La Guardia Civil halla posibles restos de sangre en el coche de Miguel Ricart

Los agentes del Equipo Central de Inspecciones Oculares (ECIO) de la Guardia Civil hallaron las posibles muestras de sangre en la parte frontal y trasera del respaldo del asiento del copiloto tras comprobar el resultado positivo del reactivo que utilizaron.

A pesar de que las pruebas posteriores realizadas en el laboratorio del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil no confirmaron el hallazgo de los restos biológicos, los especialistas creen que esto se debe a la acción de los rayos ultravioletas durante 29 años y a la cantidad ínfima de ADN que contendrían las muestras.

El indicio forense cobra relevancia al coincidir el lugar donde fueros hallados los posibles restos de sangre con la posición que, según la declaración que realizó Ricart el 2 de marzo de 1993, ocupaba Toñi, la niña que sufrió una herida sangrante en el coche al ser golpeada por Anglés.

La confirmación de la prueba genética supondría «el primer avance forense del caso en casi treinta años», afirma Félix Ríos, perito judicial, criminólogo y presidente de una de las dos asociaciones que ejercen las acusación popular en el caso Alcàsser.

Los especialistas de la Guardia Civil utilizaron el reactivo químico Bluestar, uno de los reveladores de sangre más eficaces, pero el resultado positivo no fue confirmado luego en el laboratorio. Según Ríos, «esto no quiere decir que no sea sangre, sino que no puede asegurarse por distintas razones».

El perito señala que la prueba «no es discriminante, sino sólo una prueba de refuerzo», y agrega que existen «ensayos de laboratorio donde se obtiene reacción al Bluestar en una muestra de sangre y luego no se consigue la prueba confirmatoria en el laboratorio, ni tampoco ADN».

Como consecuencia de esta falta de evidencias, Ríos ha solicitado al juez instructor que requiera a la Guardia Civil más información sobre «el subtipo de Bluestar» que utilizaron los especialistas, y posteriormente, valorar la conveniencia de una segunda prueba con otro reactivo químico.

Como ya informó LAS PROVINCIAS, el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil ha analizado ya un total de 116 muestras recogidas en las inspecciones de los coches de Ricart y Anglés, pero no ha obtenido ningún dato de interés para la investigación.

«Estamos a la espera de más pruebas pendientes, entre ellas el estudio de los tapizados de los vehículos conservados en un depósito judicial desde 1993 y las pruebas de ADN de los pelos y vellos púbicos encontrados en los escenarios y cuerpos de las víctimas», añade Ríos.

El objeto de estos nuevos análisis forenses es afianzar la acusación contra Anglés si fuera detenido y juzgado por el triple crimen, así como arrojar luz sobre la posible participación de más individuos en las violaciones y asesinatos. Y por ello, en el caso de que los biólogos puedan obtener nuevas muestras de ADN, el juzgado ha ordenado cotejarlas con los perfiles genéticos de tres amigos y dos hermanos de Anglés.

La Guardia Civil ya investigó la posible participación de los cinco sospechosos en el triple crimen, pero no obtuvo pruebas para procesarlos. Además, el primer juez instructor de la causa, el magistrado José Miguel Bort, resaltó en un auto «la absoluta inexistencia de indicios» incriminatorios. Respecto a Mauricio Anglés, el magistrado aseveró que los elementos reveladores de su supuesta participación en los hechos «son de escasísima fuerza y fiabilidad».