Miércoles y 13 en Maine Road

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La Copa de la UEFA se puso en marcha en el ejercicio 71-72 y el Valencia no lo disputó al participar en la Copa de Europa como campeón de Liga. La primera edición de la nueva competición fue conquistada por el Tottenham en una final británica a doble partido frente al Wolverhampton. El fútbol español naufragó en su debut: tres de los cuatro representantes cayeron a las primeras de cambio. El Real Madrid, único superviviente, fue eliminado en la segunda ronda por el PSV Eindhoven.

Después de sus años gloriosos en la Copa de Ferias, el Valencia tampoco brillaba en Europa. Su despedida de este torneo en los compases iniciales de la campaña 70-71 así lo confirma: superó al Cork Hibernian de Irlanda sin excesivas dificultades y a continuación cayó ante el Beveren de Bélgica tras perder por la mínima en Mestalla y empatar en feudo belga. Dos años después, el cruce con el Manchester City suponía todo un reto porque el fútbol inglés dominaba el torneo. De hecho, esa edición 72-73 fue a parar a las vitrinas del Liverpool. Antes de aterrizar en Manchester, el Valencia había disputados las dos primeras jornadas ligueras resueltas de manera opuesta ante rivales de máxima exigencia: victoria espectacular en el feudo del Atlético de Madrid por 1-3 y derrota en casa con el Barça por 0-1. Al día siguiente de este desdichado encuentro en el que se lesionaron Quino y Manolete, la expedición valencianista viajó a tierras inglesas con el propósito de pasar página después de un partido condicionado por el infortunio y la polémica arbitral.

Al Valencia se le anuló un gol muy dudoso. El City contaba en aquellos momentos con varios futbolistas destacados; su gran figura era Francis Lee y a su lado brillaban otros como Colin Bell, Marsh y Summerbee. Las cosas no le iban bien en el campeonato doméstico, eran penúltimos aunque a sus seguidores les consolaba ver que por detrás estaba su gran rival, el United. De hecho, en la siguiente temporada los diablos rojos bajaron a Segunda División tras perder con el City en Old Trafford el partido decisivo que cerraba el campeonato.

Maine Road se había inaugurado en 1923, pocas semanas después de que Mestalla abriera sus puertas, y durante años fue el campo con mayor capacidad del fútbol inglés, solo superado por Wembley, también estrenado ese mismo año. El Valencia vistió con pantalón negro y una camiseta roja con una raya vertical blanca y amarilla en uno de los costados, un diseño innovador en aquellos años poco dados a la creatividad en las indumentarias. Las medias eran rojas con una vuelta blanca. El gol de Mellor a los cinco minutos provocó el enfado de Di Stéfano con el portero Meléndez, al que recriminó su falta de contundencia en un balón dividido. La bronca en el descanso fue de órdago y aunque en la segunda mitad el guardameta vasco cuajó una excelente actuación, el técnico le puso la cruz y Meléndez ya no volvió a jugar ni un solo partido más en esa campaña. Balaguer fue el gran beneficiado al debutar cuatro días después en Granada, manteniendo la titularidad hasta el final del ejercicio.

El tanto local desató la euforia de una grada que no cesaba de cantar. Los valencianistas sufrieron una nueva adversidad poco después al lesionarse el lateral izquierdo Antón, reemplazado por Arango. El defensa cartagenero hizo así su debut en partido oficial. Tras la sacudida inicial, el Valencia se serenó, Claramunt impuso su talento en el medio campo secundado por Lico y Adorno. Las fuerzas se equilibraron. Pepín actuaba de falso delantero centro y por las bandas atacaban Sergio y Valdez, con Sol, Aníbal y Barrachina en la retaguardia. Al filo del descanso llegó la igualada. Una de las galopadas habituales de Óscar Rubén Valdez fue culminada con picardía entre dos defensas.

Miguel Ángel Adorno adelantó al Valencia con un remate preciso al cuarto de hora de la reanudación. El Valencia le daba la vuelta al marcador pero el City no se rindió. Cinco minutos después, llegaba el empate. Ya no hubo más goles. La eliminatoria se dirimió en Mestalla con mucho sufrimiento y emoción. Los ingleses fueron superiores en la primera mitad, pero el Valencia se vino arriba en la segunda parte y se llevó el triunfo con goles de Valdez y Quino. En tiempo de prolongación llegó el único gol visitante, obra de Marsh.