La loca fiesta de cumpleaños en Valencia que recrea los años veinte

Sea por los personajes que vivieron esa época o por las fiestas interminables, los años veinte siguen manteniendo su atractivo. Tanto, que son la estrella de las fiestas temáticas. Cada año hay una fiesta que intenta recrear las que celebraba el Gran Gatsby en su mansión de Long Island. Ana García Rivera cumplía hace unos días cuarenta años y quiso celebrarlo así, con mucho brillo, con globos plateados, con música de jazz y charlestón, bebiendo champán y bailando hasta la madrugada. «Me hacía mucha ilusión hacer una fiesta así y encontré un antiguo club de jazz en la calle Linterna perfecto como escenario. Los invitados se portaron de locura», explica Ana.

Vestidos de época todos, unos de esmoquin, otros con traje inglés de tweed, otros con un estilo de vestuario de la serie 'Peaky Blinders' y ellas espectaculares con vestidos de lentejuelas y peinados ideales. El catering lo puso El Alto. «Llegué a las ocho y media con Ana Benito y Andrea Villafañe en un Rolls Royce. Pinchó música Manolo Mínguez y estuvimos hasta las tres de la mañana bailando y disfrutando».

Ana estuvo acompañada por su marido, Iván Martínez-Colomer, y por amigos como Vasco Onofre, Manuel Serrano Martín, Juana Camps, Eva Lapont, Kelly Alegría, Carla Zorita, Marta Álvarez, Eduardo Bozzo, Carlos Grollo, Carlos Tecles, Pedro Edgar Betoret, Cristina Salazar, Rafa Canut, Romina Martínez-Colomer, Alejandro Calatrava, Ana Tramoyeres, Carlos Martínez-Colomer, Vanesa Martínez-Colomer, Iban Redondo, Lucía y Fátima Martínez, Jose Crespo, Nuria Estrada y David Verdú, Jose María Buldú, Ruth Renart, Ana Benito, Arantxa Pérez Pous y Marina Arnal Fentanes. También fueron amigos suyos Inglaterra y Portugal, como Miguel Santos Costas, Lourenco Carvalho, Sam Weyel o Kim Tecles-Byrom.

La fiesta estuvo llena de detalles, como la espectacular tarta que le regalaron sus amigas y otros regalos tan glamurosos como un bolso de YSL, un pack de belleza con el famoso filtro de Charlotte Tilbury y bases de Bobbi Brown, unos pendientes, una parca de Paul Smith, un vino de edición limitada, dos botellas de champán Bollinger y el más especial, un collar con las iniciales de sus hijos que le regaló su marido diseñado por Guillermo Martorell de la joyería Sie7e.

Ana García Rivera es madrileña pero vive en Valencia desde que se casó con Iván Martínez-Colomer. Lo suyo fue un amor a primera vista. Había vuelto a Madrid después de estudiar administración de empresas hosteleras en Suiza y trabajar por medio mundo: Londres, Munich, México DF, Lisboa, Turquía y Montenegro. «Iván y yo teníamos un amigo en común, al que le comenté que iba a Valencia a una convención y me dijo: llama a Iván y te tomas algo con él. Aquí le conocí y desde entonces estamos juntos». Él estaba entonces dando la vuelta al mundo. «Me cogí una excedencia y me fui a viajar con él. En Australia me pidió matrimonio y nos casamos en Las Vegas. A la vuelta a España -yo seguía viviendo fuera-, me quedé embarazada y decidí venirme a Valencia. Ahora me dedico al marketing digital».