Precauciones a seguir con los niños en verano

El verano va asociado al tiempo libre, a la piscina y a la playa, a la montaña, a los juegos al aire libre. Niños y mayores esperan que llegue el tiempo de merecido descanso, pero la realidad es que uno de cada tres accidentes infantiles, según la Asociación Española de Pediatría, se producen durante los meses de verano. Es lógico, más tiempo fuera de casa, del colegio, es igual a más riesgos. Los expertos avisan: no hay que ser sobreprotectores pero sí estar pendientes, sobre todo dependiendo de la edad de los niños y de las circunstancias. Y usar el sentido común. 

Nerea Sarrión, pediatra valenciana que tiene miles de seguidores en redes sociales por sus consejos y charlas, explica que cuando tenemos bebés hay que estar muy pendientes del sol. «Los bebés pequeños son muy inmaduros, con una piel muy frágil y propensa a deshidratarse y a quemarse rápidamente». Por ese motivo, hay que hidratarles con frecuencia, priorizar estar en lugares frescos y bajo la sombra, evitar salidas en horas centrales del día (desde las 11 a las 17 horas) y evitar la exposición al sol prolongada. Además, la recomendación es cubrir la máxima superficie de piel posible, usar ropa de colores claros y que transpire, y si tiene factor protector UPF mejor, además de usar gorro y gafas de sol, si las toleran.

Si vamos a la playa o a algún lugar al aire libre a pasar varias horas, hay que llevarse frutas y verduras, que permitirán mejorar la hidratación. «Existen estudios en los cuales se evidencia que los niños beben menos líquidos de lo recomendado según sus necesidades: los más pequeños no perciben la sensación de sed, en ocasiones se limita el acceso a fuentes de agua o a la hidratación... Además, algunos niños cuando se hacen mayores, se hacen más selectivos respecto a la alimentación, con poca ingesta de verduras y frutas, alimentos ricos en agua y también en minerales esenciales», advierte Nerea Sarrión en Instagram.

Además, Nerea Sarrión recomienda usar protectores solares con filtros físicos o minerales de factor SPF 50, aunque en menores de seis meses no debería aplicarse. Tan pequeños mejor no exponerlos al sol, y optar por ropa con factor de protección UPF 50.

Otra de las grandes recomendaciones es la vigilancia en el agua. El ahogamiento es una de las principales causas de fallecimiento en niños y la supervisión tiene que ser continuada, aunque el niño sea algo más mayor y sepa nadar. Incluso las piscinas con poca agua son peligrosas, bastan solo unos centímetros para que se produzca un ahogamiento. Algunos expertos abogan por seguir la regla 10/20, es decir, mirar cada diez segundos al niño y estar a un máximo de 20 segundos de él, para llegar a tiempo.

Protegerles de los insectos es otra de las recomendaciones en los días al aire libre. Para ello, si vamos a estar en un lugar con muchos mosquitos, lo mejor es llevar ropa adecuada que cubra bien (manga larga, pantalón largo, zapato cerrado) y colores claros. Además, alejarse de zonas de agua las últimas horas del día, evitar perfumes, que atraen a los insectos, e instalar mosquiteras en ventanas o cunas. Lo ideal, según la pediatra, es comprobar la habitación antes de dormir y que los insecticidas en las habitaciones estén a más de 1,5 metros del bebé.

Hay que tener en cuenta que los repelentes previenen las picaduras de los insectos que pican, como mosquitos o garrapatas, pero no de aquellos con aguijón, como abejas o avispas. Hay que ajustarse a las indicaciones del producto y en niños menores de doce años no aplicar más de una o dos veces al día. Si vamos a usar protector solar, aplicar el repelente al menos treinta minutos después del protector.

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