Por qué tu gato se frota con el suelo tras limpiarlo con lejía

Los gatos son fieles compañeros de vida. Aquellos que viven con uno pueden dar fe de ello. Aunque tener uno en nuestro hogar es toda una gran responsabilidad, ya que debemos adaptarnos a sus manías y costumbres para que la convivencia sea lo más agradable posible. A veces, sin saberlo, cometemos errores con nuestras mascotas que afectan a su humor y a su bienestar.

Y es que los gatos son animales de lo más especiales. Tienen un comportamiento único y, a veces, misterioso. De hecho, tienen un sinfín de manías que forman parte de su cáracter. No necesitan pasear como los perros, puesto que detestan salirse de su zona de confort. Algunas veces huyen de nosotros y se muestran de lo más ariscos y otras, en cambio, nos persiguen a todas las partes de la casa a donde vamos, incluso hasta el baño.

Es normal ver a los felinos moviendo las patas como si amasaran, esto lo hacen para expresar que están cómodos y seguros. Utilizan la cola como parte de su lenguaje corporal, de manera que según la posición y el movimiento de esta parte de su cuerpo, querrán expresar un sentimiento u otro.

Los felinos suelen frotar su cabeza contra la tuya para dejar su olor en ti para marcar territorio. Seguro que, alguna vez, habrás visto alguna vez a tu gato delante de la ventana haciendo un ruido extraño con los dientes. Este castañeo es un movimiento innato con el que practica su mordisco.

También pueden saber si va a caer una tormenta y son amantes de los cementerios; odian el chocolate, el limón y el vinagre y se divierten rascando el sofá y otros muebles de la casa. Son capaces de saber en qué habitación estás sin verte y tienen una especie de sexto sentido, ya que pueden predecir cuando alguien está cerca de morir.

Otra de las particularidades de los gatos es su relación de amor con la lejía. Una peligrosa atracción que sienten hacia este producto químico que les lleva a frotarse contra el lugar donde esté.

Tras frotar el suelo con lejía, nuestro felino comienza a restregarse contra él e, incluso, a lamerlo. Una práctica inocente que puede convertirse en algo de lo más perjudicial para nuestra mascota. Los gatos se lavan por ellos mismos usando su lengua. Si después de restregarse por el suelo lamen su pelo para limpiarlo, ingerirán parte de esta sustancia que es tóxica para ellos.

Para evitar que nuestro gato tenga problemas de salud, lo mejor es no utilizar la lejía ni el amoniaco para la limpieza del hogar. Además de ser tóxicos, los derivados del amoniaco pueden incitarles a orinar en el lugar donde lo hemos aplicado porque es un componente de su orina.

Por eso, la mejor opción, es sustituir estos dos productos por un limpiador enzimático. Estos productos eco-responsables están compuestos a base de enzimas y detergentes con pH neutro que ayudan a disolver y a degradar diversos tipos de sustancias químicas. De esta forma, el gato no pensará que la zona recién limpiada es un lugar donde pueda hacer sus necesidades. Eso sí, en caso de aplicar este producto directamente sobre la superficie a limpiar, es conveniente aclarar tras 5-10 minutos de reposo porque, aunque es menos tóxico, sigue siendo perjudicial para los animales.

• Temas
• Mascotas