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Rubén Baraja, Marchena y Rangel, esta mañana de jueves en la ciudad deportiva. vcf

¿Qué Valencia tiene Baraja?

El equipo, pese a estar metido en zona de descenso, ocupa la parte intermedia en estadísticas | El nuevo técnico debe recuperar la confianza para el grupo y jugadores que parecían en depresión como Paulista, Guillamón y Marcos André

Jueves, 16 de febrero 2023, 13:46

Ni es el juvenil de División de Honor con el que se estrenó en el banquillo hace casi diez años, ni el Elche, ni el ... Rayo, ni el Sporting, ni el Tenerife ni el Zaragoza, todos ellos de Segunda. Es su Valencia, está con el agua al cuello en una de las crisis deportivas y sociales más profundas de la historia del club, y tiene desde este jueves hasta el lunes por la noche para transformar un equipo que había entrado en desesperación. Rubén Baraja ha cambiado el discurso pasional y emotivo de su presentación por el chándal y el césped. Conoce bien a sus nuevos futbolistas pero ellos no le conocen a él, al menos en la profundidad necesaria. La primera toma de contacto de esta mañana en la ciudad deportiva de Paterna les ha puesto ya a todos en guardia, tanto como cuando verbalizó en su presentación la exigencia que debe suponer para todos defender una camiseta como la del Valencia. Un sutil toque de atención a una plantilla de la que todos, incluido Ernesto Valverde, han lanzado elogios pero que está rindiendo infinitamente menos de lo que se le supone sobre el papel.

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El problema con el que se encuentra el Valencia es que con Baraja va a tener que hacer un curso acelerado de reciclaje. Es curioso pero la falta de un criterio en la dirección deportiva se ha hecho ahora más patente que nunca al apostar casi a la desesperada por un entrenador sin experiencia en la élite y que viene con unos criterios que a priori chocan bastante con la filosofía de fútbol que quiso imponer desde el primer día Gattuso. Con el italiano, el Valencia jugó a buscar el gol desde el primer minuto del primer día. Hizo el italiano una vuelta de tuerca a la metodología de juego que arrastraba el Valencia con Bordalás y de mirar hacia atrás pasó a mirar descaradamente hacia adelante. Ahora, según los principios que apuntó el mismo Baraja, otra vez vuelta a empezar, porque el Valencia se va a construir desde detrás hacia adelante.

No es ni mucho menos fácil adaptar a una plantilla en febrero a unos nuevos sistemas de juego. Ahí le toca a Baraja amoldarse a las circunstancias. LA necesidad de puntos hizo que Voro extremara sus matices para no desmontar todo lo que había construido Gattuso, aunque no acabara de funcionar del todo. A Baraja le toca hacer algo por el estilo.

Esta mañana de jueves, en su puesta en escena en Paterna, se ha reunido con los futbolistas. Su objetivo no es otro que transmitirles que se puede revertir la situación. Hay 51 puntos en juego todavía. Muchísimos. El aspecto mental va a ser clave, pero también cómo se desenvuelve el equipo sobre el terreno de juego. Hasta el lunes por la noche, en el desafío de Getafe, no se podrá plasmar con más criterio cómo va a ser el Valencia de Baraja. Pero es más que probable que extreme un poco más el matiz defensivo de sus futbolistas y la duda es si se atreverá con el 4-4-2 preferido que tiene el nuevo técnico o si se decantará por un 4-2-3-1. Lo de mantener el 4-3-3 es hoy por hoy algo más difícil de imaginar, aunque bien es verdad que es pronto para arriesgar en el pronóstico. Con una sesión de trabajo tan sólo no se pueden extraer conclusiones.

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Ahora bien, ¿qué Valencia se va a encontrar Baraja? Desde luego, un equipo altamente presionado por la situación. Ese es uno de los factores que hoy por hoy preocupan, tanto dentro como fuera del propio vestuario. La presión de Mestalla les ha acabado pasando factura, más aún teniendo en cuenta que la media de edad de esta plantilla es de poco más de 23 años. Y eso, cuando todo va del lado positivo es un aliciente extraordinario, pero cuando llegan épocas complicadas como la actual suele pasar bastante factura. El Valencia no está acostumbrado a remar contracorriente. Y la afición menos.

Otro de los asuntos importantes hoy por hoy es el clima social. Baraja sabe que es un terreno que no conviene pisar sin saber las consecuencias. Pero sus palabras fueron encaminadas a concienciar a los aficionados de la necesidad que tiene el equipo de contar con el respaldo de la grada, manifestaciones al margen. El problema es que eso significa dar de alguna forma cobertura a Meriton. Y eso molesta a la gente. Quedan todavía días por delante para saber qué opción acaba imponiéndose, si el criterio de las plataformas anti Meriton que reclaman seguir con esa inusual pero efectiva protesta en la calle, o el llamamiento de un entrenador que es santo y seña del valencianismo.

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Deportivamente hablando, lo bueno es que Baraja va a empezar a recuperar con cuentagotas a jugadores. Thierry Correia va a ser el primero de la lista. Quedan aún para más adelante Nico y Cavani.

Pero más allá de la recuperación física de algunas piezas, importantes o no, hay futbolistas que mentalmente parecían haberse descolgado. Y con la entrada de Baraja se les abre ahora un nuevo escenario que podrían aprovechar y salir beneficiado claramente el equipo. Ahí están Gabriel Paulista, considerado hoy por hoy el cuarto central, Hugo Guillamón -suplente tras el Mundial-, Marcos André -pese a su lesión en los dedos de la mano- y un Hugo Duro que sin Cavani va a convertirse ahora seguramente en el delantero de referencia.

Lo mejor que va a encontrarse Baraja es que el Valencia, sobre el papel, no presenta ninguna alternación importante en cuanto a estadísticas. Ni es de los que menos marca ni de los que más encaja. Es, poro ejemplo, el duodécimo equipo que más goles a favor lleva (26), la misma cifra que ha encajado (es el undécimo en el ranking). También está en la zona media en lo que a disparos a puerta se refiere(décimo con 90), el sexto que más faltas hace (304) y el quinto que más remates intenta (202).

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Sí hay un déficit importante en lo que al goleador se refiere. Las cifras no respaldan todavía el papel de Cavani (5 goles, a una media de 0,36 por partido). Muy pobre. Y en el otro lado del campo, Mamardashvili es el quinto portero que más paradas ha realizado (64), con una media de 3 por partido. El Valencia da muchas facilidades atrás y con poco que hagan los rivales, acaban anotando.

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