El banquillo del Valencia, una incógnita absoluta

La etapa de Rubén Baraja en el Valencia ha llegado a su fin, de momento. Un punto y a parte. Porque como bien es sabido, la leyenda valencianista firmó hasta final de temporada. Con el único propósito de salvar al equipo del descenso. Una vez conseguido el objetivo, llega la incógnita de qué va a pasar en el banquillo de Mestalla y la duda de quién se sentará en él para el primer partido de la próxima temporada.

El club tiene en gran estima a Baraja y se da por bueno el trabajo del vallisoletano. 17 jornadas al mando en las que consiguió más puntos que su antedecesor, cogiendo al equipo en una posición muy delicada y sacándolo del pozo pese a no haber practicado un fútbol muy llamativo. Efectividad y resultados ante todo. Pese a que el objetivo se ha cumplido, no se consiguió de la forma holgada que se esperaba y se ha tenido que sufrir hasta el final, como único pero que se le pone al trabajo de Baraja.

Se valora su espíritu valencianista y también el hecho de que ha sabido arriesgar —y acertar— a la hora de dar oportunidades a jugadores del filial como Javi Guerra, Diego López o Alberto Marí, que han sacado las castañas del fuego con goles que han servido para sumar puntos cruciales a la hora de sellar la permanencia.

Pero lógicamente es importante saber si Baraja es el hombre que quiere Peter Lim para liderar su proyecto. Porque una cosa es una emergencia y otra una planificación a largo plazo. Otro año sin pisar Europa alargará la austeridad del club, con las consecuencias que eso tendrá en la plantilla. A día de hoy, el Valencia admite que con el técnico o su agente no ha habido ninguna toma de contacto todavía. Ahora que la salvación ya está conseguida, no queda más remedio que sentarse.

Porque las partes tendrán que estar de acuerdo. Que el Valencia quiera que Baraja siga y que el Pipo desee continuar. Porque el asiento de Mestalla está muy codiciado y habrá pretendientes. También cumplió el objetivo y con creces Bordalás y acabó saliendo. En el Valencia de Meriton todo puede pasar. Y las incógnitas reinan por encima de todo. Un poco de estabilidad no vendría mal, pero hay que valorar todas las opciones.

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