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Sala de estar, con antiguas pinturas al fresco restauradas y pavimento de mármol con vetas doradas. the node agency

El esplendor recuperado de una casa palaciega

La rehabilitación de este edificio señorial, ubicado en la Ribera Alta, ha consistido en rescatar la historia original de un inmueble que fue explotación ganadera, almacén y cría de gusanos

Jueves, 8 de septiembre 2022, 01:18

Una casa antigua es como una persona, tiene su propia historia. Se puede reescribir cada cierto tiempo, pero siempre sobre los cimientos, la estructura y la construcción original que constituyen su esencia. El proyecto del estudio Murad consistió en poner en valor esa personalidad, latente ... en todos los espacios y ambientes, gracias a una reforma integral en este caserón ubicado en la calle más antigua y noble de una población de La Ribera Alta.

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La Casa de la Seda fue erigida hace más de 200 años. A lo largo de su vida ha sido transformada en varias ocasiones, desde casa palaciega, cuando fue profusamente decorada, hasta almacén de productos agrícolas y explotación ganadera. Incluso se llegó a usar para la cría de gusanos de seda, y de ahí le viene el nombre, en homenaje también a una tradición histórica que ahonda en las raíces de la Comunitat.

María García y Málek Murad. the node agency

La trayectoria de Málek y María

La creatividad es quizás la característica más representativa del estudio de los arquitectos María García y Málek Murad. En la actualidad están proyectando o dirigiendo las obras de un hotel de lujo de cincuenta habitaciones en el Paseo Neptuno, viviendas en Torre en Conill, Jávea, Rocafort, Moraira, un edificio de 28 viviendas en Monasterios o la reforma del colegio Loreto.

Entre sus obras ya realizadas destacan el Hotel Mirlo en Barcelona, la rehabilitación del Palau dels Milà i Aragó d'Albaida, las oficinas Flywire, los pabellones de Exposiciones Temporales en el Museo de las Ciencias, la escuela infantil San Rafael en la plaza Vicente Ros Belda de Valencia, la escuela infantil de Massarrojos, el colegio San Francesc de Borja en Gandia, la clínica dental Lucía Gil, la clínica de podología Vela, multitud de rehabilitaciones de viviendas y locales, muchos de ellos en el Ensanche, diversas reformas en estadios de fútbol y pabellones deportivos tanto nacionales como en el extranjero, como los laboratorios de robótica de la Universidad de Bagdad, etc.

El leitmotiv es la construcción original. Se han retirado los sucesivos revestimientos de las paredes que a lo largo de los dos siglos de antigüedad se habían ido superponiendo, dejando al descubierto las bellas fábricas originales de mampostería y los enlucidos de cal. Los nuevos materiales utilizados son nobles también, como maderas, acero visto, mármoles y otras piedras naturales.

La distribución responde a las necesidades de sus nuevos moradores. Tras franquear el gran portón de entrada del cuerpo principal se accede a un amplio espacio abierto formado por el vestíbulo, el estar y la cocina. Se ha restaurado la campana-chimenea de la antigua cocina valenciana y se ha recuperado el aljibe del subsuelo reconvertido en bodega. Las habitaciones se distribuyen alrededor del patio central, donde también hay elementos singulares, como el antiguo pozo de agua y sus acequias. En la planta alta está la andana o almacén bajo cubierta, donde se producía la seda, reconvertido en sala de juegos polifuncional.

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Una vez atravesado el patio, se encuentra la que antiguamente era la cuadra y corral donde vivían los animales, convertido ahora en paellero-barbacoa. El espacio alberga además una piscina cubierta climatizada iluminada de forma natural por un gran lucernario, además del antiguo lavadero del pueblo, que había sido enterrado bajo el olvido a más de dos metros de profundidad y que ha sido descubierto y recuperado.

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