El Valencia, un equipo grande

Ver cómo los jugadores presionaban arriba para desarmar la salida de balón del Real Madrid, ver cómo el equipo se refugiaba atrás con sentido, ver cómo salía al contragolpe con facilidad, ver un Valencia enorme. Los jugadores, pese a su juventud, supieron controlar una cita de alta tensión, con las provocaciones continuas de Vinícius y con un ambiente siempre caliente, que tuvo su momento álgido en el minuto 100 cuando el árbitro señaló el final del partido e instantes después el Real Madrid marcaba un gol. Los visitantes se lanzaron a por el colegiado y llegaron los piques entre jugadores. Situaciones que no son ajenas a choques entre equipos clásicos de la competición. El único momento que unió a ambas plantillas fue en la situación más dura para un futbolista. Diakhaby caía en el área tras un choque con Tchoaumeni. Todos comprobaron al momento que era una lesión grave. Gayà se llevaba las manos a la cabeza, todos pedían que llegara la camilla cuanto antes, los madridistas se giraban para no mirar. La rodilla del central valencianista estaba destrozada. Fue, sin duda, el momento más triste. Una pena porque el guineano estaba en un momento de forma excelso. Ha formado con Mosquera una línea de centrales de garantías. Nadie podía creerlo, todos lamentaban la marcha de Paulista, pero ambos han mandado un mensaje a Baraja. Aquí estamos. Podemos cubrir una de las zonas más sensibles del equipo con suficiencia. El jugador acabó en el hospital y ahora habrá que ver la gravedad.

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Grave lesión de rodilla de Diakhaby

Marc Escribano

Ya en los instantes iniciales se notó que el Valencia no era el Valencia de los últimos partidos. Imitaba a aquel que maniató al Atlético de Madrid en Mestalla en, sin duda, el mejor choque del conjunto blanquinegro en esta Liga. Era tanta la intensidad que mostraban los jugadores de Baraja que en el minuto 3 Yaremchuk se llevaba una amarilla por una entrada en una presión. Al Real Madrid le costaba sacar el balón. Al borde del área ya se plantaban los valencianistas para tapar huecos. El control del juego era madridista, pero el control del partido era valencianista. Por momentos parecía aquel equipo mágico de Rafa Benítez. Y empezó el espectáculo. Gran control de Javi Guerra, pase al hueco que en principio controlaba Vinícius, pero Foulquier le robaba el balón, el centro lo remataba en semifallo Fran Pérez y finalmente remachaba Hugo Duro. Por cierto, el lateral francés del Valencia ha mutado en un defensa de época. Pese a la escasa calidad técnica, el zaguero ha conseguido explotar sus virtudes y anoche desarmó a Vinícius pese a los dos tantos del brasileño. En ninguno de ellos tuvo responsabilidad.

El choque era eléctrico, con acciones vitamina por parte de los valencianistas, de esas que estimulan a la afición. Y si el Real Madrid te concede regalos, pues los aceptas, claro. Pase atrás de Carvajal al que no llega Lunin y Yaremchuk lo aprovecha para anotar el segundo. Éxtasis en Mestalla. El Valencia desarmaba a uno de los equipos más potentes de Europa, libra por libra quizás el mejor de todos. Los jugadores de Ancelotti no encontraban huecos. O subían la velocidad del juego o sucumbían. Mérito de Baraja. Virtud de unos futbolistas enormes. El Valencia se mantuvo firma en toda la primera mitad hasta que llegó la fatalidad. Era el minuto 50 y un centro de Carvajal rozaba en Javi Guerra y el balón aéreo le llegaba a Vinícius, que sólo tuvo que remachar. Y empezó el espectáculo lamentable del brasileño, encarándose con la grada y haciendo el gesto con su puño del 'black power'. Como siempre, todo fuera de lugar. Vinícius es tan buen futbolista como pésimo deportista.

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Las provocaciones continuas de Vinicius a Mestalla

Lourdes Martí

Fue un golpe duro que en otro momento hubiera tumbado al Valencia. Pero este conjunto tiene a Baraja. Los jugadores sólo tienen que pegar una miradita a la banda y seguir a su líder. Eso sí, el equipo ahora había perdido bastantes metros. Se metía demasiado atrás. Pero el técnico leyó perfectamente el choque y realizó los cambios oportunos. Sacó a Yaremchuk y Canós para dar entrada a Diego López y Guillamón. Más control en el centro del campo y más pujanza arriba. Casi nada más salir el asturiano tuvo la mejor ocasión con un remate a bocajarro que sacó Lunin. Pero del posible tercer gol valencianista se llegó al empate. Otra vez Vinícius a centro de Brahim. Después hubo un posible penalti que finalmente Gil Manzano no señaló, Peter Federico dispuso de dos ocasiones clarísimas, Diakhaby se marchaba en camilla y llegaría el lío tras pitar el colegiado antes de un gol del Real Madrid.