Cómo quitar los pelos de tu gato de la ropa

Sí, puedes querer mucho a tu gato, pero seguro que odias que toda tu ropa esté llena de sus pelos. Los que vivan con un felino estarán más que acostumbrados a esta situación. Y es que estos animales sueltan una gran cantidad de pelo que se queda pegado a nuestras prendas.

Lavar la ropa no arregla el problema. Tras hacer la colada, la ropa suele salir de la lavadora con una cantidad de pelos importante. Así, además de que nuestra ropa no luce igual, los pelos de nuestra mascota pueden causar una avería en la lavadora, ya que se acumulan en las gomas, tuberías y desagües.

Para retirar los pelos de la ropa existen varios métodos eficaces y sencillos que pueden ahorrarnos algún que otro disgusto. Podrás lucir tu suéter favorito sin que esté acompañado de todos los pelos de tu mascota y evitar que los pelos de tu felino entren en la lavadora, eliminando el riesgo de estropearla.

El truco más eficaz es pasar un rodillo quitapelusas antes de lavar de ropa. Se trata de un cilindro de material pegajoso unido a un mango. Es barato, cuesta menos de 5 euros y se puede comprar en supermercados, droguerías y bazares. Al pasarlo por la prenda, los pelos del gato se pegan al rodillo, dejando la tela limpia. Eso sí, requiere paciencia.

Es importante recordar que hay que cambiar, cada cierto tiempo, el rodillo adhesivo por otro. Se puede conseguir un efecto parecido simplemente enrollando una tira de papel adhesivo en la mano y pasándola por la ropa.

Otra forma de quitar los pelos de tu mascota de la ropa y que requiere menos trabajo que cepillar las prendas es meter en la lavadora una esponja, un disco desmaquillante de tela o una pieza de gomaespuna. Al ser materiales porosos, atrapan buena parte de los pelos del gato, de manera que la ropa sale más limpia de la lavadora. No obstante, aunque ayudan a retirar los pelos, no los eliminan del todo.

En cualquier caso, si crees que la cantidad de pelos que suelta tu gato es excesiva, lo mejor es que acudas al veterinario porque puede deberse a algún problema de salud, al estrés o ansiedad o algún tipo de cambio hormonal.

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