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Guerra, inflación, elecciones. Esta sucesión de hechos, entre febrero de este año y mayo del próximo ejercicio, explican a 'grosso modo' el giro de Puigen su discurso, el de este martes, el último de la legislatura como presidente de la Generalitat, ya se verá ... en las próximas elecciones si también ha sido el último de su vida al frente del Consell. No empleó la palabra «izquierda» en todo el discurso y se destapó con un paquete de medidas que, en muchos casos, firmaría el PP. Es el caso de la bajada de impuestos a las rentas inferiores a 60.000 euros, o el anuncio de la utilización de la sanidad concertada para rebajar sí o sí las listas de espera en Sanidad, o el anuncio de que el Consell «manifiesta la voluntad de invertir el máximo legal en ayudas directas a empresas líderes que se instalen en la Comunitat».
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El giro al centro de Puig fue contemplado con mucha cautela por sus socios, especialmente Compromís, que echó de menos que el presidente fuera este martes más reivindicativo en materia de financiación, respecto a la deuda histórica o a la falta de infraestructuras en la Comunitat. La misma reserva generó la rebaja fiscal anunciada por el jefe del Consell en las filas del Gobierno central. Mientras Sánchez, en su discurso en el Debate del Estado de la Nación, giró la izquierda, Puig mira hacia el centro de de cara a las elecciones, de tal manera que algunas de sus medidas parecían calcadas a las que Mazón promueve desde hace meses. De hecho, la síndica del PP le advirtió de que los valencianos, frente a «la copia», elegirán el «original» en las próximas elecciones.
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Ante el mensaje de Puig de que «no es casual» la llegada de Volkswagen o el anuncio que ha hecho de la implantación de un centro de actividad informática de la japonesa Hitachi, desde las filas nacionalistas y podemistas, socios del PSPV en el Consell, los aplausos fueron contados. No le valió de mucho a Puig la propuesta de recurrir a la sanidad concertada para reducir las listas de espera, un problema que afloró reiteradamente en los discursos del PP, Cs y Vox.
La sombra de las urnas es muy alargada a estas alturas del calendario. Y la inflación. Quizá por la suma de ambos factores, en el discurso de Puig se registró una hiperinflación de anuncios, cerca de 80, un récord de 'ximoanuncios' que pulveriza los anteriores registros. Hasta ahora, el jefe del Consell no había superado el medio centenar de propuestas en los debates de política general. Que ya son muchas.
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¿Sobre los temas espinosos que han convertido el año actual en el peor del Consell? Ni palabra. Puig realizó un repaso entre optimista y triunfal sobre la gestión del Consell, y también de la conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas... menores, personas mayores, dependencia... ni una palabra de la dimisión de Oltra ni el aumento de los altos cargos imputados en el caso Oltra.
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Y lo mismo respecto al tren de Bejís afectado en el incendio que se registró en esa zona este verano. Este último tema se convirtió en el elemento central del careo entre Puig y María José Catalá, la síndica del PP, porque la popular pudo afear que alguna medida fiscal (la rebaja a los que tributan ingresos por menos de 10.000 euros... cuando se trata de valencianos que no están obligados a presentar el IRPF), pero en realidad no podía apretar el acelerador en materia tributaria por el modo en que el jefe del Consell se aproximó a sus postulados. Por todo ello, Catalá cargó contra la gesión de Bravo del incendio en el que se registraron heridos de diversa gravedad en un tren a su paso por un Bejís en llamas. Si el año pasado, el PP apuntó hacia Oltra, esta vez lo hizo contra la consellera de Interior y Justicia.
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Temas como el corredor mediterráneo o la financiación, dos asuntos que se intercalaban en tres de cada cuatro palabras pronunciadas por el tripartito durante años, pues ya no. Puig tardó hora y media en hablar por primera vez de la financiación. «Hemos obtenido 'de facto' la financiación que reclamábamos», afirmó el presidente de la Generalitat, para estupor de Compromís y decepción de Podemos, a cuya síndica, Pilar Lima, le supieron a poco los «parches» de Puig: «Hay que apretar más a quien más tiene». La síndica de Compromís, Papi Robles, advirtió de que las medidas fiscales no pueden rebajar los ingresos ni deteriorar los servicios públicos. Aviso a navegantes.
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