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Ni con la Senyera sentimental ni con esa camiseta casi ridícula sin escudo con la que llegó a jugar hasta la ida de las semifinales, jugará de blanco total como en las finales de Copa del 67 -que ganó-, 71 y 72 -ambas perdidas-; de ... visitante porque el Betis merece la condición de local por antigüedad; con el aliento de la afición blanquinegra empujando desde el Fondo Norte de La Cartuja (donde metió el Piojo el tercer gol al Atlético de Madrid en la del 99); y al final con 20.800 almas que sólo querrán ver a Gayà levantando el Trofeo para no pensar en si ha valido la pena o no gastarse el dinero en su entrada: entre 30 y 222 euros.
El Valencia ya tiene dibujado con trazo grueso cómo va a ser ese sábado 23 de abril. La famosa pelea por las entradas ya ha comenzado. La iniciaron este martes mismo los presidentes de ambos clubes pero terminó casi a los pocos instantes de arrancar, justo cuando se reunieron a solas con Rubiales. Ángel Haro y Anil Murthy fueron con el mismo ánimo a Madrid, el de pedirle a la Federación Española más porción para repartir.
No hizo falta tensar el asunto y hasta sobró la presión mediática, porque Rubiales lo tuvo claro desde el primer momento. En realidad, ya lo había decidido mucho antes y con ese ánimo asistió al encuentro, porque así se lo trasladó a los diferentes responsables federativos en las reuniones de trabajo celebradas los días previos: Valencia y Betis se merecían un gesto magnánimo y de esta forma los dos clubes pasaron de las algo más de diecisiete mil (el 33%) que les correspondía por acuerdo inicial a las casi veintiún mil (40%) que deberán a partir de este momento gestionar para su distribución entre sus incondicionales. En la final del Villamarín hace tres años, con una capacidad algo mayor, al Valencia le correspondieron poco más de veinticuatro mil plazas.
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Y esa última cuestión, la de la repartición, es otra parte del asunto que siempre despierta algo de debate, el quién lo merece y quién se acaba quedando fuera. Todavía el Valencia no ha decidido de manera oficial el sistema que va a emplear, aunque se da por hecho que repetirá el guión de la última final, cuando dio valor a la condición de socio, a la antigüedad del carnet y a la asistencia asidua a Mestalla de esos 32.000 abonados con los que cuenta en la presente temporada. Se acabaron pues esas imágenes poco saludables de largas colas en los aledaños de Mestalla durante varias jornadas con el ánimo de hacerse con una entrada. Otra cosa será también cuántas concede el Valencia, por ejemplo, a las peñas, ahora que ya no hay convenio.
La Federación Española asumió en esta reunión del martes y cuando se iba a hablar de esta sensible cuestión de las entradas, su propio censura: del 33 al 20%. La Cartuja tiene una capacidad básica de 57.619 espectadores pero para distribuir el ansiado pastel hay que tener en cuenta que la Junta de Andalucía se queda algo más de dos mil y otras 2.500 butacas aproximadamente son las que se eliminan de la ecuación para, entre otras cosas, satisfacer cuestiones de seguridad.
Por lo tanto, sobre algo menos de 52.00, el Valencia y Betis tendrán cada uno esos veinte mil respectivamente que por supuesto se pueden quedar algo cortas, teniendo en cuenta la pasional idiosincrasia de ambas 'familias', además del hecho de que la andaluza se ahorra el coste del viaje hasta la capital hispalense. Aún a pesar de que los precios de los hoteles de Sevilla se han disparado con precios desorbitados y que los efectos de la crisis pueden acusarse en el bolsillo de las familias, el reto de cubrir el cupo se presenta ahora lógicamente para la afición valenciana, desencantada con la evolución liguera pero consciente que la vía de entrada a Europa está ahora entreabierta.
160 países acogerán la señal de televisión de la final en directo, la más seguida de la historia a nivel internacional. Nunca antes se había ofrecido una final de Copa en tantos países.
Entrenamiento previo No entrenó el Valencia en el Benito Villamarín en 2019 pero ahora sí deberá hacerlo el viernes, día previo a la final, en La Cartuja. Así está estipulado por escrito. El Betis elegirá primero qué horario: si las 18 o las 20 horas.
Diversidad funcional Se han querido cuidar los detalles y tener en cuenta a las personas que por su condición necesiten una atención especial. Por eso, cada club recibirá igualmente un paquete de entradas de diversidad funcional para sus seguidores.
Partido, a las 22 horas Ya está decidido el horario del partido del 23 de abril. Será a las 22 horas (ofrecida por Mediaset), lo que en el caso de que hubiera penaltis y prórroga provocaría que muchos que regresen de noche se les alargará la jornada.
Configuración total Hasta el viernes no se sabrá exactamente la composición de los sectores de entradas. Las más baratas son casi cinco mil y tienen visibilidad reducida. El Betis, por cierto, jugará: camiseta verdiblanca y pantalón y medias negras.
A menos pues de mes y medio para que se dispute la final copera, el escenario ha quedado ya totalmente decidido a la espera eso sí de la firma protocolaria que todas las partes deberán rubricar este viernes. Para esa nueva cita en Madrid, a la que tienen que asistir tanto Haro como Murthy, se espera que el presidente valencianista tenga ya el visto bueno de Peter Lim.
Y es que, el apunte que sorprendió en Madrid -encuentro al que asistieron también los presidentes de las Territoriales implicadas, en este caso Salvador Gomar por la Valenciana- fue el reconocimiento por parte del dirigente blanquinegro que debe trasladar toda la información para su posterior aprobación a Singapur. Así pues, Peter Lim todavía tiene que dar el visto bueno a una cuestión que si algo despierta entre la afición es sentimiento.
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