Las pruebas de ADN sitúan al homicida de Marta Calvo en la escena de otro crimen en Valencia

El presunto autor del crimen de Marta Calvo se enfrenta desde el lunes a otros dos delitos de homicidio, uno de ellos en grado de tentativa, tras una investigación de la Policía Nacional. Los agentes del Grupo de Homicidios y de la Brigada Provincial de Policía Científica han obtenido pruebas que implican al narcotraficante Jorge Ignacio P. J. en la muerte de una joven por sobredosis de cocaína en junio de 2019 en un piso de Valencia.

La policía sospechaba que el delincuente colombiano era el presunto autor de la muerte de una prostituta de 26 años, Lady M. V., tras analizar un teléfono móvil de la víctima y encontrar la conversación de wasap que mantuvo con su último cliente, aunque no pudo identificar al sospechoso.

El homicida se llevó uno de los dos teléfonos que usaba la mujer con la intención de que la policía no pudiera localizar sus mensajes ni averiguar su implicación en la muerte de Lady, pero los investigadores encontraron la conversación en el otro móvil.

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se hizo cargo del caso a la espera de conocer el resultado de la autopsia y el informe del Instituto Nacional de Toxicología, que tardaron en llegar a la Jefatura Superior de Policía, según informaron ayer fuentes jurídicas.

El cadáver de Lady no presentaba signos de violencia cuando fue hallado por la dueña de la casa un día después de su muerte. La policía barajó en un principio la posibilidad de que la prostituta hubiera fallecido por una intoxicación de cocaína, ya que los agentes no encontraron indicios criminales en la vivienda de la avenida de la Plata.

Cuando la Guardia Civil detuvo a Jorge Ignacio por el crimen de Marta Calvo, la Policía Nacional aún no sabía las causas de la muerte de la joven colombiana. Tras constatar el Instituto Nacional de Toxicología la presencia de gran cantidad de cocaína en el cadáver de Lady, los investigadores atribuyen ahora al detenido un delito de homicidio, ya que consideran que pudo haber provocado la sobredosis de droga al introducir la cocaína en los genitales de la víctima sin su consentimiento.

Además, las pruebas de ADN incriminan a Jorge Ignacio al situarlo en la escena del supuesto crimen. La Policía Científica encontró restos biológicos del presunto homicida tras realizar una minuciosa inspección en la casa donde murió Lady. El cotejo del perfil genético de estas muestras con el ADN del narcotraficante ha dado positivo en el laboratorio de la Policía Nacional.

Ante la evidencia de las últimas pruebas, varios agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se desplazaron el lunes a la cárcel de Picassent para formalizar la detención de Jorge Ignacio, con la correspondiente lectura de derechos, por el homicidio de la joven colombiana. El preso se acogió a su derecho a no declarar tras ser asistido por el abogado Óscar Fernández, el mismo letrado que ejerce su defensa en el caso de Marta Calvo.

La policía atribuye también al narcotraficante otro delito de homicidio en grado de tentativa que corresponde a otra cita sexual con una mujer joven, que se negó a que el individuo le introdujera cocaína en sus genitales, como sospecha la Guardia Civil que hizo con Marta. Cuando la prostituta se dio cuenta de que el cliente pretendía meterle droga en la cavidad vaginal sin que ella diera su consentimiento, discutió con Jorge Ignacio y lo echó de la vivienda.

Como ya informó este periódico, la Guardia Civil baraja como hipótesis principal que Marta falleció por una sobredosis de cocaína provocada por el narcotraficante. El Grupo de Homicidios de la Guardia Civil concluye en un informe que la muerte de la joven «no fue accidental» ni la consecuencia de una acción imprudente, sino un homicidio doloso por «el afán egoísta del detenido por satisfacer sus inclinaciones sexuales».

Según el atestado, Jorge Ignacio siempre trataba de introducir cocaína a las mujeres en sus genitales, sin su consentimiento, cuando mantenían relaciones sexuales en dos casas en Manuel y l'Olleria, cuyos contratos de alquiler estaban a nombre de la madre del presunto homicida, y otras viviendas de Valencia. Tras localizar y tomar declaración a siete prostitutas, la Guardia Civil considera que puso en peligro las vidas de estas mujeres con un mismo patrón de conducta sexual, y por ende, acusa al detenido de otro siete delitos contra la libertad e indemnidad sexual.