. Es un auténtico riesgo y ante eso no queda más remedio que coger el coche. No hay alternativa», afirman desde esta pedanía.

Hasta el próximo 31 de diciembre, los horarios de salida establecidos desde El Palmar son de dos horas aproximadamente, mientras que desde El Perelló se reduce hasta una franja que supera por poco la media hora, siendo lo normal unos 40 minutos entre un autobús y otro. La situación vivida el sábado coincidió una fuerte jornada de ventas comerciales por la proximidad de las navidades. Fuentes sindicales indicaron que la única solución es el refuerzo de servicio y una mejor planificación. Alrededor de 400 personas formarán la bolsa de trabajo del próximo año, donde la EMT echará mano para contratar conductores. «No sabemos todavía cuántos será, pero es obvio que faltan esa línea», añaden.

En cuanto a la planificación, aseguran que las validadoras ofrecen con las nuevas tecnologías toda la información posible sobre la afluencia de viajeros, de tal manera que «es posible anticiparse a picos de demanda tan fuertes como lo sucedido el pasado sábado».

Desde la Federación de Vecinos, la vocal de Movilidad, Tania Cortés, señaló que «seguimos con un servicio de transporte público deficitario, con esperas excesivas. El Ayuntamiento debería poner los medios necesarios para que los tiempos de espera sean menores a los actuales». Comentó que «por supuesto, apoyamos las reivindicaciones vecinales de los usuarios de la línea 25».

El concejal de Ciudadanos Narciso Estellés señaló sobre los problemas de las pedanías de la Albufera que «cada vez que se habla de la trama familiar de Ribó con la EMT y se pide justificadamente el cese de Grezzi, el alcalde pone cortinas de humo alrededor de un supuesto buen funcionamiento de la empresa en cuanto al servicio que presta. Pero la realidad dice que Ribó no sólo miente con lo del cuñado».

En su opinión, lo que ocurre los fines de semana es el «fracaso histórico de mantener frecuencias inasumibles a toda costa. Además, como agravante, cuando hay una cierta intensidad de pasaje en algunas zonas de la ciudad, o desvíos por carreras o actos, como no se prevén refuerzos suficientes y se quedan coches sin salir de cocheras, los completos se multiplican y las frecuencias empeoran. Eso lo notan los valencianos con el lógico enfado».

«El caso de la línea 25 es más recalcitrante aún de lo que pasa los fines de semana, puesto que no ha dejado de tener frecuencias impopulares y completos desde prácticamente su puesta en marcha. Ya desde 2017 la situación incluso ha ido a peor. Desde Ciudadanos hemos reclamado muchas veces mejores frecuencias y autobuses, así como el fin de los completos sucesivos», añadió el concejal.

La empresa Herca prestaba servicio hasta el pasado 9 de septiembre en la línea Valencia-El Perelló-Mareny Blau, por lo que su supresión ha supuesto un perjuicio para los usuarios de esta última localidad, perteneciente a Sueca. La línea 25 llega hasta El Perelló, donde da la vuelta para regresar por la carretera de El Saler al cap i casal.

Las quejas de los usuarios arrecian tras el debate sobre la transformación de la autovía de El Saler, la CV-500, en un bulevar ajardinado con dos carriles en la calzada. La propuesta nacida de un estudio de paisaje está abandonada debido al rechazo vecinal, aunque las asociaciones y plataformas principales de residentes, hosteleros y agricultores han presentado alegaciones.

«La continua invasión y transformación obsesiva de la CV-500 por parte de los gobiernos de Compromís y PSPV, estrangulando y colapsando esta vía clave, no ayuda en nada a facilitar la circulación de la línea 25 ni a cumplir con las frecuencias de paso prometidas a los usuarios», opinó el edil Estellés sobre esta propuesta abandonada.

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