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Belén Merck, en el quirófano simulado de la Cardenal Herrera. Jesús Signes

¿Quién es Belén Merck?

La doctora agradece a sus padres que le inculcaran la curiosidad por conocer y recuerda con cariño que la veían más como economista. Sí tuvo que dejar de lado la vocación por la pediatría. «De seis semanas con niños me pasé tres con mocos y fiebre»

MARÍA JOSÉ CARCHANO

Martes, 3 de diciembre 2019, 01:17

Belén Merck tiene una sonrisa a flor de piel, aunque ante la cámara sea de nerviosismo. «No me gustan nada las fotos», confiesa. Y eso que ya tiene algo de práctica, aunque sea porque su nombre suena más allá de las paredes de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Cardenal Herrera CEU, donde da clases; en cirugía oncológica del cáncer de mama se ha convertido en una de las profesionales a tener en cuenta. Y eso que, reconoce, no tiene todo el tiempo que quisiera para investigar. En la semana que se celebra el día internacional del cáncer de mama, Belén Merck cree que el objetivo es cronificar una enfermedad odiada y temida, porque, aunque suene a pesimismo, «es una realidad que todavía no sabemos cómo curar todos los casos».

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-Empecemos por el final. Es profesora en el CEU, además, es médica en ejercicio y, por si fuera poco, investiga. ¿Hace lo que siempre ha querido?

-Yo creo que he hecho siempre lo que me ha gustado, con lo cual me considero una mujer afortunada. Ahora lo que más me llena es mentorizar estudiantes, proponerles retos para que avancen; al fin y al cabo yo ya voy de retirada y hay que dejar paso a gente más joven con ideas más novedosas. Además, trato con mujeres y he podido participar en proyectos muy interesantes. Siempre les agradecí a mis padres que desarrollaran en mí la curiosidad por muchas cosas, que me ha hecho buscar retos nuevos.

-Y con una familia numerosa de quien ocuparse.

-Sí, tengo cuatro hijos y soy de esas mujeres afortunadas que he podido compatibilizar una carrera profesional con una vida muy satisfactoria. Lo he debido hacer muy bien porque me casé hace veintinueve años con un traumatólogo que ha sido un gran apoyo para mi carrera profesional, que ha sacrificado muchas cosas para que yo pudiera desarrollar algunas.

Un sueño por cumplir

  • Ser abuela No duda un segundo. A Belén Merck le encantaría ser abuela. «Es un sueño porque me gustaría invertir en mis nietos el tiempo que no he dedicado a mis hijos». Además, quiere ser una abuela de «pelo blanco que haga unas meriendas estupendas y que cuente historias interesantes, como lo viví yo con mis propios abuelos».

-¿Cómo ha sido el camino hasta llegar hasta aquí?

-Yo creo que la pasión es fundamental; lo que hagas te tiene que gustar, de otra forma es complicado llegar a las metas. Eso no quiere decir que sea fácil; llegar arriba es muy difícil, pero cuando pones entusiasmo y, sobre todo, mucho trabajo -yo estudio cada día-, consigues lo que te propones.

-¿Por qué su elección fue la Medicina?

-Desde que era pequeña quería ser médico y no sé muy bien por qué. Entré en la facultad de Medicina pero en mi casa nunca pensaron que iba a pasar del primer trimestre; veían que tenía muchas más posibilidades de hacer otras cosas relacionadas con la economía o la empresa. Después quería ser pediatra, hasta que hice mi primera rotación y de seis semanas me pasé tres con mocos y fiebre. Así que la primera vez que entré en una quirófano me sentí tan fascinada que decidí que era eso lo que quería hacer.

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«Yo ya voy de retirada, hay que dejar paso a la gente joven»

-¿Algún hijo le ha seguido?

-Tengo una arquitecta, un graduado en Comunicación y una economista; quizás la pequeña sí estudie Medicina. Ellos me dicen: «hemos pasado nocheviejas y nochebuenas solos con abuelos, porque siempre estabáis de guardia». Sí, ha habido años muy duros de muchísimo trabajo, que nadie se lleve a engaños.

-Sé que ha encontrado una afición que le apasiona.

-Es adictiva. Voy todos los años a Filipinas a operar a mujeres con cáncer de mama que no pueden pagar los tratamientos. Y los estudiantes ven que, sin medios, se puede hacer medicina de verdad.

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