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q Con experiencia. Voro, en la imagen en un partido del Valencia contra el Sevilla en 2017, tiene ya experiencia en el banquillo. juanjo monzó
Valencia CF | Las finales de Voro

Las finales de Voro

EL TÚNEL DEL TIEMPO ·

En la campaña 2007-08, y tras ganar al Zaragoza con gol de Silva, el Valencia respiró aliviado. Mientras, su labor al sustituir a Prandelli le dejó extenuado

PACO LLORET

Sábado, 8 de mayo 2021

Dos puntos separaban al Valencia de los puestos de descenso a falta de cinco jornadas para la conclusión del campeonato 07-08. Ese era el panorama cuando Voro tomó las riendas del club de Mestalla por primera vez. Las alarmas se habían encendido en una entidad a la deriva, capaz de lo mejor y lo peor. El Valencia coqueteaba peligrosamente con la pérdida de categoría después de haberse proclamado campeón de Copa como colofón a una trayectoria impecable en el torneo. En el camino hacia la final ante el Getafe superó al Betis, al Atlético y al Barcelona. Aquel equipo, repleto de internacionales, capaz de vencer en el Bernabéu al líder, no terminaba de entonarse en la Liga. Un correctivo en el viejo San Mamés le costó el cargo a Koeman.

El estreno de Voro se saldó con una victoria convincente ante Osasuna por 3-0. Llegar y besar el santo. Un lance decidió la suerte del encuentro apenas rebasado el primer cuarto de hora. Ricardo, portero del once navarro, cometió un claro penalti que le costó la expulsión. Villa transformó el máximo castigo mientras que Mata y Joaquín lograron los otros dos tantos en la segunda mitad. Tarde plácida y prueba superada. Sin embargo, los problemas no se habían solucionado definitivamente.

Siete días después, los valencianistas volvieron a las andadas y se llevaron media docena de goles del Camp Nou. Messi abrió el marcador a los cinco minutos, era su primer gol ante el conjunto de Mestalla. La aplastante superioridad local aconsejaba no quemar las naves así que Voro decidió reservar a sus mejores piezas, relevó a Baraja y a David Villa, porque tres días después, en una jornada inter semanal, se disputaba un crucial Valencia-Zaragoza. Los aragoneses llegaban a la cita acuciados por la necesidad, con tan sólo un punto por debajo de los locales y con viejos conocidos en sus filas como Ayala, Aimar y el brasileño Ricardo Oliveira.

El Valencia se asomaba al precipicio, de nuevo, a dos puntos de la zona de descenso. El choque con el conjunto de La Romareda revestía una enorme trascendencia. Un triunfo significaba la salvación virtual. David Silva se erigió en el gran protagonista al marcar el único gol y ser expulsado en los compases finales. César Sánchez defendía la portería zaragocista.

El triunfo dio alas al Valencia, liberado de la angustia provocada por la situación. Bajo la batuta de Voro se cerró el campeonato con una goleada en el Ciutat de València por 1-5 ante un Levante UD hundido en el campo y descabezado en los despachos. El colofón a la caótica campaña se puso con un claro triunfo en casa ante el Atlético en una tarde relajada después de tanto sufrimiento acumulado.

Los cuatro años seguidos de Emery en el banquillo le permitieron a Salvador González Marco 'Voro' vivir tranquilo y alejado de cualquier emergencia. En el papel de delegado, el técnico de L'Alcúdia, veía los toros desde la barrera. Su siguiente aparición resultó fugaz, entre la destitución de Pellegrino y la llegada de Valverde hizo de puente en un partido de la Champions en la temporada 12-13 saldado con triunfo por la mínima en el campo del Lille francés. La condición de talismán la mantenía en un contexto menos traumático. Con el desembarco de Meriton, aumentó su presencia en el banquillo para afrontar emergencias. Los incendios a los que debía enfrentarse eran considerables.

En la campaña 15-16, salió airoso de un comprometido duelo ante el Barça en Mestalla pese a las bajas y a la entidad del rival. El gol de Santi Mina, tras una magistral cesión de Alcácer en los últimos minutos, se celebró como si se tratara de un triunfo. Aquel empate recompensaba el esfuerzo y la voluntad de un equipo desnortado aunque su clasificación era discreta, a dos puntos de Europa y a nueve del descenso. Nuno había sido destituido y Neville llamaba a la puerta. Lo peor estaba todavía por venir, pero esa papeleta le correspondió a Ayestarán.

El vasco se ganó la confianza para continuar pero el catastrófico arranque de la siguiente campaña: cuatro derrotas en las primeras cuatro jornadas justificó la vuelta de Voro mientras se negociaba con Prandelli. El Valencia reaccionó con sendas victorias consecutivas por 2-1. La primera se escenificó en casa con un penalti a última hora ante el Alavés y, a continuación, una remontada en Butarque frente al Leganés que desperdició un penalti. Voro no se pudo despedir con un tercer triunfo. El Atlético de Madrid impuso su oficio en Mestalla. La renuncia del italiano antes de navidad obligó a repescar a Voro. La desesperación estaba justificada. Por delante, las últimas jornadas de la primera vuelta y toda la segunda. El equipo presentaba unos síntomas alarmantes y una puntuación de descenso. Para valientes. Poco a poco mejoró y salió a flote. Voro se retiró del escenario extenuado y convencido de que no volvería al banquillo. Nunca digas nunca jamás. Le tocó sustituir a Celades al final del ejercicio 19-20. Faena de aliño en tierra de nadie. Ahora le aguarda otra papeleta. Mañana afronta una nueva final.

P. D. Mi apoyo incondicional a la manifestación convocada para esta tarde en defensa del Valencia CF.

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