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Interior de uno de los autobuses de la línea C1, ayer por la mañana. Irene Marsilla

Los vecinos piden que se mida el ruido del tráfico en la calle Xátiva

El aumento del tránsito de autobuses de la EMT impide el descanso de residentes que se quejan de los cambios en la circulación

Mar Guadalajara

Valencia

Miércoles, 17 de febrero 2021, 14:59

El ruido de los motores de los autobuses es constante. Por la calle Xátiva junto al Instituto Luis Vives circulan ahora cerca del doble de líneas de la EMT que antes. «Estamos acostumbrados al tráfico, los pitidos y a todo el jaleo que te puedas imaginar», dice resignada una vecina y reconoce que «los autobuses son lo último, lo que faltaba». Como ella, la mayoría de residentes en la zona, asume que el ruido del tráfico forma parte de su día a día.

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Sin embargo, creen que se debería controlar más los niveles de contaminación acústica y tener mediciones fiables para saber a qué niveles alcanzan en ciertas zonas con más afluencia.

«Desde luego que esto es el día a día, no nos queda otra que asumirlo pero lo que sí se debe exigir es que haya un control con este tema porque así tal vez, cuando se superen ciertos límites pues se pueda hacer algo, como pasaba con la contaminación en Madrid, que si se llegaba a un tope se cortaba el paso», propone otro de los que habitan en la calle Xátiva, después de conocer que el Síndic de Greuges ha pedido al Ayuntamiento realizar los informes técnicos oportunos para valorar el impacto del tráfico de autobuses en esta zona.

Desde la EMT y la concejalía de Movilidad no hay respuesta pese a que el Síndic les dio un mes para aceptar o no las consideraciones del Alto Comisionado de Les Corts, entre las que se pidió adoptar todas las medidas necesarias para reducir al máximo posible la contaminación acústica y atmosférica.

Los afectados no son sólo los residentes en la calle Xátiva; el ruido también afecta a quienes viven en la calle Sant Pau. «Teníamos dos paradas y ahora tenemos 10 y es una calle que no supera ni los 500 metros, es insoportable la verdad», arremete uno de los vecinos.

También en el IES Lluís Vives sufren el ruido debido al incesante tráfico. Desde la jefatura de estudios aseguran que es habitual soportar los atascos. Y uno de los profesores añade que la vegetación que les rodea amortigua el sonido de la calle pero en la parte de atrás «donde está la Iglesia y donde tengo el taller si que llega mucho ruido», reconoce.

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