![Puig no cierra la puerta a una prórroga para la ATE de Mestalla](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202009/08/media/cortadas/murthy%20y%20puig-RY32Jvq80JIoLV6zT3ocP7I-624x385@Las%20Provincias.jpeg)
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La Generalitat afloja el nudo y el Valencia da una tímida bocanada. Anil Murthy cree haber conseguido bola extra en esta larga y agónica partida urbanística que no está dejando en muy buen lugar a Meriton. En medio de una expectación mediática importante, y sabiendo que a la afición del Valencia no sólo le importan los fichajes -que no hay- sino también si Peter Lim va a ser capaz de acabar el estadio de una vez por todas, el dirigente blanquinegro se limitó a apuntar, casi forzado, dos vocablos: «Positiva» y «constructiva».
Con esas dos pinceladas verbales y haciendo oídos sordos al resto de cuestiones que se le plantearon mientras duró el desfile casi a toda prisa hacia el potente coche del club (chófer y escolta incluido) que le esperaba en marcha, ventiló ante los periodistas la reunión que tuvo con Ximo Puig, presidente del Consell, en la que durante unos 50 minutos aproximadamente le vino a decir que hoy por hoy el club no tiene capacidad suficiente para reajustarse a los plazos que marca actualmente la ATE y que necesita por lo tanto más tiempo. Un margen que Puig le concedió... a media voz, porque se ha establecido un programa de diálogo entre ambas partes con la obligación del club de presentar a partir de ahora un escenario suficientemente convincente para contar con el respaldo oficial.
Esa puerta entreabierta era lo que pretendía Lim, agobiado no sólo por la presión popular sino también por la voz de los políticos locales, después de que la tentativa con ADU acabara evaporándose. Con el Ayuntamiento apretando las clavijas desde los dos colores del gobierno municipal (Joan Ribó y Sandra Gómez), Murthy tenía el desafío inicial de conseguir suavizar primero a Ximo Puig, que es el que por medio de la Conselleria tiene bastante que decir en la famosa ATE, cuyos plazos ya han saltado por los aires en algunos de los términos fijados.
La Generalitat entiende que un tema tan sensible como el del estadio, y según las propias fuentes autonómicas, necesita de un esfuerzo para «ayudar a retomar la normalidad en los objetivos comunes de ambas instituciones», eso sí, «siempre en coordinación con el Ayuntamiento».
Esta mañana, precisamente, a Murthy (ayer estuvo acompañado por el consejero José Luis Zaragosí) le toca coger de nuevo la carpeta de promesas, sonreír y llamar a otra puerta: la del Ayuntamiento. Allí, con los mismos argumentos y sabiendo que desde la Generalitat se tiene bastante claro que es necesario que todos vayan de la mano, debe convencerles con más hechos que palabras que su jefe quiere de verdad cumplir su promesa de terminar el traslado al nuevo Mestalla.
Es esa promesa la que ha perdido ya calado entre los aficionados. En su momento se quitó la obligatoriedad del contrato de compraventa de las acciones de la Fundación y eso ha provocado este gran desajuste en el proyecto urbanístico. La casualidad hizo que, curiosamente, minutos antes de que llegara el coche con el presidente del Valencia a la Generalitat, saliera de allí precisamente Aurelio Martínez, el hombre que junto a Salvo pilotó el proceso de venta.
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