El ostracismo de Ilaix Moriba

Desde la entidad alemana tenían claro que no querían contar con el jugador. De hecho, el técnico Marco Rose ya avisó de que si quedaba contaría con pocos minutos: «He tenido una o dos buenas conversaciones con Ilaix, él es consciente de su situación de que será difícil conseguir minutos de juego. Pero lo está haciendo muy bien hasta ahora, en términos de comportamiento y también en la forma en que entrena».

Lo sorprendente es que cumplido más de un tercio de la temporada y con la apertura del mercado de fichajes a la vuelta de la esquina, no ha disputado ningún minuto. Ni uno. La primera declaración de intenciones de su equipo fue no inscribirlo en la Champions League, pero en la competición doméstica tampoco ha tenido ninguna oportunidad.

En Bundesliga tan solo ha ido convocado en seis encuentros, mientras que en la Copa estuvo en la primera ronda, pero tampoco saltó al terreno de juego. Es evidente que los alemanes han dejado de confiar en un jugador por el que desembolsaron una cantidad de 20 millones de euros cuando era una de las mayores promesas de la masía blaugrana. De hecho, fue una salida que molestó y mucho en el seno culé. Pero la realidad es que desde el principio no se adaptó. No gustó ni su fútbol ni su actitud, pero confiaron en que pudiera revalorizarse en el Valencia, algo que no hizo. Ahora, parecen haber tirado la toalla por completo.

Ni con Gattuso ni con Baraja el guineano fue capaz de ganarse la confianza del entrenador, terminando relegado al banquillo. El vallisoletano dejó incluso una llamativa imagen agarrándole de la pechera en pleno terreno de juego durante un partido en Mestalla ante la Real Sociedad. Los últimos cuatro encuentros de liga, donde el Valencia se jugaba el descenso, tampocó participó ni un segundo. Su falta de compromiso defensivo, su intermitencia en el juego pese a la calidad que atesora e incluso algún tirón de orejas por sus salidas nocturnas han sido los principales pecados del mediocentro

Su último partido oficial lo disputó con la selección de Guinea ante Malaui el 9 de septiembre, aunque ni siquiera fue titular. El Leipzig le buscó salida en verano y se habló de clubes como el Inter interesados, pero no se llegó a fructificar. Más de dos años después de llegar a Alemania, su valor de mercado se ha desplomado desde los 25 millones que llegó a marcar 'Transfermarkt' en 2021 a los 4 actuales. En invierno, tendrá que marcharse si desea volver a ser futbolista. Su alto salario, cerca de 7 millones brutos, y su contrato hasta 2026 con los germanos, es un impedimento para cualquier interesado.