Mili Gil, un mundo verde

A Mili Gil siempre le gustaron las plantas, pero se le morían. Fue durante el confinamiento cuando las semanas sin salir de casa despertaron en ella la necesidad de tener contacto con vegetación. «Empecé a leer, a investigar con mi hermana Mery, nos compramos el libro de Compañía Botánica e hicimos un curso con ellas, son dos chicas argentinas que organizan talleres desde su empresa dedicada al mundo botánico. Con ellas aprendí todo lo que sé ahora de las plantas», explica.

Para Mili, las plantas tienen un componente terapéutico con beneficios directos en la salud como mantener el estrés a raya. «Con las plantas se crean lazos emocionales, la necesitas ver crecer, te emocionas cuando nace una hoja nueva, para mí es algo nuevo». Mili y Mery detectaron la nueva necesidad y se les ocurrió abrir una tienda de plantas, aunque al final decidieron integrarlas en un espacio de productos sin residuos llamado Hinojo Bazar.

- COSTILLA DE ADÁN. «Fue mi primera planta, es perfecta para empezar porque es fácil de cuidar, súper estética y crece muy rápido».

- TENDENCIA. «Cada vez hay más floristerías, tiendas de plantas y locales comerciales y de restauración en los que las plantas ocupan una parte importante».

- CHAT. «Tengo un grupo de WhatsApp con amigas en el que compartimos fotos de las plantas, con ellas también intercambiamos esquejes. Es como si fueran fotos de nuestros hijos… (bromea)».

- ESPECIES. «Cuando empecé a meterme más descubrí las Calatheas, que son muy bonitas o las Alocasias, que también son preciosas pero más complicadas de cuidar».

- UNA FORMA DE VIDA. «Una vez te inicias con las plantas te interesas por otras cosas que también te pueden generar bienestar como es el yoga, la meditación o la alimentación saludable. Está todo conectado».