Las luces y sombras de la temporada de Hugo Duro

Hugo Duro es uno de esos futbolistas a los que se les apoda como 'obreros del gol'. Suelen ser jugadores que no destacan por su gran calidad técnica y de desborde en el uno contra uno, pero que son capaces de pelear hasta el último balón para conseguir ayudar a su equipo de la manera que sea necesaria. Aunque eso no se refleje en goles. Algo que le está sucediendo al delantero madrileño del Valencia, que esta temporada está negado de cara a portería.

No está siendo una temporada fácil para Hugo Duro. Tras su explosión la pasada campaña bajo las órdenes de José Bordalás, el ariete valencianista se ganó su continuidad en el equipo de Mestalla. Se activó la opción de compra de 4 millones de euros y el club adquirió en propiedad sus derechos. Se había ganado el puesto de ser el delantero centro titular del Valencia a base de méritos propios. En el curso 21-22 anotó 10 goles, siete de ellos en Liga y otros tres en la Copa del Rey. Obtuvo un ratio de casi un gol cada cuatro partidos disputados, cosa que fue una grata sorpresa para un jugador que había llegado al Valencia sin mucho cartel.

En verano, se esperaba que esta fuera la temporada de confirmación de Hugo Duro. Galones y titularidad. La afición lo ama. Está siempre con él, porque es de esos delanteros peleones y aguerridos, que no da un balón por perdido y que sabe lo que significa vestir la camiseta del Valencia. Pero llegó Cavani. Y lógicamente, perdió el puesto. Está siendo una temporada complicada para Hugo Duro, que no ha gozado de los minutos necesarios para poder mostrar su mejor fútbol. Y además, ha sido una campaña convulsa en el Valencia, codeando con el descenso y atravesando una racha negativa que acabó con Gattuso y Voro lejos del banquillo. Precisamente el italiano apostó por él en las primeras jornadas. Y anotó ante el Getafe el que, de momento, está siendo su único gol en esta liga. Pero después, se fue desvaneciendo.

Marcó otro tanto en Copa ante La Nucía, pero en el campeonato liguero está siendo un año complicado. Hugo Duro está negado de cara al gol. Pese a que su rendimiento en el campo sigue siendo bueno, en cuanto a entrega y sacrificio se refiere, la puntería está siendo la asignatura pendiente del madrileño. La precipitación y el ansia del delantero por acabar con la mala racha está llevándole a tomar decisiones equivocadas en ocasiones, complicando las jugadas cuando aparentemente tiene remates francos. Anoche ante Osasuna, pidió a sus compañeros lanzar el penalti para intentar acabar con el maleficio goleador, pero no pudo ser. Sergio Herrera adivinó sus intenciones y detuvo el lanzamiento con el pie.

«Quería ayudar porque a nivel goleador me está costando y me jode», afirmó el propio Duro en los micrófonos televisivos al finalizar el encuentro. Con perspectiva, ese lanzamiento desde los once metros debió haber sido lanzado por especialistas como Guillamón o Moriba, pero Hugo Duro lo quería. Mejor dicho, lo necesitaba. No pudo ser. Pero el gol le llegará. Cavani está ultimando la recuperación y para el próximo partido ante el Atlético de Madrid podría ya tener minutos. La vuelta del uruguayo abrirá una decisión para Baraja: devolver a Hugo Duro al banquillo o jugar con los dos puntas juntos arriba. El Pipo lo trata con cariño, porque ahora mismo es el único delantero del que dispone.

Pero si Hugo Duro sigue a este nivel, especialmente en Mestalla, donde la afición lo idolatra, conseguirá su objetivo: marcar goles. Y la liberación que sentirá será igual o mayor a la de las lágrimas que ha soltado en las últimas dos victorias del Valencia. Imágenes que al aficionado le encantan. Un jugador, que sin ser valenciano, siente los colores y sufre por el equipo. Porque siempre hace falta un Hugo Duro en cualquier plantilla. Y el Valencia de Baraja, lo tiene.

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