El mal camino del Valencia

¿Cuántos jugadores están a la altura del Valencia? En una plantilla cogida con pinzas, sólo hay un bloque de futbolistas titulares. Y nada más. Al irregular arranque de temporada del club de Mestalla se le sumó el miércoles un indigno partido ante un equipo de Tercera. Javi Gracia apostó por la segunda unidad y ésta desnudó la inexistente planificación deportiva. A la espera de la siguiente ronda de Copa, mañana el equipo blanquinegro se enfrenta al Barcelona y aquella goleada en la época de Neville todavía escuece.

Desde la lesión y posterior marcha de Garay, el Valencia no encuentra seguridad atrás. Gracia reza para que Paulista no se lesione. Mangala no está a la altura y Diakhaby tampoco ofrece la contundencia que se espera de un central, aunque lo de las manos y los agarrones absurdos al menos los ha dejado el francés en el pasado. Guillamón no convencía de inicio al cuerpo técnico, pero aprovechó su oportunidad. Su sangre fría y personalidad le han servido para ganarse un puesto que tuvo que dejar por una lesión muscular. Espera Gracia recuperarlo pronto: ayer el de L'Eliana no se entrenó y es duda para el choque frente al Barcelona. Le queda por crecer a Guillem Molina, que no olvidará su triste debut en el Valencia: no tuvo su tarde el chico, jugó 53 minutos pero fue expulsado con una segunda amarilla muy rigurosa.

Jason no encaja en el Valencia. No importa si sale de inicio o como teórico revulsivo. No hay manera. El cuerpo técnico confiaba en las posibilidades del futbolista después de la más que aceptable actuación que tuvo en el Getafe de José Bordalás la pasada campaña. Tras su cesión, regresó al club de Mestalla donde en pretemporada se le presumía iba a tener un papel importante. Pronto se vio que no iba a ser así. Una joven perla llegada del Arsenal, Yunus Musah le adelantaba por la izquierda, y nunca mejor dicho. El chaval imprimió velocidad y descaro desde aquella primera actuación frente al Levante. Y menos mal que está, debe pensar Gracia. La situación de Jason preocupa, si no quiere frenar su carrera, debería salir cedido para revalorizarse. Al Levante, aunque allí también funcionó, no parece que vaya a ir.

Gameiro, Cillessen, Sobrino y en cierta medida Cheryshev son esos jugadores experimentados, en su mayoría con los salarios más altos, que deberían equilibrar a una plantilla joven como la del Valencia. Sin embargo, por diferentes motivos, ninguno acaba de encajar. El delantero francés ya no es el que marcó en la final de Copa, más allá de las lesiones y el guardameta titular de Países Bajos vio cómo el suplente de Neto le ganaba el puesto en portería antes de su operación. El ruso es de chispazos, pero su aportación no es continua. Caso diferente es el de Sobrino que apenas cuenta con minutos aunque Gracia siempre destaca su buena actitud.

Su futuro más inmediato no corre peligro. En principio. El entrenador navarro puso su cargo a disposición del club pero éste no está dispuesto a desembolsar una millonada por la libertad al Valencia. Ni viceversa. Al entrenador se le achaca la falta de alternativas tácticas. Él se pregunta dónde estará ese centrocampista de corte defensivo que pueda contener el juego en un cambio de sistema, por ejemplo. En Terrassa, quiso darle la oportunidad a los más jóvenes para que los habituales descansasen antes de una semana intensa. Al final tuvo que tirar de los Soler y Guedes. Cambios que por cierto, fueron tan tardíos que la reacción llegó al filo de la prórroga lo que obligó a acumular más minutos a los futbolistas. Por otra parte, desde que estalló la crisis con Murthy y quizás fruto de la decepción, se le ve gris, apagado. El miércoles mismo, desde la banda y mientras el Terrassa ponía entre las cuerdas al Valencia, deambulaba por el área técnica con las manos en los bolsillos.

El entrenador blanquinegro dijo que sólo espera que en enero la plantilla no «empeore». Sin apenas contacto con Anil Murthy y con un Corona con despacho en Paterna pero cuyos informes terminan en alguna montaña de papeles, Javi Gracia no confía en recibir ninguna incorporación en el mercado de invierno. Tampoco quiere promesas que se esfumen como ya le ocurrió en verano. El presidente del Valencia ya no hizo referencia alguna a llegadas en la pasada junta, sólo incidió a la Academia. A algunos de sus integrantes, por cierto, tuvo la oportunidad de verlos en directo frente al Terrassa, pero no estuvo. Uno de esos futbolistas criados en Paterna, Kang In, no tiene asegurada su continuidad en el club de Mestalla. Otra perla que parece que va a hacer las maletas como ya hizo Ferran Torres.

Si el Valencia hubiese remontado o no al Getafe de Bordalás en Copa el año del centenario con un Mestalla vacío nunca se sabrá. De lo que sí hay muestras es de que la afición es esa que da el sacudido necesario al equipo que sale dormido, algo demasiado habitual esta temporada, dar la palmadita en la espalda al chaval de la cantera que se pone nervioso o alentar a los Paulista, Soler, Gayà, Racic, Vallejo o a un Guedes que sale para remontar un partido por el esfuerzo. Por cierto, de los nervios debe estar Meriton sólo de pensar que la vuelta del público al fútbol llegará más pronto que tarde.