Valencia y Getafe no saben jugar partidos normales

Barça y Madrid ya no son los únicos que disputan un clásico. Los duelos entre Valencia y Getafe ya también lo son. Quién lo diría hace unos años. No porque resplandezca el fútbol, sí por la intensidad, la pasión y porque ocurren cosas casi paranormales. Batalla y polémica. Desde el error de Hugo Duro y el tanto de Rodrigo en la inolvidable eliminatoria de cuartos de final de la Copa al empate de ayer casi en el minuto 100 después de que los madrileños remontaran el choque en un suspiro. Iker Jiménez ya prepara un programa especial. No sólo se consiguió un punto, por fin se vio al Valencia de siempre. Es de esos días en los que la afición se marcha a la cama orgullosa de su equipo. Ya era hora. El Getafe es esa vitamina necesaria. Todo ello sin un minuto en el campo de Guedes. Otro caso sin explicación científica.

El nuevo fútbol jamás se acaba en el minuto 90. Eso pasó a la historia. Ahora se entra casi en horario golfo para dilucidar los partidos. Y eso que el Valencia sufría en este inicio de temporada con los jugadores aún fríos. Goles tempraneros. Ayer en Mestalla fue todo al revés, aunque el Getafe pudo mantener la tradición con dos ocasiones clarísimas en los instantes iniciales. Olivera, primero de cabeza y luego con un chut que golpeó en Carlos Soler, casi abre el marcador. No lo hizo y dejó paso a un tanto ilusionante. La gran esperanza del Valencia levitó durante siete segundos por el tapete de Mestalla para batir con maestría a David Soria. Yunus Musah, con sus descarados diecisiete años, se marcó un jugadón desde su propio campo para anotar el primero de su equipo. A una velocidad de 33,6 kilómetros por hora, al neoyorquino le faltó levantar al público del estadio. Qué pena. Nadie pudo cazarle. Quizá Bolt en sus mejores momentos. O no.

Pese al tanto, el Valencia sufría. Se le sigue notando que falta calma para crear juego. Carlos Soler hace lo que puede, pero le falta el poso de Dani Parejo. Lo tendrá algún día, seguro, pero todavía no. Así es difícil, aunque al menos resurgió la versión bronca que siempre ha dado buenos resultados. Bien posicionados en el campo, sabían sufrir para aguantar las acometidas del Getafe. En los momentos finales de la primera mitad sólo Arambarri pudo anotar en una cabezazo. El conjunto de Javi Gracia no se acercó con peligro en ninguna ocasión, aunque Maxi Gómez fijó bien a los defensas con su coraje y su incordio. Es muy pesado.

Si en la primera mitad lució el gol de Yunus, en la segunda pasó de todo. Cómo no con estos dos equipos. Cucho tenía la primera opción pero Jaume abortaba la ocasión. Luego era Cheryshev el que lanzaba un disparo cruzado. Hasta que Correia hizo la tontería del día. El portugués, que se estaba marcando otro buen partido por su banda, agarró de la camiseta a Cucurella cuando ya tenía una tarjeta amarilla. Era el minuto 56. Quedaba mucho tiempo. Demasiado. Javi Gracia sacaba al campo a Racic y mandaba a Wass a la zona derecha. Era cuestión de estar bien ordenados y sacar la raza. Cucho lo volvió a intentar y de nuevo Jaume le dejaba con la miel en los labios. Hasta ese momentos el Getafe seguía sin estrenarse en la competición como visitante. El Valencia esperaba que nada cambiara. El encuentro se iba calentando conforme pasaban los minutos. Yunus, con esa carita de niño bueno, se las tenía tiesas con Cucurella y Arambarri estuvo a punto de irse a la calle. Vio la roja por una patada a Maxi Gómez, pero el VAR demostró que nada había pasado. La cosa se ponía tensa. Ángel, que había salido momentos antes, disfrutó de una de las ocasiones más claras, pero el balón se marchó rozando el palo. Instantes después todo ocurría en la portería contraria, con una jugada sin fin con remates de varios jugadores del Valencia pero nadie acertaba. En otra contra, Lato pudo sentenciar al encarar solo la portería del Getafe, pero se distrajo al final. Era un ir y venir. Un correcalles. Y en esos partidos de calle el que mejor se expresa es el Getafe. Damián sería siempre el elegido como capitán. Arambarri lanzaba un potente chut que Jaume Doménech no supo despejar con eficacia y el balón quedó en los pies de Cucho para que remachara. Gabriel pudo sacar el balón de la línea de meta pero no lo consiguió. Era el minuto 87. El Valencia no se rindió. El golpe no le noqueó. Buscó acciones de ataque, pero el Getafe es avaricioso. No le valía el empate y ya en la prolongación el que acertaba era Ángel después de un disparo al palo de Diaby. Minuto 94. Era un resultado muy peligroso para la anómala situación que vive el Valencia, con un equipo desmantelado ya iniciada la competición. Fuera Kondogbia pese a las promesas, falsas promesas, del presidente. Pero con Javi Gracia nadie se rinde. Y si tienes a Maxi Gómez como delantero, menos. El uruguayo hizo una partido magistral, y eso que no marcó, que es lo que mejor sabe. En el minuto 99 buscó un balón en el área con toda el alma del mundo y fue agarrado por un rival. Penalti claro. Carlos Soler, con tranquilidad, anotó el tanto del empate. Fue un resultado justo y necesario.