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SR. GARCÍA
La alta gastronomía, entre la resistencia y la renovación

La alta gastronomía, entre la resistencia y la renovación

Las estrellas Michelin de la Comunitat se adaptan a la pandemia. Reducción de equipos, refuerzo del servicio a domicilio e incluso cierres marcan cambios en los restaurantesLos cocineros valencianos confían en la generosidad de la prestigiosa Guía Roja y vaticinan una estrella para Saiti y Arrels

LAURA GARCÉS

Sábado, 12 de diciembre 2020

La pandemia ha traído problemas, inquietudes e incertidumbres que se han asentado en todos los rincones de la sociedad. Tanto, que han llegado a colarse en la cocina, incluso en la alta cocina. Este sector, de indiscutible peso cultural, económico y social en la Comunitat Valenciana, también se ha visto obligado a lidiar con problemas, viviendo un proceso enmarcado por la línea que traza el camino que discurre entre la supervivencia y la renovación. A lo largo del recorrido han puesto en marcha la imaginación para adaptarse a los tiempos. A algunos no les gusta hablar de reinvención, otros sí lo hacen, pero algo está cambiando.

Cocineros como Quique Dacosta, Ricard Camarena, Alberto Ferruz, Begoña Rodrigo, Raúl Resino, María José San Román, Luis Valls, y Miguel Barrera, todos con estrellasMichelin, conversan con LAS PROVINCIAS de cómo afrontan la situación. Y hablan de esa gala de las estrellas Michelín que se celebrará el día 14 de diciembre y para la que algunos incluso ofrecen su vaticinio.

¿Qué ha cambiado en el mundo de la gastronomía? ¿A qué modificaciones sobre su actividad se han visto abocados los restaurantes? Del relato que facilitan los cocineros se extrae que el catálogo es extenso. Ha habido cierres temporales a los que algunos restaurantes se han visto abocados al ver descender la actividad como es el caso de Raúl Resino que hasta Semana Santa de 2021 no volverá a abrir las puertas con el convencimiento que ya en ese tiempo se trabajara con una nueva «ilusión». María José San Román es otro ejemplo de una decisión similar que asegura que es resultado de un periodo de reflexión del que han salido nuevas ideas.

Las reducciones de personal no han faltado en medio de este panorama, con testimonios como los que ofrecen Ricard Camarena o Raúl Resino. Sin necesidad de haber tenido que llegar a este tipo de decisiones, cada una de las condiciones que ha ido imponiendo la pandemia han disparado la creatividad para adaptarse a los nuevos tiempos.

Desde cuestiones que parecen sencillas, como la modificación de la distribución de mesas, hasta tener que concebir una nueva manera de servir los platos se han aliado con los cocineros. Ahí está el testimonio de Quique Dacosta cuando ofrece un gráfico ejemplo al relatar que como ya no se puede sacar el jamón para cortarlo en la mesa, han diseñado nuevos platos a partir de este ingrediente o los salazones.

Entre las medidas que en mayor medida han influido en la necesidad de renovarse está sin duda el toque de queda. Los clientes ya no disponen de tanto tiempo para disfrutar de la estancia en los restaurantes y estos tampoco para permanecer abiertos. Los horarios se han visto alterados, como se desprende del testimonio que ofrece Alberto Ferruz al hablar de que ahora trabajan «a contrarreloj».

Las limitaciones de movimientos entre comunidades autónomas han determinado un cambio en el perfil de los clientes, pues ya no llegan comensales de otras Comunidades Autónomas a las mesas valencianas, como tampoco turistas extranjeros.

Las comidas a domicilio se han convertido en otra apuesta. Los cocineros con estrella lo han hecho en ocasiones en todos sus restaurantes, en otros solo en algunos. No faltan quienes han preferido no apostar por esta línea. Entre los que sí han tomado este camino se encuentra Camarera que habla de que se ha dado un nuevo impulso a esta línea o Dacosta, quien asegura que en abril pusieron en marcha el Q-Delivery, «la empresa nuestra en Valencia que lleva la comida de nuestros restaurantes a casa». Es algo que a su juicio no responde tanto a «reinventarse como un modelo de negocio, adaptarse a los tiempos».

