La plaza del Ayuntamiento de Valencia, a debate

Ante la indefinición municipal, el futuro de la plaza del Ayuntamiento sigue más en el aire que nunca. Parece haber una suerte de consenso tanto en el propio Consistorio como en la calle sobre que es necesaria una reforma del céntrico enclave, que desde la eliminación de la plaza sobreelevada en 1961 ha sufrido muy pocas modificaciones. Pero más allá de esa necesidad, cada actor social de la ciudad tiene una opinión distinta sobre qué hacer con la plaza, mientras que el propio Ayuntamiento ha pospuesto el debate al menos hasta que empiecen las obras de la plaza de la Reina: desde el Consistorio entienden, como lo hacen otras entidades como la Asociación de Comerciantes de Centro Histórico y el Ensanche, que cualquier modificación en la plaza del Ayuntamiento ha de ir ligada a las actuaciones en la cercana Reina, porque entre otras cosas afectaría a cuestiones tan importantes para los vecinos y comercios del entorno como la ubicación de las paradas de la EMT o los actos que se celebran en la plaza, cuestionados últimamente tras la instalación de un mercadillo que criticaron vecinos y oposición. Cualquier cambio en la plaza tendrá que tener en cuenta los nuevos usos dados por el Consistorio a la explanada central.

Y es que la reurbanización del céntrico enclave parece un sainete de difícil solución. Todo comenzó hace ahora un año, en octubre de 2017, cuando al anunciar las obras de la plaza de la Reina el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, se descolgó al anunciar también la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento entre las calles San Vicente esquina con María Cristina y Periodista Azzati, pero sólo en la parte recayente a la fachada municipal. El anuncio pilló a contrapié a casi todo el mundo, incluido a sus mismos socios del Gobierno. El PSPV, encargado, además, de la concejalía de Urbanismo, puso el grito en el cielo. Lo hizo al estilo PSPV, con buenas maneras pero con firmeza, de manera similar a como lo había hecho cuando Grezzi anunció en la Mesa de la Movilidad que iba a prohibir aparcar en el carril bus por las noches. Al final, tras uno de esos episodios de «debate interno» que el tripartito siempre ha reconocido y que el alcalde de Valencia, Joan Ribó, ha alabado en varias ocasiones (la última vez, la pasada semana al hilo del Bloque de Portuarios), se decidió que fuera la concejalía de Urbanismo la que llevara a cabo la actuación prevista.

Sin embargo, en febrero de este año, el alcalde se reunió con vecinos y comerciantes del centro histórico en una reunión a la que no asistió Grezzi, lo que se interpretó como si el primer edil asumiera las competencias de Movilidad al menos en el centro de la ciudad. Tras esa reunión, el alcalde reconoció que no sabía cuándo se podría poner en marcha la reurbanización de la plaza por los plazos administrativos.

Nada ha cambiado desde entonces. El concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, anunció en el pleno de noviembre la puesta en marcha un concurso de ideas, cuya licitación está pendiente, sobre la plaza. Sin embargo, fuentes de su concejalía explicaron el pasado sábado que por el momento se están elaborando los pliegos que regirán el concurso.«Tenemos ya un primer borrador», comentaron. Paralelo a este proceso, como explicaron, y tal como ocurrió con la plaza de la Reina, ha de ir un proceso participativo puesto en marcha por la concejalía de Participación Ciudadana que «debe estar en contratación y saldrá pronto». «Durará tres meses y lo que salga se incorporará», indicaron.

Así las cosas, parece poco probable que la remodelación de la plaza del Ayuntamiento se celebre antes de las elecciones de mayo de 2019, para las que quedan siete meses. Sobre todo porque dependen de las obras de la plaza de la Reina, que están a la espera de un informe de la Conselleria de Cultura para poder empezar. Los primeros meses de 2019 podrían encontrarse el centro en obras, a apenas unas semanas de los importantísimos comicios municipales del año que viene.

En cualquier caso, los cambios que se proponen para la plaza del Ayuntamiento van dirigidos a mejorar el tránsito peatonal en una plaza que, como el alcalde Ribó ha dicho en varias ocasiones, es ahora mismo «una rotonda». Pero también es la piedra angular sobre la que orbita el tránsito en el centro de la ciudad, un tránsito, además, que ya se ha visto afectado por cambios como la creación del anillo ciclista o la peatonalización de la plaza del Mercado, frente a la Lonja. Por eso, desde el Consistorio consideran clave la plaza del Ayuntamiento y cualquier cambio habrá de ser consensuado entre distintas concejalías.

