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JAVIER MARTÍNEZ / MAR GUADALAJARA
VALENCIA.
Jueves, 14 de septiembre 2017
El hombre de nacionalidad sueca que mató a cuchilladas a un peluquero y a un subinspector de la Policía Nacional tiene antecedentes por tráfico de drogas y escribió una novela negra en la cárcel. Pierre Danilo Larancuent, de 34 años, fue condenado en 2004 a 14 años de prisión en su país y publicó tres libros con Ricard A. R. Nilsson, otro criminal que cumple cadena perpetua por un triple homicidio.
Varios medios de comunicación de Suecia informaron ayer de los dos crímenes cometidos en Valencia por este individuo con detalles escabrosos sobre el descuartizamiento de una de las víctimas, cuyo torso fue hallado dentro de una maleta en la avenida de Peris y Valero. Como ya informó ayer LAS PROVINCIAS, la policía encontró restos de sangre en la bañera y varios sitios más de la vivienda donde Pierre Danilo mató a cuchilladas a Enrique A. F., de 42 años y peluquero de profesión, y luego descuartizó el cadáver, según las investigaciones policiales.
Los tabloides suecos se refieren al doble homicida abatido a tiros en la calle Sueca como «el conocido criminal de Suecia occidental», y destacan la publicación en 2013 de su novela negra 'Con la muerte como sombra', así como varios artículos para diversas revistas, todos ellos firmados como coautor con el triple asesino convicto Ricard A. R. Nilsson.
Tras confirmar plenamente la identidad de Pierre Danilo Larancuent, el hombre que mató al policía y el peluquero del Ruzafa, la Policía Nacional continúa las investigaciones para esclarecer el móvil del asesinato del peluquero. Los agentes del Grupo de Homicidios tratan de reconstruir las últimas horas de vida de Enrique A. F., que fue visto el domingo por la noche en un bar cerca de la Estación del Norte en Valencia. Según las primeras pesquisas policiales, un móvil pasional pudo desencadenar el crimen, aunque no se descartan otras hipótesis hasta que no concluyan las investigaciones. Los familiares y amigos de Enrique A. F. desconocían la relación que la víctima mantenía con el narcotraficante sueco.
Los vecinos de la calle Sueca, donde tuvo lugar el descuartizamiento del peluquero y el posterior acuchillamiento mortal del subinspector de la Policía Nacional, desconocían también el pasado delictivo de Pierre Danilo Larancuent y su afición por la novela negra.
Los agentes del Grupo de Homicidios que entraron en el edificio tampoco conocían los antecedentes penales del reo de nacionalidad sueca, ya que acababan de localizar el domicilio del sospechoso. El goteo de sangre en las aceras que dejó el asesino al arrastrar la maleta con el torso del cadáver, desde su vivienda hasta el número 107 de la avenida de Peris y Valero, llevó a los investigadores hasta el piso donde habían descuartizado el cuerpo pocas horas antes.
Además, varios vecinos había visto el lunes por la noche cómo un individuo arrastraba una pesada maleta, por lo que la policía trataba de identificar a este hombre. El acuchillamiento mortal tuvo lugar sobre las 14 horas del martes, cuando el subinspector y otro policía del Grupo de Homicidios entraron en el portal del edificio y se toparon con el principal sospechoso: Pierre Danilo Larancuent. El narcotraficante bajaba por las escaleras en ese preciso instante con dos mochilas donde llevaba su ropa recién lavada y la documentación del hombre que había descuartizado, presuntamente, en la bañera de su vivienda. Quería deshacerse de las pruebas que le incriminaban y reaccionó de forma muy violenta cuando los policías lo identificaron.
Danilo Larancuent sacó un cuchillo de cocina que llevaba oculto entre sus ropas y atacó por sorpresa y sin mediar palabra al subinspector Blas Gámez Ortiz, de 51 años, que fue el primero en entrar en el patio de la finca. Gámez recibió varias cuchilladas en pocos segundos y apenas tuvo tiempo para reaccionar y cubrirse. Su brazo izquierdo paró algunas de las puñaladas pero no pudo impedir que el agresor le clavara el cuchillo en el tórax. El compañero del policía herido repelió la agresión con su arma reglamentaria y abatió a tiros al individuo armado, que murió instantes después. El subinspector también falleció pese a las maniobras de reanimación cardiopulmonar que la practicaron los sanitarios del SAMU.
Autoridades policiales, institucionales, judiciales y políticas asistieron ayer por la tarde a la capilla ardiente instalada en el complejo de Zapadores con los restos mortales de Blas Gámez. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, encabezó la comitiva institucional que impuso la Medalla de Oro al Mérito Policial a título póstumo al subinspector del Grupo de Homicidios.
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Cerca de 500 personas acudieron a las honras fúnebres entre familiares, amigos y miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, rezó un responso a la llegada del féretro, que fue recibido con aplausos en la entrada del vetusto cuartel de Zapadores. Zoido y los mandos policiales trataron de consolar a la viuda y los hijos del subinspector. Fueron momentos de gran tristeza y emoción al mismo tiempo.
Hasta el Debate del Estado de la Comunitat Valenciana se inició ayer en Les Corts con un recuerdo a Blas Gámez. El presidente del parlamento autonómico, Enric Morera, y todos los presentes guardaron un minuto de silencio en memoria del subinspector asesinado. También los hicieron sus compañeros en la puerta de la Jefatura Superior de Policía de Valencia.
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