Y en medio de este escenario, cuando se acerca la entrega de las nuevas estrellas Micherlin, los valencianos que ya las disfrutan , en algunos casos se aventuran a manifestar sus deseos al mismo tiempo que destacan la importancia que este año tiene seguir contando con el apoyo que supone la publicación de la guía.

Begoña Rodrigo | La Salita

«Tenemos un camarero de teléfono»

Begoña Rodrigo. LP

El tiempo es oro. A ello parece que se acogió la cocinera Begoña Rodrigo, que posee una estrella por La Salita. Además cuenta con otros otros espacios. Ha incorporado a su actividad lo que ella llama «camarero de teléfono». Se encarga de atender este servicio concebido para ganar tiempo, el restaurante y el comensal. «Antes de que llegue, por teléfono al cliente le preguntamos dónde quiere la mesa y le explicamos el menú para que elija». De esa manera puede ganar la media hora que ya en el establecimiento se dedica para resolver esas cuestiones. Y treinta minutos cuando el tiempo está tasado porque hay hora señala para regresar a casa son de agradecer tanto para quien desea disfrutar de la mesa como para quien se tiene que encargar de servirla.

Vaticinio: «Pienso que no darán muchas estrellas este año. Me gustaría que se la dieran a Arrels»

Raúl Resino | Raúl Resino

«Cerramos hasta Semana Santa de 2021»

Raúl Resino. LP

Raúl Resino, titular de una estrella para el restaurante que lleva su nombre en Benicarló, ha visto reducido el equipo hasta decidir el cierre de forma temporal. «Hemos cerrado hasta Semana Santa de 2021», afirma. «Con tantas restricciones y con el toque de queda, que impide viajar de una provincia a otra he perdido muchos clientes. Los sábados, trabajo, pero a diario cuesta mucho y necesito un mínimo de equipo para un servicio de calidad. No puedo despedir a nadie. He decidido cerrar porque no vamos a estar mirándonos las caras. Antes de la pandemia éramos 13, cerramos hasta julio y abrimos con siete, ahora somos cinco y menos no podemos ser».

Vaticinio: «Creo que no quitarán estrellas. Será una gala de apoyo a la hostelería» | «Hay mucha gente que lo merece. En las porras que se hacen nunca se acierta»

Luis Valls | El Poblet

«Servimos los embutidos cubiertos»

Luis Valls. LP

Las circunstancias que han acompañado a la alta cocina a lo largo de este año complicado han llevado a Luis Valls, cocinero con dos estrellas por El Poblet, a tener que modificar la manera de servir los platos. Explica Valls que «para sacar los embutidos lo hacemos cubriéndolos con una campana de cristal». No es la única modificación que han aplicado, también han «cambiado el horario, sobre todo por las noches». A demás de comentar estas medidas, apunta que «uno de los problemas que tenemos es que no están viniendo los turistas, público que abarcábamos bastante», circunstancia de la que se deriva otra novedad, un perfil de clientes distinto: «Estamos trabajando con la gente de Valencia, que la verdad ha reaccionado muy bien».

Vaticinio: «No hay sólo un restaurante valenciano que merezca estrella. No tengo quiniela»

Ricard Camarena | Ricard Camarena

«Hemos reducido personal»

Ricard Camarena. LP

Ricard Camarena, con dos de las preciadas estrellas, pone el acento en que el verdadero cambio de este año lo ha descrito la necesidad de concebir un «nuevo modelo de negocio». Él, que cuenta con cinco restaurantes, ha reducido «puestos de trabajo porque no podíamos soportar la masa salarial», lo que considera «lo más doloroso» de la situación. En sus locales 25 personas han visto cómo su empleo se perdía en medio de una pandemia que ha puesto a dieta la actividad de los restaurantes. Pero 2020 ha sido también para el cocinero un tiempo de crecimiento gastronómico, de reflexión», apunta, que les ha llevado a centrarse en «cómo queremos los espacios».

