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José Ramón Tomás y Gemma Albert, propietarios de la vivienda, junto a Rubén Muedra, responsable del proyecto. damián torres

La casa de José Ramón Tomás y Gemma Albert

Casa Oriol es una vivienda ubicada en una urbanización con campo de golf donde el reto era conjugar la privacidad con la apertura de los espacios al exterior

Elena Meléndez

Valencia

Lunes, 19 de julio 2021

Si Rubén Muedra, el arquitecto que hizo realidad el sueño de José Ramón Tomás y Gemma Albert, tiene que definir la Casa Oriol en tres palabras, habla de comodidad y espectacularidad, pero también de provocación. «Le tenemos especial cariño a este proyecto en el estudio», explica Rubén. Los propietarios vivían en México la primera vez que hablaron con el arquitecto y le explicaron sus necesidades y preferencias. «Se consiguió el objetivo de una forma sobresaliente, porque contamos con una vivienda muy cómoda, en la que se vive muy bien, con mucha privacidad y con una excelente relación con el exterior», explican.

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Ubicado en una urbanización con campo de golf, con parcelas alargadas y excelentes vistas, los propietarios querían una vivienda proyectada hacia el exterior, pero que al mismo tiempo tuviera la suficiente privacidad respecto a las parcelas colindantes. Se consiguió con el diseño de unos porches amplios, cerrados en los lados con grandes losas de hormigón.

La vivienda está organizada en tres volúmenes independientes

Organizado en tres volúmenes independientes, el objetivo de este proyecto era precisamente esa comodidad de que, menos el estudio, la única estancia elevada, el resto de la vivienda se ubica en la planta baja, con una excelente relación con el exterior. El bloque central, donde se sitúa el salón, cuenta con un gran patio central que facilita la iluminación natural y la ventilación cruzada y se convierte en una extensión del salón.

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Los propietarios, en situación de prejubilación, querían una vivienda cómoda, y la entrega se realizó unos meses antes del inicio de la pandemia y el confinamiento. «Estamos seguros de que vivir en una casa como ésta nos ha hecho un poco más fácil superar este periodo tan duro para todos. La hemos disfrutado muchísimo».

El proyecto se modela mediante planos verticales y horizontales construidos en hormigón armado blanco texturado, con encofrado de madera. De esta forma, su construcción ha sido «un trabajo de moldeado altamente artesanal. Aluminio oscuro y vidrio son los únicos materiales que acompañarán al hormigón blanco. La luz natural hace el resto», explica Rubén Muedra, que ha podido incorporar precisamente la luz como un elemento más en la decoración, creando en el exterior juegos de luces y sombras. Y si los propietarios tienen que elegir una estancia, se decantan por el salón, «aunque quizás pasamos más tiempo en la cocina. También nos encanta el patio central y los porches».

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