La Guardia Civil reanuda hoy el operativo de rastreo en el vertedero de Dos Aguas para intentar localizar el cadáver de Marta Calvo, aunque mantiene abiertas otras líneas de investigación para buscar el cuerpo de la víctima en recónditos lugares tras analizar la geolocalización del teléfono móvil de Jorge Ignacio P. J., el narcotraficante encarcelado por la desaparición y muerte de la joven.
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El dispositivo de búsqueda en Dos Aguas continuará hoy con el desentierro de un gran número de toneladas de basura en la zona donde están sepultados los residuos que llegaron el pasado 9 de noviembre, dos días después de la desaparición de Marta. Los trabajadores del vertedero delimitaron el terreno con los datos que les facilitó la Guardia Civil sobre el pueblo donde creen que Jorge Ignacio se habría deshecho del cadáver.
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Si el narcotraficante arrojó los restos humanos a uno o varios contenedores de Silla, los investigadores podrían encontrar algún trozo del cuerpo en las balas de basura. Como ya informó LAS PROVINCIAS, Jorge Ignacio confesó que había descuartizado el cadáver y lo había tirado en una decena de bolsas a varios contenedores, pero negó haber asesinado a la joven.
Tras desenterrar y remover cerca de 170 toneladas de basura sin encontrar ningún resto humano -en las labores de rastreo que realizaron el jueves y viernes de la semana pasada-, los agentes no descartan que el narcotraficante hubiese ocultado el cuerpo de Marta en otro lugar, y luego habría mentido en su declaración, según esta hipótesis, para impedir que lo encuentren. De esta forma, sin cadáver ni autopsia, el presunto homicida podría mantener su versión de una muerte accidental, como declaró ante la Guardia Civil el pasado 4 de diciembre tras ser asistido por su abogado.
Los investigadores tratan de organizar la búsqueda del cuerpo de la víctima con las pruebas y pistas que han obtenido en las últimas semanas, pero la confesión de Jorge Ignacio P. ha convertido el caso en un rompecabezas macabro con piezas que no encajan.
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A la ausencia de sangre en la vivienda de Manuel, donde el presunto homicida asegura que descuartizó el cadáver, se une un escaso consumo de agua en la casa que no correspondería a una impecable limpieza de la sangre. Además, los agentes del Equipo Central de Inspecciones Oculares (ECIO) del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil no hallaron ningún resto de sangre pese a que desmontaron los desagües y varios tramos de tuberías, levantaron parte del suelo y utilizaron luminol y luces forenses para inspeccionar todas las habitaciones.
Después de esta búsqueda infructuosa tanto en la vivienda de Manuel como en los montes, simas, pozos, acequias, ribera del río Albaida y el vertedero de Dos Aguas, entre otros lugares, los investigadores continúan realizando indagaciones en las ubicaciones que obtuvieron tras analizar la geolocalización de uno de los tres móviles que usaba Jorge Ignacio.
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Los datos del teléfono han posibilitado que la Guardia Civil conozca ahora los movimientos del narcotraficante en los días posteriores a la desaparición y muerte de la joven, así como el desplazamiento que hizo el presunto homicida a la localidad de Silla. Una hipótesis policial es la posible ayuda que habría recibido para deshacerse del cadáver, aunque Jorge Ignacio no ha implicado a nadie en los hechos. La Guardia Civil también investiga si el cuerpo fue descuartizado en otra vivienda.
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