Vaticinio: «Un deseo sería que dieran estrellas a Saiti, Lienzo, Picius, Dos Estaciones, Sucursal y Vertical».

Alberto Ferruz | Bon Amb

«Ahora trabajamos a contrarreloj»

Alberto Ferruz. LP

La necesidad de adaptarse a las nuevas exigencias de horario por el toque de queda, es una de las circunstancias que han llevado a Alberto Ferruz, dos veces estrellado por Michelín, a hablar de cambios. «Los españoles han reservado mesa para cenar a las siete y media», lo que ha obligado a que los «servicios han sido a contrarreloj, algo verdaderamente divertido de ver», apunta. El ritmo de trabajo es otro. «No sé si han cambiado las costumbres de los españoles, pero se han adaptado y han querido seguir saliendo a cenar. Desde el primer día del toque de queda han llamado para cambiar la hora de la reserva». Habla de hacer de la necesidad virtud, puesto que ve que la modificación «está bien, en realidad es el horario europeo. De todo lo que ha pasado es lo que menos me molesta. Ojalá fuera siempre así. La conciliación familiar para los hosteleros todo sería más fácil con ese horario».

Vaticinio: «A Ricard le podrían dar tres siempre. Apuesto también por Vicky Sevilla y Vicente Patiño».

Kiko Moya | L'Escaleta

«Sin eventos, no hay negocio de cátering»

Kiko Moya. LP

Cuando a Kiko Moya, poseedor de dos estrellas Michelin para su restaurante l'Escaleta de Cocentaina, se le pregunta cómo le ha afectado la situación tiene muy clara la respuesta. Habla de la necesidad de haber tenido que modificar la distribución de alguna mesa, aunque no demasiado porque el local con el que cuenta es lo suficientemente amplio, de manera que los comensales habitualmente están bastante separados. Donde sí apunta un cambio para su actividad, que a juzgar por sus palabras ha sido significativo, es en la línea de cátering de su restaurante: «Ahí la situación ha marcado un punto y aparte». Lo explica cuando afirma que «como no se pueden hacer eventos ha sido un desastre» .

Vaticinio: «La guía Michelín este año debe ser #al menos empática. No creo que quiten estrellas» | «Vicente Patiño merece el reconocimiento desde hace años. Es firme candidato»

M.ª José San Román | Monastrell

«Tendremos un huerto en el restaurante»

María José Sanromán. LP

«Acabamos de cerrar. Hemos aguantado el verano con circunstancias adversas. Ha habido pocos vuelos y nos hemos restringido al público nacional», apunta María José Sanromán, poseedora de una estrella. El cierre afecta a Monastrell. No a otros de sus restaurantes. «He decidido cerrar porque el daño que me habría ocasionado abrir en invierno sería exagerado». Sanromán anuncia que ha aprovechado para pensar «mejoras». Volverá a abrir «y no sólo eso, sino que lo haremos con cambios increíbles. Vamos a ser más ecológicos. Tendremos huerto de producción agrícola en el restaurante junto al puerto de Alicante. «Nos hemos reinventado para conseguir cosas que no habríamos reflexionado si no nos hubieran dado un palo».

Vaticinio: «Creo que serán generosos. Pienso que a Camarena #le tendrían que dar la tercera estrella»

Miguel Barrera | Cal Paradís

«No viene gente de otras comunidades»

Miguel Barrera, con una estrella, asegura que cuando «en octubre y noviembre la situación se puso más dura, entre semana trabajábamos menos». A ello se ha unido que «no podíamos dar la misma cantidad de comidas que antes por las limitaciones de espacio». Explica que no introdujo la comida por encargo porque «estamos en un pueblo de 2.500 habitantes y el 'delivery' no tiene sentido. Aquí la gente viene de lejos». Y ahí es donde han percibido un cambio: «Tenemos entre un 15 y un 20 por ciento de público que llega de fuera de la Comunitat y esa gente no viene. Se ha perdido público de fuera de la Comunitat».

Vaticinio: «Hay gente que puede tener estrella. Me voy a mojar por uno, Vicente Patiño»

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