Mestalla explota: «¡Illa, illa, illa, nos vamos a Sevilla!»

«¡Illa, illa, illa, nos vamos a Sevilla!». El valencianismo revienta de felicidad una vez más y lo hace a lo grande. Enfila como hace tres años el camino a una ciudad que le sabe gloria. La novena Copa está en juego y bien vale una nueva peregrinación y una invasión de pasión por los colores, como la que se vivió este miércoles en Mestalla, donde se cantó el Himno regional, el 'Probe Migué', el «¡Bryan quédate!» y hasta el '¡tocó en Hugo Duro!», con Paulista micrófono en mano como improvisado maestro de ceremonia. Las cuarenta mil almas que llenaron el coliseo blanquinegro rindieron cumplido agradecimiento a sus ídolos, tanto en el césped en una vuelta de honor apoteósica como luego en la avenida de Suecia, ya con los futbolistas luciendo una camiseta blanca con el lema Bronco y Copero. Como le pasó a Marcelino, por ejemplo, hace tres años, cuando tras apartar al Getafe el pueblo les cantó y vitoreó en la calle. El miércoles se repitió la historia y los jugadores lo quisieron vivir desde la altura del balcón de la tribuna. Acompañados por familiares, observaron y participaron en la fiesta, donde se corearon algunos nombres y el '¡Bordalás te quiero!', además de cargar y corear cánticos contra Peter Lim y Anil.

Todos se lo pasaron en grande. Paseíllo final nada más terminar el encuentro, con el himno del club de fondo, y como se esperaba, mucha traca después en la calle, donde la noche se alargó hasta bien entrada la madrugada, con coches haciendo sonar el claxon por la ciudad.

Fue sin duda la guinda a un miércoles de éxtasis que enterrará los más que probables sinsabores del ejercicio liguero. Si Peter Lim en su momento quiso frenar el ímpetu al que tradicionalmente se entrega este equipo, con una competición más afectiva que monetaria, el 23 de abril tendrá la gran oportunidad para rectificar errores pasados. Al valencianismo le mueve el amor por unos colores y no el dinero. Quedó demostrado al llenar ese 85% de aforo permitido y desparramar de colorido la grada, con las banderitas que repartió el club y el tifo que se pudo leer enfrente de tribuna: 'Bronco', acompañado por la imagen de una Copa.

Es esa nueva Copa la que quiere conquistar otra vez el valencianismo, que prepara ahora sí con seguridad desde este miércoles otro desplazamiento masivo. Esta vez con destino La Cartuja. Y lo hará tras apartar a base de corazón los pronósticos que no le daban como favorito en esta comprometida eliminatoria ante los de Marcelino. Esas cuarenta mil almas sí lo tuvieron claro desde el primer momento.

Desde que llegó el autobús al estadio a media tarde, desde que saltaron a hacer el calentamiento, desde que se anunciaron uno a uno los nombres de la alineación y desde que se cantó el Himno Regional con todos los protagonistas en la boca del túnel. Puesta en los marcadores la letra, el momento fue espeluznante, como casi nunca se había visto. Habría que repetirlo siempre.