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ada dasí
Paterna
Martes, 19 de octubre 2021, 00:29
El periplo de Carla Stelardo, una madre de gemelas separadas desde hace tres cursos en dos centros educativos de Paterna, parece que ha llegado a su fin. Ayer, la Conselleria de Educación comunicaba a este medio que había ampliado la ratio para que las dos pequeñas que cursan segundo de primaria pudieran ir al mismo colegio La Font, de La Canyada, la ubicación más cercana de donde residen.
Han tenido que pasar tres años de dificultades e innumerables escritos a la dirección general y al inspector de Educación para que llegara esta reagrupación, avalada por un informe psicopedagógico que advierte de la necesidad de que las pequeñas estén juntas.
Carla todavía no se lo cree. Hasta ahora ha tenido que asumir el coste añadido de la escoleta matinera para dejar primero a una de sus hijas en La Font y llevar a la segunda hasta el Lloma Llarga, ya que el horario de entradas y salidas es el mismo en ambos centros. Por la tarde, lo mismo, una de ellas está en una extraescolar mientras recoge a la otra.
«No tengo vehículo privado y dependo del coche de la empresa», comenta, «por lo que primero dejo a una en el colegio más cercano y luego tengo un viaje de cerca de 45 minutos de ida y vuelta en metro para dejar a la otra en el suyo«. »Nuestra logística diaria es un caos lo que repercute negativamente en las niñas todos los días«, añade.
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La madre reconoce que cuando llegaron en 2018 para instalarse a vivir en La Canyada, lo entendió como «normal» porque el curso ya había empezado y solo quedaban esas plazas, pero tanto el año pasado como este se le han hecho cuesta arriba. En el presente curso tenía la esperanza de que atendieran a sus repetidas solicitudes, pero una de las niñas quedó excluida y el inspector le comentó que la única alternativa que tenia era juntarlas en otro centro de Paterna.
«Esta solución es vergonzosa y poco empática con nuestro caso. Me fue dada sin tener absolutamente en cuenta la situación emocional, psicológica y académica de mis hijas«, explica además de »la repercusión que este cambio puede generar en ellas, sin tener en cuenta la situación económica y familiar y por supuesto el contexto Covid-19 que pone en riesgo la salud de todos los alumnos y sus familias de cada escuela y del personal docente y educativo«, añade.
Carla estaba dispuesta a llevar su caso al Síndic de Greuges al enterarse de que, hace unos días, en la clase de su hija en La Font había un alumno nuevo. Esto fue la gota que colmó el vaso para Carla, «me sentí frustrada, como que no tengo igualdad de trato porque se me dijo que no podían incrementar la ratio«, apunta. Ayer, paralizó el trámite esperando la comunicación de Educación.
La Conselleria indicaba a este periódico ayer la decisión de reagruparlas y que cuando se publique la resolución en los próximos días, las dos hermanas pasarán a estar escolarizadas en el mismo centro. Además, añadían que «en todo momento la familia ha estado atendida por la dirección territorial, con reuniones presenciales y también por correo electrónico en las que se le han ofrecido opciones de escolarización de las dos hermanas en un mismo centro que rechazó«.
Según añade, «se ha hecho un esfuerzo para atender la petición de la familia para reunificar a las dos hermanas en el centro de su elección».
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