Si hubiera que elegir un uso importante para la plaza del Ayuntamiento, únicamente uno, ese sería el fallero. El enclave es el epicentro de la fiesta josefina, la más importante de la ciudad y una de las más famosas del mundo, por lo que la reurbanización habrá de tener en cuenta las peticiones de los colectivos falleros de la ciudad. La Junta Central Fallera (JCF), por ejemplo, asegura que los árboles del centro dificultan la visión de la mascletà, que se dispara todos los días de marzo en la plaza. Así lo asegura Pere Fuset, presidente de la JCF, que insiste en que para la cultura festiva una remodelación «sería genial, ya que de hecho cada vez que hacemos uso de la plaza esta se convierte en peatonal». Habla Fuset de Navidad, de las campanadas, de San Vicente, de la Gran Fira... El presidente de la JCF pide que el centro esté disponible para disparar la mascletà durante las Fallas.

El Colegio de Arquitectos de Valencia es una de las primeras entidades a las que el Ayuntamiento consulta antes de llevar a cabo cambios de importancia. O lo ha sido en algunos asuntos, como la plaza de la Reina, para cuya remodelación se han basado en un concurso organizado por el colegio en 1999, y con la misma plaza del Ayuntamiento. Lo confirma Mariano Bolant, presidente del colegio, que asegura sin embargo que esos primeros contactos para la intervención que quería hacer Movilidad en el tramo entre Sangre y Periodista Azzati han quedado paralizados. Para Bolant, cualquier cambio ha de ir encaminado a hacer la plaza un lugar «agradable para pasear». En este sentido, critica la ordenación del tráfico bajo el balcón, «dado que por ahí pasan seis carriles de circulación». «Ningún Ayuntamiento importante de Europa tiene ese tráfico frente a su fachada», insiste. «Hay que restringir el tráfico para aliviar ruido y contaminación y para poder transitar con mayor fluidez», dice Bolant que, además, cree que las casetas de las flores «habría que reubicarlas: están todas mirando hacia la calzada».

Iban Alcalá, del comité de empresa de la EMT, pide que las paradas de los autobuses municipales sean accesibles y que el transporte público tenga «prioridad con carriles bien señalizados». Hoy, llegan a la plaza, a cualquiera de sus seis paradas, un total de 23 líneas, entre ellas seis nocturnas, lo que supone un 40% del total de la red de Valencia. La reubicación de estadas paradas es clave no sólo para los propios trabajadores de la EMT sino también para vecinos y comerciantes.

La Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia ve con buenos ojos «todo lo que sea ganar espacio público para el peatón», siempre y cuando se garantice «que no se va a invadir de terrazas u otros elementos, y siempre que se garantice la accesibilidad de vecinos y de un transporte público eficiente». Así lo asegura Tania Cortés, vocal de Movilidad de la federación, que además reclama «un proceso participativo previo similar al de la plaza de la Reina para que todos los agentes y entidades vecinales hicieran sus aportaciones».

El presidente de la Asociación de Vecinos de Ciutat Vella, Rafael Mampel, destaca que la plaza del Ayuntamiento es «muy complicada» por las paradas de autobús. «Creo que una parte central peatonal más amplia hacia la parte de la calle San Vicente sería una buena cosa y una doble altura central como era antiguamente también tendría su encanto», comenta Mampel.

La Asociación de Comerciantes del Centro Histórico y el Ensanche, que instala todas las navidades una pista de hielo en la plaza, solicita que el espacio central esté acondicionado, con conexiones eléctricas y adecentado, para evitar problemas como los que hubo cuando instalaron la pista por primera vez y hubo que comprar un generador nuevo que pagó la entidad, tal como explica su gerente Julia Martínez.

Antonia Mata, una de las floristas más antiguas de la plaza, reclama que las floristerías sigan orientadas hacia la calzada. «Nuestros clientes llegan en coche. De hecho, cuando se peatonaliza la plaza, no hacemos nada de negocio», lamenta Mata, que recuerda que cuando se instaló el mercadillo no vendieron.

Fernando del Molino, presidente de la Federación Sindical del Taxi de Valencia y Provincia, exige que puedan llegar a cualquier punto del centro: «Cuanto más accesible sea la plaza para nosotros, mejor». «Es necesario que podamos llegar a todos los rincones del centro tanto taxis como residentes», asegura.