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Maxi Gómez celebra tras marcar uno de sus goles EFE

Menos mal que Maxi Gómez tiene su día feliz

El uruguayo marca 125 días después para certificar la salvación de un Valencia plano, dominado en el juego por el Valladolid

Domingo, 9 de mayo 2021

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Muchos bares intentaron ganar afiliación con la hora feliz. Durante sesenta minutos las copas eran más baratas. Fiesta. A Maxi Gómez le bastaron tres minutos para pasárselo en grande. Un gol a punto de que el árbitro pitara el descanso y otro a ... los tres minutos de iniciarse la segunda mitad. Festival. El uruguayo había cambiado de trabajo. De cazagoles había pasado a ser un jornalero. Correr, presionar, incordiar, pero de espaldas a la portería. Pero 125 días después la lluvia acabó con la sequía. Con su fortuna tranquilizó al Valencia, que certificó su triunfo con un tanto de cabeza de Correia cuando moría el choque. Con la victoria se certifica virtualmente la permanencia en Primera División. Tan triste como necesario. Con Voro en el banquillo, nuevamente salvador. Los tres puntos, eso sí, no pueden esconder un partido plano del conjunto blanquinegro, muy parecido a los sufridos con Javi Gracia. En muchos momentos del encuentro el Valladolid era el dominador del juego. Parecía que al Valencia no le iba nada. Pero, claro, al final la calidad se impone. Contar con Gayà, Guedes o Maxi Gómez tiene que notarse. En este caso ocurrió para conseguir la victoria.

Voro respetó la última alineación de Javi Gracia. Tres centrales para resguardar a Cillessen. El único perjudicado fue Racic, que dejó su puesto a Kang In. Algo más de creación, con el surcoreano caído a banda derecha y Guedes la izquierda. En la sala de máquinas se las arreglaban Wass y Carlos Soler. Le sirvió para, por fin, dejar su portería a cero porque fútbol se creó entre poco y nada. Tanto que pasados treinta y cinco minutos de partido, la posesión del balón era bastante superior para el Valladolid. Parecía que se jugara en Pucela, con el Valencia a verlas venir, en la búsqueda de un contragolpe mortífero. Y finalmente ocurrió con una internada por la banda izquierda de Gayà, Wass buscaba un taconazo imposible y era Maxi Gómez el que acertaba. Tampoco era muy difícil el remate, pero no falló. Antes de eso, poco, muy poco. Una doble ocasión del Valladolid al inicio, con disparos de Jota y Olaza que sacaba con oficio Cillessen y un chut de Guedes que se iba alto. Poco bagaje.

Valencia CF

Cillessen; Correia, Guillamón, Gabriel Paulista, Diakhaby, Gayà; Wass (Oliva, '85), Carlos Soler (Jason, '85); Kang In Lee (Racic, '65); Maxi Gómez (Gameiro, '77) y Guedes (Cheryshev, '77).

3

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0

Real Valladolid CF

Masip; Janko (Kodro, '70), El Yamiq, Javi Sánchez (Kiko Olivas, '70), Olaza; Alcaraz (Hervías, '58), Roque Mesa, Míchel (Kike Pérez, '70); Jota (Marcos André, '58), Óscar Plano y Weissman.

  • GOLES Maxi Gómez ('45+1), Maxi Gómez ('48) y Thierry Correia ('88).

  • ÁRBITRO Jesús Gil Manzano.

La segunda mitad estuvo algo más animada. Por obra y gracia de Maxi Gómez, con su segundo tanto. Todo concentrado en el tiempo. En esta segunda opción el asistente era Carlos Soler, que con un toque sutil dejaba el balón franco al uruguayo para que batiera a Masip. Las pulsaciones descendían vertiginosamente. Pero el tufillo del partido no cambiaba. El dominio del juego era siempre del Valladolid. Voro no ha conseguido arreglar en una semana la somnolencia del equipo. Nadie es capaz de descifrar a qué juega. Si busca dominar el balón, si prefiere el contragolpe, si presiona arriba, si aguanta atrás. No hace nada de todo ello. Se dedica a verlas venir y a tirar de la calidad de sus futbolistas para poder superar a conjuntos como el Valladolid, desahuciado en la clasificación y que peleará por mantenerse hasta el final. Ahora hay que esperar que la propiedad -si Meriton continúa en su puesto- acierte con el nuevo entrenador. Porque lleva una rachita buena. No es tan difícil. Es buscar un perfil Marcelino y lo tienes hecho. Pero la sombra de Jorge Mendes siempre es alargada y no es de extrañar que quiera colocar a algún amiguete. Y el superagente suele convencer fácil al magnate de Singapur. El próximo Valencia debe tener personalidad. Debe retornar a sus raíces, a ese 'bronco y copero' que tantos éxitos le ha reportado. Con carácter, con buenos futbolistas y una aceptable dirección los éxitos pueden llegar. Pero con Lim en Singapur y Murthy en Valencia suele ocurrir justo lo contrario de lo que debería ser. Triste.

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A todo esto, el partido no había acabado. El Valencia dominaba en el marcador pero no en el juego. El Valladolid la tuvo en un chut de Óscar Plano. Voro se quiso resguardar y dio paso a Racic por Kang In para retornar al último once de Javi Gracia. Pero la siguiente ocasión clara también era del Valladolid, pero Marcos André no acertaba en un remate. Por momentos los pucelanos fueron yéndose del choque. Se veían incapaces de lograr un tanto que les insuflara ánimos. Y de repente Cheryshev, que había accedido al campo minutos antes, centraba desde la banda izquierda y entre la maraña de futbolistas aparecía Correia para marcar de plancha. Cabezazo impecable. Se ponía fin a una racha de tres jornada sin ganar en Mestalla y seis en total sin una victoria. Y con la portería a cero. La cuadratura del círculo. Salvación certificada y ahora a acertar con el nuevo proyecto del Valencia.

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