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Emiliano García, Narciso Estellés, Joan Ribó y María José Catalá ayer con la Senyera.

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Emiliano García, Narciso Estellés, Joan Ribó y María José Catalá ayer con la Senyera. efe

El discurso politizado de Ribó marca el 9 d'Octubre más atípico en el Ayuntamiento

El primer edil habla de «no abandonar el proyecto de ciudad» en el acto central del día grande de los valencianos en el Salón de Cristal

ALEX SERRANO

VALENCIA.

Viernes, 9 de octubre 2020

Hasta a través de la pantalla (la prensa no podía acceder) se detectaron algunas miradas de extrañeza en el Salón de Cristal. El alcalde de Valencia, Joan Ribó, hizo un discurso con un marcado carácter político y reivindicativo que hizo enarcar cejas a los concejales del Consistorio. Era el acto municipal central y estuvo presidido por la Real Senyera. A su sombra, Ribó habló de «no renunciar al modelo de ciudad» y de los esfuerzos de las administraciones en los planes de recuperación. «Poca piel», «poco afortunado» o «fuera de lugar» fueron algunas de las valoraciones que se hicieron del discurso del alcalde en un día en el que la Senyera no salió de la Casa Consistorial.

La procesión, sirva el juego de palabras, iba por dentro. El portador de la Senyera, Narciso Estellés de Ciudadanos, la sacó del archivo municipal hacia el Salón de Cristal a primera hora. Ribó agradeció a los profesionales que han permitido recuperar la normalidad y tuvo un recuerdo para quienes han perdido un ser querido, pero luego explicó que administraciones y sociedad civil han puesto en marcha «un ambicioso plan de recuperación que contempla múltiples iniciativas de carácter social, pero también de ayuda a los trabajadores y negocios, así como medidas de carácter preventivo y de impulso de nuestra sociedad».

El alcalde también habló de que el proyecto de ciudad «no puede quedar paralizado». «Pese a las dificultades añadidas que implica esta crisis de carácter global, nuestro reto ha de continuar siendo el de mejorar la calidad de vida de nuestros barrios y con esa visión de presente y de futuro continúa trabajando el Ayuntamiento de Valencia», indicó el primer edil. Ribó destacó que mantienen activas «las líneas de colaboración y de exigencia con otras administraciones para conseguir un régimen legal de capitalidad para Valencia, la dotación de las infraestructuras e inversiones necesarias para nuestro desarrollo y la proyección del talento que continuamos haciendo visible más allá de nuestras fronteras».

También intervino el president de la Generalitat, Ximo Puig, que pidió «trellat» y sensatez para hacer frente a la pandemia porque «la mejor bandera es la responsabilidad y no renunciar a la colaboración», por lo que reclamó a las instituciones estar «a la altura de la ciudadanía, pues quien no suma, resta. «Es la hora del trellat pues es la mejor vacuna contra las disputas estériles», dijo. Para superar esta difícil situación insistió en reclamar colaboración entre las administraciones, y criticó a aquellos que «buscan la confrontación como respuesta» a los desafíos del Covid-19. En una referencia al año 1929, el del crack económico en Estados Unidos y en el que se construyó el Salón de Cristal donde se celebraba el acto, Puig comentó que, tras el duro golpe de la pandemia, «hay que levantar cabeza todos juntos, con esfuerzo y humildad, y logrando la confianza plena de los ciudadanos».

Estellés, por su parte, vivió uno de sus mejores días en el Consistorio, como él mismo dijo. En su discurso, afirmó: «Estamos en un momento clave de la recuperación. Ahora más que nunca hay que ser solidarios con los que menos tienen y trabajar juntos desde las administraciones para ser útil a la sociedad. No les podemos fallar».

Después del acto, la portavoz del PP, María José Catalá, lamentó que la Senyera no bajara desde el balcón del Ayuntamiento «como gesto de respeto a la seña de identidad más importante de los valencianos». Lo cierto es que decenas de personas se habían dado cita en la plaza del Ayuntamiento en la creencia de que era un 9 d'Octubre al uso, aunque ya se había anunciado que la Senyera no saldría de la Casa Consistorial. El acto terminó con el disparo de una mascletà desde la terraza del edificio.

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