![Jose Boix y Sela Falcó: «Hemos compartido todo, hasta la afición a las carreras»](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202007/03/media/cortadas/jose-sela-kHeF-U110691612877niE-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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En casa de Pepe y Sela la noche de Reyes Magos es mágica. Ponen los zapatos y comida para los camellos, llenan la casa de globos y se acuestan con la misma ilusión que han visto en los ojos de sus nietos y de tantos otros niños que hace ya unos años contemplaban embobados sus caras durante la cabalgata. Todavía se le pone la carne de gallina a Pepe cuando recuerda aquel 5 de enero, subido a una carroza, y todos los momentos que vinieron después, en el Hospital La Fe o en el Colegio Imperial de Niños de San Vicente. Con la misma ilusión viven cada tradición en la que se han ido involucrando a lo largo de los años -moros y cristianos, la Pila Bautismal de San Vicente, el Ateneo, el Rotary, el Museo de Bellas Artes, la Orden del Querer Saber- yendo a la par en un camino que no siempre ha sido fácil, y que tuvo como último episodio la cancelación de las Fallas aquel fatídico 10 de marzo, con Sela en primera línea como vicepresidenta de Junta Central Fallera. Su vinculación con Valencia llega muy lejos, porque ellos están bastante alejados de ese carácter que se le atribuye a los valencianos de 'meninfots', y la charla en el mercado de Colón, un lugar que tiene mucho que ver con su pasado y su presente, empieza con críticas a la actuación del edil Grezzi en la concejalía de Tráfico de Valencia. «Se lo he dicho personalmente, no crea», dice José Boix, que pone el buen humor en la conversación.
-Algo sí sabe sobre Tráfico, usted.
-Jose. Siempre me he dedicado a procurar que la gente no se mate porque tenía una empresa que fabricaba señales de tráfico y barreras de seguridad, por eso me meto con Grezzi y le digo que no tiene ni idea de tráfico, ni de movilidad ni de nada. Durante mucho tiempo me he dedicado a viajar, y conozco cada rincón de España.
-Usted ha sido ama de casa.
-Sela. He criado a mis hijos y eso es lo más bonito del mundo. Que sí, que tienes momentos duros, pero hay otros que te llenan la vida, y cuando ves que ellos ahora son personas buenas, trabajadoras, me siento muy satisfecha del deber cumplido y del trabajo realizado. Porque Pepe venía los fines de semana y estaba lo justo para dejar la maleta con la ropa sucia y continuar con la limpia.
-¿Cómo se conocieron?
-Sela. Él salía con una chica que iba a Teresianas, como yo, y llegaba a la esquina a recogerla con el coche que le había comprado su padre. Dio la casualidad que se juntaba con mi pandilla de verano de El Vedat y ahí nos conocimos.
-Jose. Me acuerdo que íbamos a un sitio que se llamaba el Calavera, en el Perelló, y a la Barraca, en les Palmeretes. No ha pasado tiempo desde entonces... (ríe). -Mirando atrás, ¿creen que han tenido suerte al encontrarse?
-Sela. La verdad es que hemos tenido mucha suerte, porque lo hemos compartido todo. Me acuerdo que me contó que él corría en rallies, y yo ni sabía qué era aquello. Entonces tenía quince años y estaba como en otro mundo, pero a partir de ahí me fui poniendo al día, me iba con él e incluso le pasaba los apuntes de la carrera. Con el tiempo hasta he cambiado ruedas.
-¿Por estar juntos?
-Sela. Al final te enganchas, aprendes, y te gusta.
-Jose. Y se convirtió en una afición compartida.
-Los dos han involucrado en las tradiciones de una forma muy activa. Sela, su padre fue una persona importante en la sociedad valenciana.
-Sela. Nací en el Ensanche y mi mundo estaba entre estas calles, el colegio Teresianas, el mercado de Colón, la casa donde vivían mis abuelos. Mi padre estuvo siempre muy implicado en la sociedad, fue teniente de alcalde pero, además, se convirtió en presidente de la Feria del Juguete, Feiju, porque él tuvo un negocio que se llamaba Juguetes y Deportes Falcó. De pequeña estábamos en la comisión de la plaza del Mercado, donde mi hermana fue fallera mayor infantil. Mi otra hermana, además, se convirtió en regina dels Jocs Florals.
