El disgusto de Gayà también lo fue de otros valencianistas

«Estaba en Torrellano cenando con los amigos y cuando oí la lista te puedes imaginar cómo nos quedamos todos, muy decepcionados. Pero no sé por qué todo pasó todo muy desapercibido». A José Manuel Sempere (64 años y quince temporadas en el Valencia), le cuesta –no por memoria sino por carácter– recordar aquel día en el que no escuchó su nombre en la radio (ni había teléfonos móviles ni redes sociales). Lorenzo Santamaría, el seleccionador que pilotaba España en el Mundial que se jugaba en casa –nunca mejor dicho porque jugó en Mestalla–, prescindió de manera sorprendente del meta valencianista sin ofrecer ningún tipo de explicación. En su lugar fue Miguel Ángel, que no había contado para nada hasta ese momento y que encima no estaba jugando en el Madrid. «Había ido a todos los partidos de preparación para el Mundial y lo lógico es que fuese en calidad de tercer portero. Tenía 24 años y estaba en clara línea ascendente en mi carrera, con mucha ilusión. Fue un corte muy brusco».

«Supuestamente hubo cuestiones de despacho, no sé qué pasó... con el tiempo se dijo que había que resolver unos problemas. Yo sabía que no iba a jugar teniendo a Arconada y a Urruti por delante. Pero era una oportunidad única en la vida, pienso en lo que podía haber aprendido».

Sempere se pone en la piel de Gayà pero también en la de Luis Enrique. «Gayà sabe que en un Mundial tienes que estar al mil por cien. Igual el seleccionador quiere tener seguro ese puesto porque por la forma de jugar es una posición importante, la selección juega mucho por las bandas, más incluso por la izquierda que por la derecha. Habrá preferido no arriesgar pero el que lo sufre es el jugador. Los futbolistas tenemos que ponernos en la piel del seleccionador a veces y entender que habrá preferido no correr ningún riesgo».

El caso de Sempere es desde luego uno de los más llamativos en las últimas décadas en clave blanquinegra. Pero no el único. A Fernando Giner, por ejemplo, Clemente le jugó otra mala pasada. Fue en 1994 y también con el Mundial como objetivo. Once partidos con la absoluta ha disputado el que fuera central –actualmente delegado de la selección–, habitual en las convocatorias previas a esa cita mundialista en Estados Unidos. De nada le sirvió porque Clemente sí incluyó en la lñista de 23 a Camarasa y a Voro, ya en el Deportivo (los otros eran Hierro, Miguel Ángel Nadal y Abelardo).

A Vicente le privó Camacho en 2002 de meterlo en ese grupo para el Mundial de Corea y Japón en el que sí estaban los Curro Torres, Baraja, Albelda y Mendieta (ya en el Lazio). Joaquín (Betis) por la banda derecha y Vicente por la izquierda hubieran podido formar una pareja más que notable para una España en la que actuaba Luis Enrique.

A Paco Alcácer se le fastidió la Eurocopa de 2016 de Francia. No hizo nada para no ir. Al contrario. Lo hizo todo perfecto para estar allí. Máximo goleador de la selección en la fase de clasificación (5 dianas, con 6 tantos en total en 13 partidos), metiéndole dos a Luxemburgo (4-0) para certificar el pase. Para Del Bosque no fue suficiente. Explicó en su momento la ausencia tanto de Fernando Torres como de Diego Costa pero sobre Alcácer habló en tono general: «Me siento triste con los que han hecho méritos para venir y no puedan estar, pero tenemos un límite». Prefirió a Pedrito, Aduriz, Nolito, Morata y Lucas Vázquez. Sólo Aduriz había superado a Alcácer esa temporada en olfato goleador.

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