![Mazón, durante el acto](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202105/07/media/cortadas/mazon-catala-U30168635671AtG-R6HmoWaPrSlb2crDVe4zVPI-1248x770@Las%20Provincias-LasProvincias.jpg)
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burguera
Viernes, 7 de mayo 2021, 10:49
A Bonig dimitida, Mazón puesto. Y tan contentos. La sede del PPCV en Valencia mutó en 24 horas. De velatorio por la marcha de la ya expresidenta del partido a sala de festejos para celebrar la llegada de Carlos Mazón, que ayer oficializó lo que este periódico (y otros) apunta desde hace más de un año a pesar de que él mismo lo negase por activa y por pasiva incluso delante de la propia Bonig en diciembre: Carlos Mazón Guixot (Alicante, 1974) será candidato a la presidencia del PPCV que se decidirá en el Congreso Regional del próximo 3 de julio. No es un aspirante más. Es el favorito de Génova aunque él lo niegue. El que cuenta con el «beneplácito», según calificó el jueves Isabel Bonig la luz verde que la dirección nacional dio para el relevo. El presidente de la Diputación de Alicante enarboló un discurso y buscó posteriormente una escenificación que persiguen representar el inicio de un ciclo de conjunción de fuerzas. La idea de Mazón es «la reunificación del centro derecha valenciano, liberales, conservadores y socialdemócratas» en torno a un «proyecto ganador». Juntos, detrás de él. Y de María José Catalá, su futura número dos y actual líder del PP en la ciudad de Valencia.
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En el Cap i casal, en una de las plazas preferidas para el PP, el Parterre, bajo la sombra de la estatua de Jaume I, Mazón protagonizó un encuentro muy significativo. El dirigente alicantino, ya candidato oficial, se dio cita allí con exdirigentes del partido. No unos cualquiera. Alberto Fabra, expresidente de la Generalitat, Fernando Giner, expresidente de la Diputación de Valencia, Alejandro Font de Mora, exconseller y expresidente de Les Corts, así como diputados nacionales y senadores (Belén Hoyo, Fernando de Rosa, Vicente Betoret, Camarero), exdirigentes orgánicos como Antonio Clemente o Rubén Moreno, exaltos cargos del Consell en tiempos del PP como González Cepeda, exdiputados autonómicos reincorporadas a la vida del partido como Verónica Marco o Víctor Soler, 'fontaneros' orgánicos como Antonio Lis, personas muy cercanas a los equipos de Esteban González Pons o de la propia Catalá cuando estuvo en el Consell, personas vinculadas en su momento al PP que posteriormente se incorporaron a otras entidades, como Enric Esteve, presidente de Lo Rat Penat. No estaba Isabel Bonig, obvio, pero sí personas situadas en su círculo de confianza, como la diputada Elena Bastidas. O Felipe Carrasco, un fichaje de la ya expresidenta para las listas autonómicas. Igualmente, en la plaza estaban la diputada alicantina Elisa Diaz, y los valencianos Jorge Bellver o Alfredo Castelló, así como los concejales del grupo municipal que dirige Catalá en el Ayuntamiento de Valencia. Lo mejor y más variado de cada casa popular.
En sintonía con esa escenificación, una hora antes, Mazón se presentó para anunciar su candidatura a presidir el PPCV. Tampoco llegó solo a la sede del partido. En la comparecencia le acompañó María José Catalá, que será su directora de campaña (y secretaria general, en sustitución de Eva Ortiz, en el caso de que gane), los tres coordinadores provinciales de su candidatura (Eduardo Dolón por Alicante, la senadora Salomé Pradas por Castellón y Avelino Mascarell por Valencia) y el coordinador de los tres, el diputado y alcalde de Finestrat, Juan Francisco Pérez Llorca.
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Mazón rechazó que sea el candidato de Génova: «No hay designación de la dirección nacional, sería un incumplimiento de los estatutos». Y es cierto que no hay ningún papel firmado por Casado y García Egea donde decretan el futuro nombramiento del dirigente alicantino como presidente del PPCV, pero también lo es que el relevo de Bonig por Mazón se augura desde hace un año. El propio candidato ha admitido que en sus reiteradas negativas relativamente recientes a su deseo a ser candidato había un poco de trampa. «En aquel momento (diciembre del año pasado) no podía anunciar algo que no tenía decidido. Me costó cuatro meses pensármelo. Escuché a mis compañeros y fui formalizando esa decisión. Lo que ha cambiado desde entonces es ese proceso», señaló Mazón, quien indicó que presentó su candidatura ayer «y no antes por respeto a mis compañeros, al proceso y a Bonig, presidenta hasta ayer. Quiero aprovechar para agradecerle a Isabel su trabajo y su dedicación. Ayer demostró que es una mujer de partido, generosa».
«Ya tenía ganas yo de hablar y, una vez convocado el congreso, es el momento para presentar mi candidatura. Estoy convencido de ser capaz y tener fuerzas para liderar un proyecto para todos, para la Comunitat, independientemente de la manera de pensar de cada uno, sexo o condiciones de cada persona», ha reconocido Mazón, que también negó que pueda ser etiquetado de 'zaplanista'. Dijo estar «muy orgulloso de los legados» de los gobiernos del PP, también de su paso por el Consell de Eduardo Zaplana, cuando fue director general, aunque negó poder ser «etiquetado».
Junto a las admisiones y negaciones, Mazón desplegó sus intenciones políticas. No cerró ninguna puerta aunque ya deslizó algunas batallas que pretende dar. «El PP está preparado para ese último impulso que necesita para ganar, para ganar todos, y para eso tenemos que alcanzar la Generalitat», aseguró.
«Tenemos un 42% de paro juvenil. Ese es el principal drama de la Comunitat, el paro juvenil. Me van a escuchar mucho hablar de los jóvenes», señaló el líder del PP alicantino, para quien «las listas de espera» en materia sanitaria y de bienestar social, «suben. La educación pública es una copia de la imposición catalana. Cuando a la Comunitat se la nigunea, el Consell no la defiende, baja la cabeza ante el Gobierno socialista de Sánchez, y como ejemplo, no hace ni un mes se apostaba por las baterías eléctricas, el Ejecutivo central exhibió su apuesta por Cataluña y nadie dijo nada. Se ha excluido a sectores clave y nadie ha dicho nada. O ante el trasvase Tajo-Segura, en el mejor de los casos, se disimula. Nos callamos ante la financiación y lo único que conocemos es que Puig fue a reunirse con el ministro Iceta, aquel que decía que la Comunitat es una nación, para hablar de federalismo».
Mazón apostó por «una bajada de impuestos, la defensa y la unión de la Comunitat, al margen de educación, lengua o religión de cada uno, y la libertad, claro que sí: educativa, sanitaria, para la economía, con menos impuestos... una Comunitat centrada, abierta y que defiende sus señas de identidad sin complejos ante nadie. No se agacha ante Cataluña ni odia a Madrid».
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