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Inés Gabaldón y Luis Hoyas Adrián se casaron en San Agustín. La novia llevaba un vestido diseñado por Savage. porpartedelanovia

El boom nupcial tras las restricciones

Los profesionales que organizan eventos tienen la agenda llena lo que queda de año. Eso sí, con algunas diferencias respecto a la etapa pre-Covid: se celebran a mediodía, son más reducidas y se invierte más en música en directo o decoración

Martes, 28 de septiembre 2021, 01:12

Estamos en otoño pero para las bodas es primavera. Florecen como si fuera mayo. Este mes se están celebrando tantas, que apenas hay huecos en las iglesias y masías. ¿Qué está pasando? «Muchas parejas tuvieron que cancelar su boda por la pandemia, llevamos un año ... de retraso, y ahora se están celebrando las del año pasado y las reservas de este. Además, con el toque de queda muchos novios lo han pasado a mediodía, porque ya no tienen la opción de la noche, así que el 2022 está todo lleno», cuenta Conchita Cañamás, de la Tartana Bodas y Eventos, una de las empresas de decoración floral más conocidas.

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La maquinaria de los eventos está funcionando a todo trapo, mucho más que antes de la pandemia. Los diseñadores no dan abasto para vestidos de novia e invitadas, los peluqueros, maquilladoras, 'wedding planners', empresas de catering y decoración, todos trabajan a destajo y tienen las agendas llenas este mes.

La lista de novios que se han casado estos meses es interminable: Vicente Lassala y Teresa Carrau, Tono Carbonell y Georgina García, Borja Trenor y la alemana Franziska Jautz, Macarena Remohí y Juan Martínez Zafra, Carmen García Puertas y Alfonso Pascual, Juan Beneyto y Laura Biason, Diego Fernández y Martos y Ana Pascual, Carolina Senent y Sergio Enrique Sánchez, Inés Gabaldón, Sandra Sánchez Requena y Alberto Carballo, Raquel Climent y Víctor Pesudo, Marta Calabuig, Rocío Pérez, Patricia Olivo, Lucía Romero… incluso se están celebrando fiestas de aniversario de bodas que tuvieron que limitar invitados en su día, como la de Andrea Serra y César Royo.

Lorena Oliver, de Araventum, dando los últimos retoques a la decoración floral de las mesas de una boda.

Carla Peiró, una de las socias de la Guinda de tu fiesta junto a Rocío Andrés y María González, es una de las profesionales que no tiene ni un minuto libre estos días. «Se están celebrando tantas bodas que tenemos que hacer encaje de bolillos entre todos. La gente tiene muchas ganas de celebrar cualquier cosa; cumpleaños, eventos de empresa y lógicamente bodas».

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Además, curiosamente los jóvenes se están volviendo a casar. Eso dice David Zafra, del catering de autor Kook's: «Durante un tiempo las bodas decayeron pero ahora la gente se está casando mucho y más joven. Incluso entre los invitados hay más ganas de celebrarlo», algo que corrobora Lorena Oliver, wedding planer de las Bodas de Araventum: «La gente tiene ganas de reencontrarse después de un año tan difícil y le ponen mucha ilusión. Al celebrarse de día, el concepto ha cambiado, es más un tardeo de copas y no tan discoteca como antes. Además, las bodas son de menos comensales y lo que se ahorra en menús se invierte en decoración o música en directo».

Afortunadamente en Valencia hay muchos espacios para atender la demanda de bodas. Los clásicos de la Cartuja, la Vallesa, Masía del Carmen, Aldamar, San Antonio de Poyo, Huerto San Vicente, Mas de Alcedo, y también lugares fuera de Valencia como Casa Santonja en Dénia, la Finca Mezquida en Xàbia, la Barraca, Finca de la Fredad en Dénia, La Torre by Bonho en Sierra Calderona o la Masía el Pinar en Bétera. La oferta se ha ampliado mucho, ha abierto el Telar de Miguel Martí y en Valencia hay sitios emblemáticos para grupos pequeños como el de Ricard Camarena en el Alto de Colón. Además, las empresas han aprovechado el parón de la pandemia para reinventar y redecorar sus espacios.

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Marta Calabuig, con un porpartedelanovia

«Casa Santonja ha sido el número uno de las masías este año», cuenta Conchita Cañamás, que tampoco ha tenido un día libre. La flor es la reina de las celebraciones de boda. «Esta temporada hemos utilizado mucho la buganvilla, así como los verdes y árboles altos con volúmenes y centros desestructurados.

La tendencia son decoraciones muy naturales, en colores triunfa el monocolor dentro de la misma gama o con fuertes contrastes. «Antes predominaban los tonos suaves, pero ahora vienen con fuerza los fresa y azul marino, colores muy intensos que resaltan la decoración, es como si tradujesen la intensidad, rabia y fuerza de volver a celebrar», añade Carla Peiró.

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La decoración de las bodas también se ha adaptado a la pandemia. «Son más alegres y se da protagonismo al jardín, la gente se encuentra más segura al aire libre», cuenta Lorena Oliver.

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