Su destino, el que tenía por delante si hubiera aceptado la herencia familiar, era dirigir un conocido restaurante en Vistabella, en la provincia de Alicante. Pero Eduardo Navarrete había sentido desde que tenía uso de razón que no encajaba en aquella familia tremendamente conservadora que ... esperaba algo diferente de él. Spoiler: A día de hoy tienen una relación estupenda, y en sus redes sociales aparece con padres y abuelos. «Cuando empecé a desfilar en pasarelas al menos ya no me veían como una mamarracha», se confesó el diseñador en una entrevista a Mujerhoy.
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Así que con diecisiete años salió de su pueblo natal alicantino, Bigastro, fue transportista por las noches y se imaginaba de vedette en el cabaret parisino Folies Bergere. Y su primer destino fueron los veranos de Ibiza, la meca del movimiento drag, donde se convirtió en la Nenuco, por obra y gracia de una amiga, la Pepsi. Le dijo «Eres muy rubia y muy mona. Eres muy Nenuco». Así que ahí se quedó un apodo que le sirvió en esa etapa en la que sus sueños de ser vedette se vieron cumplidos, aunque rápidamente viró hacia el que iba a ser el sueño de su vida: ser diseñador. Y ahí empezó bien, estudiando Diseño de Moda en la Escuela Superior de Imagen y Diseño de Barcelona, donde se afianzó su compromiso y fue definiendo qué tipo de diseñador quería ser; alguien que pusiera por delante el diseño de autor, la moda 'made in Spain', el concepto de 'slow fashion' y el acercar las pasarelas a la gente.
Eduardo Navarrete y Ágatha Ruiz de la Prada han protagonizado una polémica por un supuesto plagio. El diseñador alicantino se inspiró en el logo de unos conocidos grandes almacenes y el parecido con la propuesta de Ágatha hizo sospechar. Los dos han desmentido cualquier plagio.
Comenzó a vestir a famosas, la Terremoto de Alcorcón se convirtió en su musa, prendas suyas lucieron su admirada Nieves Álvarez y también Bibiana Fernández. Sólo le faltaba el empujón definitivo de la fama, que llegó con Maestros de la Costura. Aunque no ganó aquella edición, se convirtió en el concursante más conocido.
Polémico, deslenguado, ha vivido enfrentamientos con Lorenzo Caprile, en una relación de amor odio entre los dos que ha tenido besos en la boca y pullas de un lado y otro. Hace unos días dijo en una entrevista en La Razón que vestir a la Reina Letizia le parecía «una cosa muy anticuada», en clara referencia al juez de Maestros de la Costura. «Si me llama la Reina no le voy a decir que no, está feo decirle que no, pero que digas que me hace especial ilusión vestir a Letizia me pillas ahora que no», dijo el diseñador alicantino.
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Desde aquel primer programa en Maestros de la Costura, Eduardo Navarrete se ha convertido en carne de concurso. Luego vino Masterchef Celebrity, donde confesó que a él lo de cocinar no le interesaba para nada, que desayunaba, comía y cenaba fuera de casa, y que nunca se prepararía un táper. Pero ahí estaba, recordando momentos en el restaurante familiar, donde ayudaba de camarero. Y, al mismo tiempo, creando polémica, el tipo de concursante que adoran los productores.
Fue en Masterchef donde conoció a una de las personas que más importante ha sido para él en el último año: Verónica Forqué. En uno de sus últimos proyectos, el acercar la moda y las pasarelas a la gente, la convirtió en modelo en el mercado de San Antón, con un vestido que algunos meses después ha traído polémica porque se ha atribuido a un plagio uno de los diseños de la última colección de Ágatha Ruiz de la Prada. Aquel vestido con el que desfiló Verónica Forqué se había inspirado en unos conocidos grandes almacenes, y sin saberlo se convirtió en la última vez que se vio a Verónica Forqué antes de que se quitara la vida apenas unas semanas después.
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Eduardo Navarrete lo ha pasado mal por este motivo, la consideraba su amiga y se ha preguntado en redes sociales por qué no detectó las señales que podían hacer sospechar las intenciones de la que fuera en su día chica Almodóvar. Durante un tiempo estuvo algo desaparecido, pero
Pero ha vuelto con fuerza, con otro desfile en otro mercado, el de San Antón en Madrid, donde una vez más ha echado mano de amigos conocidos, como Mario Vaquerizo; Eduardo Navarrete ha sabido moverse en el mundo del famoseo y en ello está, intentando abrirse un hueco como diseñador en un mundo que no es fácil. El riesgo, hacer del personaje televisivo su profesión.
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De momento, su intención es seguir con su carrera pero también ayudar a quienes empiezan a través de '15 segundos', una central de marcas que tiene como objetivo precisamente dar un empujón a quienes, como él hace unos años, están empezando y no tienen el impacto social y mediático que el alicantino ha conseguido. Su compromiso con el movimiento gay y transexual también ha sido firme. En pleno confinamiento lanzó 'Para corona la nuestra', una acción solidaria para apoyar a las mujeres trans que se ganaban la vida ejerciendo la prostitución.
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