![Juicio caso Marta Calvo en Valencia | Los técnicos en tóxicos siembran dudas sobre la autopsia de Arliene](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202206/20/media/cortadas/PHOTO-2022-06-20-17-10-20-R2XbwCzZOkuPvfPoAQ6xw9J-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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RUBÉN GARCÍA BASTIDA
Lunes, 20 de junio 2022
Posible muerte natural. Esa fue la conclusión a la que llegó la forense del Instituto de Medicina Legal de Valencia tras realizar la autopsia de Arliene Ramos, una de las tres mujeres presuntamente asesinadas por Jorge Ignacio P. L. en una de sus ... 'fiestas blancas', donde habría introducido cocaína de una gran pureza por vía genital a sus víctimas hasta provocarles la muerte. En torno a ese resultado se cerró el caso por el fallecimiento de esta mujer, de 32 años y origen brasileño, tras mantener un encuentro con el acusado el 25 de marzo de 2019. Y en torno a ese resultado giró este lunes también buena parte de la sexta sesión del juicio para esclarecer estos tres presuntos asesinatos y otros ocho casos de tentativa en el plazo de 15 meses y medio. La sesión estuvo dedicada a la declaración de los expertos en tóxicos y análisis de muestras biológicas en el caso así como a las explicaciones de la forense, que se ratificó en el resultado de su informe y descartó la muerte violenta.
Según explicó la forense, el cuerpo de Arliene le llegó una vez que habían sido retirados los órganos con destino a su traspante. En concreto, le habían sido extraídos el corazón, los pulmones, los riñones, una cuña de bazo y otra cuña de páncreas, por lo que, aseguró, no pudo tomar muestras de sangre para detectar tóxicos, que se habrían visto alteradas por la administración de las sustancias necesarias para el proceso de explante.
Así, la médico se valió de las muestras de sangre tomadas en el hospital el día del suceso, en las que se hallaron bajas concentraciones de cocaína y benzodiacepinas, cuando Arliene ingresó tras sufrir fuertes convulsiones y donde entró en parada cardiorrespiratoria para fallecer nueve días después.
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Durante su declaración, la forense se ratificó en sus conclusiones, pero su versión se vio puesta en duda poco después por las explicaciones de los expertos en tóxicos de la sede barcelonesa del Instituto Nacional de Toxicología encargados de realizar un análisis minucioso de las muestras de sangre de Arliene. Estos explicaron que el tiempo transcurrido entre el consumo o administración de cocaína y la toma de una muestra de sangre es clave para determinar si la fallecida llegó a tener niveles letales de esta droga en su organismo. Durante la sesión quedó de manifiesto que el análisis se produjo sobre las 10.30 horas de la mañana, mientras que los presuntos hechos delictivos habrían ocurrido de madrugada, por lo que, según afirmaron, se debe pensar que la concentración de cocaína habría sido «mucho mayor» a la hallada en los análisis si se tiene en cuenta la administración de suero y otros fluidos y medicamentos en el hospital, que habrían favorecido la dilución de la sustancia y acelerado su eliminación.
Previamente, el abogado de la acusación Juan Carlos Navarro y la forense se habían enzarzado en una discusión al respecto. El letrado insistió en que, si el análisis de sangre se realizó «entre 6 y 7 horas después» del consumo y «la cocaína desaparece de la sangre en unas dos horas», no es posible que la forense pudiera concluir que no había habido intoxicación aguda. La forense señaló que si la hubiera habido, la muerte se habría producido de forma fulminante horas antes, a lo que el abogado respondió: «Ha obviado usted que a la víctima se le mantuvo viva con técnicas de reanimación».
La forense, que se mostró a la defensiva durante su intervención, insistió en que la cantidad de droga que se halla en un análisis es la misma «por mucha agua que se consuma» e independientemente de los fármacos que se le administren. A la salida del juicio, el letrado calificó de «absurda» esa conclusión tras haber escuchado a los especialistas de Barcelona y consideró que el caso de Arliene se cerró en falso en 2019. «Por eso hablamos de un feminicidio invisible», aseguró.
Otra de las cuestiones que volvió a quedar en evidencia en el juicio fueron los extraordinarios niveles de pureza de la cocaína hallada en la habitación donde Arliene Ramos fue encontrada convulsionando por una de sus compañeras aquella noche. Los agentes del laboratorio de la Policía Nacional que se encargaron de analizar tanto el polvo blanco encontrado en el lugar como un líquido de color pardo en una copa de cristal confirmaron que la sustancia pulverulenta era cocaína con una pureza del 81,6%. Del mismo modo señalaron que no contenía sustancias adulterantes ni había sido sometida a ningún tipo de corte, y que la concentración habitual en la droga que se puede encontrar en la calle es de «entre el 15 y el 20%».
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Testificó también una doctora de la sección Toxicológica del Instituto de Medicina Legal de Valencia, quien explicó que las muestras que se analizaron y que sirvieron para determinar la presencia de drogas en el organismo de Arliene fueron remitidas inicialmente por el hospital para una análisis de alcohol a petición de los sanitarios que la atendieron y que, tras el negativo obtenido para esta sustancia, fueron guardadas de nuevo en los congeladores del Instituto. Ahí permanecieron hasta que el caso se relacionó con las intoxicaciones de las otras presuntas víctimas de Jorge Ignacio y se solicitó el análisis de las mismas para dilucidar la presencia de otros tóxicos en el cuerpo de Arliene.
La abogada defensora de Jorge Ignacio cuestionó los resultados al interrogar a los trabajadores de Toxicología sobre la naturaleza de un medicamento administrado a Arliene en el hospital donde fue ingresada en estado grave. En concreto, este medicamento es el midazolam, que según señaló, se le administró como parte del tratamiento hospitalario. «Si no estoy equivocada, el midazolam es una benzodiacepina». Un extremo que fue confirmado por los expertos.
En cuanto a restos biológicos, los peritos policiales del Sistema Automático de Identificación Dactilar (SAID) confirmaron que las huellas halladas en una copa de cristal y una lata de refresco en la habitación donde Arliene empezó a convulsionar pertenecían a Jorge Ignacio P. J. Por otra parte, el análisis de un mechón de cabello del encausado, de diez centímetros de longitud, que sirven para determinar si hubo consumo de drogas en los diez meses antes de su toma, determinaron que no había ningún resto de tóxicos.
Uno de los testimonios más esperados de la sesión, el de una amiga de Arliene que se encontraba en paradero desconocido hasta el pasado viernes y que estaba en el piso la noche de los hechos, se retrasó sin fecha después de que esta, que se hallaba en Barcelona, perdiera el avión para acudir al juicio.
El proceso continuará este martes con la declaración de una testigo que halló el cadáver de Lady Marcela Vargas, segunda presunta víctima mortal, la inspectora jefe del grupo de Homicidios de la Policía Nacional y otros efectivos policiales relacionados con la instrucción del caso.
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