Puig rectifica y dice que nunca pidió un impuesto para las rentas altas de Madrid

El presidente de la Generalitat matiza su predisposición a imponer un tributo que ha sido descartado por la ministra Montero y afirma: «El efecto capitalidad se puede compensar de otra manera»

burguera

Miércoles, 18 de agosto 2021

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, fue víctima de una confusión masiva. Nadie le entendió bien, al parecer, cuando hace casi un mes, durante ... un desayuno informativo celebrado en Madrid, abrió la puerta a la posibilidad de establecer un impuesto a las rentas altas radicadas en la capital. Pues resulta que no es así. No dijo eso. O no lo quiso decir a pesar de que así fuera interpretado.

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La propuesta de Puig en relación a la tributación madrileña apareció en periódicos de toda índole, pero no. Ni tributo, ni exacción, ni carga, ni gravamen, ni arbitrio, ni nada de nada de eso. Un mes después (tiempo durante el cual ha recibido aceradas críticas del PP así como de patronales y hasta una negativa rotunda de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien aseguró el pasado 6 de agosto que «ni está ni estará en la agenda» del Ejecutivo) Puig rectificó. O matizó. El presidente afirmó que él «nunca» planteó específicamente un nuevo impuesto para las rentas altas de la Comunidad de Madrid, sino que «se debía estudiar cómo compensar el efecto capitalidad», algo que ha defendido que es posible «de otra manera» y no solo por la vía fiscal.

«Yo nunca dije que debiera ser un impuesto, dije que se debía estudiar cómo compensar el efecto capitalidad (...). En ningún caso hablé del impuesto como tal, no dije que tuviera que ser por la vía de un impuesto nuevo», puntualizó en rueda de prensa tras presentar un plan de salud mental.

Literalmente, lo que dijo el 21 de julio el jefe del Consell, preguntado si barajaba la idea de un impuesto, fue que «podría ser una opción», para añadir, exactamente: «Por lo tanto, busquemos la mejor solución. No voy a improvisar un impuesto, pero sí que esa vía tiene que estar presente». Ya no está presente y, según Puig, no lo estuvo jamás, ya que resulta que «nunca» lo dijo. Tras dejar aquella puerta abierta que ahora no era tal, hasta la patronal valenciana, liderada por Salvador Navarro, puso en cuarentena la iniciativa del jefe del Consell.

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«Hay que buscar fórmulas» para solucionar ese «efecto capitalidad» que Puig denuncia, y que le ha valido que desde la oposición se le recuerde el modo en que Valencia también centraliza de manera contundente gran parte de la actividad económica y administrativa de la Comunitat. Ante el revuelo organizado en torno a esa «opción» a la que el presidente se mostró favorable, ahora Puig afirma que no quiere centrar el debate territorial en este impuesto. Se trata de un tributo que, a pesar de la opinión del ministro Escrivá (le auguró que la idea tenía «recorrido»), no puede convertirse en la piedra angular del debate. Puig considera que se debe abordar el «reequilibrio» fiscal, algo que, considera, «parece bastante lógico» y que a su juicio debe partir de las «rentas altas y grandes corporaciones» de Madrid.

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