-Usted prefirió estar entre bambalinas, pero una cosa es participar, otra muy distinta es meterse de lleno en la organización como lo han hecho.
-Jose. El que no se arriesga no cruza el río. Cualquiera que organiza es criticado siempre, y si lo haces bien, nadie te dirá que lo has hecho, si lo haces mal todo el mundo hablará de tus pésimas decisiones. Hemos sido falleros, me ha gustado organizar, en la falla he puesto más copas que un tonto. Pero bueno, yo lo hago para que otros puedan pasarlo bien, y me sucede también cuando nos vamos de viaje con los amigos. Siempre tiene que haber alguien que se encargue.
-Sela. En esta vida hay gente que les gusta que les lleves, y a mí me gusta trabajar y defender la fiesta, las tradiciones. Yo no sería fallera mayor de Valencia porque a mí me gusta estar entre bambalinas, sin alardear de lo que he hecho. Solo con que las cosas salgan bien me siento orgullosa.
-¿Qué les ha movido?
-Jose. A mí me ha llenado el poder darme a los demás a cambio de nada y estoy orgulloso del trabajo que hice durante los ocho años que estuve en junta. En mi año Rotario, organización a la que llegué a través de mi suegro, hubo una premisa que era: «dar de sí antes de pensar en uno mismo». Y esa siempre la he mantenido yo a lo largo de mi vida. -Los dos han llegado a ser vicepresidentes de Junta Central Fallera. En su caso, Sela, está actualmente en el cargo.
-Sela. El haber podido llegar es una satisfacción enorme, solo por el hecho de que te llame el presidente de turno y te diga que quiere que estés en su equipo. Participar, aportar tu trabajo, tu grano de arena... eso para mí es lo principal.
-Pero el estar ahí también tiene su parte amarga, con momentos muy buenos pero otros no tanto...
-Sela. Sí, pero en la mente solo te quedan los buenos recuerdos más que los amargos, porque sabemos que todo tiene su parte buena y su parte mala.
-José. Además, es que lo malo ya llega por sí solo, así que lo mejor es quedarse con lo bueno. Prefiero ver la luz del sol que amanece cada día para todos.
-¿Sus hijos les han entendido?
-Sela. La vida ha cambiado, ellos ya son mayores, pero siempre nos han apoyado. El otro día me preguntaban qué es lo que me decidió a meterme de vicepresidenta, y la contestación es algo que me dijeron mis hijos. Uno me dejó claro que si era como reconocimiento por mi labor en las fallas le parecía fenomenal. El otro me contestó: «mamá, el tren solo pasa una vez en la vida, cógelo». Me animó a decir que sí. Cuando te sientes apoyada hace mucho, y lo han respetado.
-José, ¿qué son los pequeños placeres que uno se toma cuando está jubilado?
-José. Me dedico a escribir discursos, no sé para qué. O a buscar rutas para hacer con los amigos, salgo a andar cuando puedo, y nunca me he aburrido. Tengo muy buenos amigos y me sirve de distracción.
-Y si miramos al pasado más cercano, ustedes han sido siempre dos personas muy activas y encerrarse no debe de haber sido fácil. ¿Cómo han vivido el confinamiento de los últimos meses?
-Jose. En casa encerrados, asumiendo nuestra responsabilidad, sin salir a la calle más que para comprar. Todos los días me marcaba un horario para andar dentro de casa, por la mañana y por la tarde, me ponía a leer, con el ordenador o viendo series como la mayoría de españoles. Cumpliendo a rajatabla el horario que nos ponían.
-Sela. Yo he hecho cosas que hacía años que tenía pendiente. Por ejemplo, ordenar fotos que todavía estaban en el sobre de revelado, pero es que me subía por las paredes, y eso que hacíamos videollamadas con la familia, tenía contacto con la directiva de la agrupación de fallas del Ensanche, con Junta Central...
-Tienen nietos, ¿ejercen el papel de abuelos?
-Sela. ¿Sabe lo bonito que es cuando vienen corriendo y te dan unos besos y abrazos y te dicen cuánto te quiero? Eso no tiene precio.
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