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En su carta abierta, Anil Murthy señalaba a varios jugadores de la primera plantilla –sin dar nombres– como amortizados. La realidad es que quien se encuentra en esa situación, en el cargo de presidente del Valencia, es él. En un agosto convulso, cada lunes se ha generado un hecho que ha terminado de erosionar la cara visible de Meriton al frente del club de Mestalla. La mayoría de las leyendas dejaron de morderse la lengua hace tiempo, la afición está prácticamente unida –salvo contadas excepciones– en contra del accionista mayoritario y el episodio de los pagarés pone definitivamente en pie de guerra a los futbolistas blanquinegros.
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La plantilla: Futbolistas señalados y, para colmo, los pagarés
Los despidos de Mateu Alemany y, sobre todo, Marcelino, desató las hostilidades con la plantilla. La temporada ha ido dilapidando una confianza ya escasa que casi se agotó cuando, en las horas previas del Leganés-Valencia, Murthy comunicó a agentes de varios pesos pesados que no contaban para el siguiente proyecto. La marcha de Coquelin y Parejo ha sido un episodio más que demuestra que, a poco que se hile fino, el descontento es generalizado entre los jugadores: la práctica totalidad enviaron mensajes públicos de despedida al madrileño, en un gesto que en el fútbol moderno no es casual.
El club no autorizó un adiós del capitán en sus instalaciones. Otra piedrecita más. El viernes, Murthy firmó la carta en la que apunta a los veteranos y ayer no asumió el trago de tener que ofrecer a la plantilla pagarés para cobrar la parte de la ficha correspondiente a este verano.
Las instituciones: Los dirigentes se hartan de alargar los plazos del estadio
La sensación en el Ayuntamiento de Valencia es que Meriton no tiene ningún interés en reanudar las obras del estadio. Después de año y medio sin solicitar reuniones formales, los políticos se han hartado de conceder treguas al Valencia. El alcalde, Joan Ribó, avisó hace unos días de que la ATE no se prorrogará eternamente. Si termina perdiéndola, el club perderá muchos millones de euros y los 40.000 metros cuadrados del suelo comercial del viejo Mestalla. A los dirigentes se les ha agotado la paciencia y para estirar nuevamente los plazos exigen gestos concretos.
Por si fuera poco, el Valencia mantiene en el aire su litigio con el Ayuntamiento de Riba-roja, donde tiene unos terrenos calificados como agrícolas, ruinas del fallido plan Porxinos.
Las leyendas: El despido de Camarasa ha sido el (pen)último ataque
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A Meriton no le ha temblado el pulso a la hora de prescindir de empleados que considerase díscolos. Ni siquiera ante leyendas como Kempes o, hace pocos días, Paco Camarasa. Tras cuatro décadas en el club, en que fuera capitán recibió una fría carta de despido, de nuevo sin que Murthy diera la cara. El de Rafelbunyol apunta directamente a su amistad con Marcelino como causa de que dejaran de contar con él. Exjugadores representativos como el Matador, Subirats o Cañizares, se han adscrito 'Espíritu del 86', que muestra su preocupación por la gestión de Lim.
Los aficionados: Ante la falta de pañoladas ya ha habido un velatorio
Los dueños del sentimiento, los aficionados, también han dicho basta. Sin los cánticos ni pañoladas en Mestalla, al valencianista le queda manifestarse en contra de la gestión de Meriton. La semana pasada se convocó una concentración frente al estadio y la sede del club, secundada por un millar de personas. Se simuló un velatorio y los cirios quedaron toda la noche encendidos. Los organizadores anuncian nuevos actos de esta índole.
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H. ESTEBAN/J. C. VALLDECABRES
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