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Todo parece normal, pero nada lo es. Esas personas que almuerzan en un pálido día del nuevo año parecen hacerlo en un bar de la avenida Real de Madrid, pero el local está lleno de polvo y andamios. Esa mujer que arrastra un carro ... de la compra lo hace tras haber tenido que cruzar el río para abastecerse, porque en La Torre no hay restaurantes. Siempre en el filo de la normalidad, las pedanías de alrededor de Valencia que se vieron sorprendidas por la voraz barrancada del pasado 29 de octubre piden ayuda para volver al 'exotismo' de coger el ascensor o comprar tomates cerca de casa y exigen más ayuda al Ayuntamiento de Valencia.
Y eso que, es indudable, la cosa está mejor de lo que estaba. Como para no estarlo, claro, más de dos meses después de la noche más oscura de la ciudad. En las pedanías del sur (porque el agua llegó a Pinedo, El Perellonet o El Palmar; casi nade se libró) se intenta hacer vida normal, pero pasear por Real de Madrid es hacerlo bajo el sonido de una chupona que limpia un garaje en la calle Hellín, y recorrer Sociópolis es pasar al lado de paredes donde el agua dejó una marca marrón de más de un metro y donde los aparcamientos libres en la calle son los que dejan los coches destrozados que ocupan todavía varias de las plazas.
La presidenta de la Asociación de Vecinos de La Torre, Aniuska Dolz, apunta que lo primero que habría que solucionar en la pedanía es no tener que cruzar a Valencia para todo. Porque en las pedanías del sur todavía se dice «ir a Valencia», aunque en realidad, como insisten los dirigentes vecinales entrevistados para este reportaje, son tan de la ciudad como la calle Colón. Dolz cree que para solucionar este problema «deberían volver a abrir los supermercados». «Sólo tenemos dos tiendas, dos fruterías y verdulerías. Para todo lo demás, tenemos que coger el bus», explica Dolz, y cruzar el río hacia la ciudad más allá del Plan Sur.
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Además, reclama sí o sí que se pongan en serio con el tema de los ascensores. «Hay gente que lleva muchas semanas sin poder salir a la calle», cuenta la dirigente vecinal. En este sentido, también reclama que se pongan en marcha las ayudas para reabrir comercios, porque muchos talleres de la zona siguen cerrados. «Aquí no había demasiado comercio, pero es que ahora no hay nada», lamenta Dolz, que reclama más frecuencia del 9, que les une con el resto de Valencia. «Suele llegar atestado de gente, hay mucha afluencia», insiste.
En Horno de Alcedo no tienen la misma reclamación sobre el 9, que funciona «razonablemente bien», según fuentes de la asociación de vecinos, pero sí exigen más frecuencia para la 23. «Antes, la 14 nos unía con Castellar o Pinedo y pasaba cada 15 minutos. Ahora, la 23 lo hace cada 40. Y aquí sólo tenemos pediatra dos veces a la semana», lamentan desde la entidad.
Así las cosas, en esta pedanía exigen saber por qué se ha excluido Horno de Alcedo de las ayudas «de Amancio Ortega». «Lo hemos preguntado por escrito a la Diputación de Valencia. Seleccionaron a 38 municipios y no sabemos el criterio, por lo que hemos pedido las actas de esas reuniones para saber por qué se nos excluyó», indican.
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La entidad también solicita ayudas directas. «No sabemos si es competencia del Ayuntamiento, pero debería porque Valencia es la tercera ciudad de España. No hemos visto ayudas dirigidas a las viviendas o a los vehículos. ¿Cuántos de los 22.000 habitantes que viven en las pedanías del sur hemos sufrido consecuencias? Nunca habíamos tenido tantos árboles de Navidad, hemos tenido un vino de honor... son cosas para intentar animar a la gente, pero lo que la gente necesita son ayudas directas. Hemos tenido viviendas con tres metros de agua», relatan de forma muy gráfica.
Además, en Horno de Alcedo lamentan que no hay una salida bajo la pista de Silla para que el agua busque la Albufera en caso de inundación. «No la hay. Sólo hay un túnel que se inunda rápidamente, se colapsa, y cuando eso pasa se anegan las viviendas más cercanas. Los vecinos tienen que limpiar ellos las acequias los días de lluvia para garantizar que el agua sale con normalidad, porque a lo mejor vienen los operarios por la mañana pero cuando llega el agua lo hace llena de basura y se obstruyen las acequias», explican fuentes de la asociación de vecinos de Horno de Alcedo. Carta hecha y enviada. Que Sus Majestades se den por enterados.
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