La Guardia Civil halló en octubre 141 mecheros en casa del presunto incendiario de El Saler

En concreto, aunque el presunto pirómano fue detenido el 25 de octubre (en la que fue su tercera aprehensión tras las de 2000 y 2005, también por presuntamente causar incendios), fue el día 30 cuando se llevó a cabo el registro de la vivienda. En él, los agentes hallaron 116mecheros de distintas formas y colores y 21 encendedores de varios modelos, así como un bote metálico con gas a presión marca Cliper de 300 mililitros. Este hallazgo coincide con lo que dicen los vecinos, que aseguran haber encontrado decenas de estos mecheros alrededor de la vivienda, así como cientos de colillas.

Los agentes también se llevaron una importante sorpresa al encontrar 213 proyectiles del calibre 9 milímetros corto, 25 de 9 milímetros largo y 25 proyectiles del calibre 38 especial semiblindado. Para qué tenía esta persona tanta munición en su casa es un misterio, toda vez que no se tiene constancia de que dispusiera de armas en su domicilio. Los agentes decretaron su destrucción.

Además, en el registro se encontraron diversos modelos de prismáticos, tres chaquetas, cinco bandoleras y varias linternas de distintas marcas. Los agentes también se incautaron de dos ordenadores portátiles y al menos dos memorias USB y varias tarjetas, así como tres pares de zapatillas. Estas fueron enviadas al Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil de Madrid para determinar la presencia o restos de partículas vegetales, carbonizadas o no. Las chaquetas y bandoleras, por su parte, se enviaron para ver si tenían hollín, pero Madrid contestó que no podían determinarlo y fueron entregadas al juzgado.

Todo parece indicar que estas pruebas no fueron suficientes ni para la Fiscalía ni para la jueza de instrucción, pues la primera pidió y la segunda concedió la libertad provisional para el único detenido por los incendios de verano y principios de otoño al considerar que no había pruebas suficientes. La Guardia Civil lo tenía bastante claro, y también la Policía Local de Valencia, que identificó al único detenido en varias ocasiones a lo largo de esa tercera semana de octubre en los alrededores de los incendios.

También los vecinos lo tienen claro. Los residentes observaron este jueves, con alivio, que los cañones del sistema Sideinfo de lucha contra incendios ya están preparados en la Devesa, al menos varios de los ocho primeros, aunque no han sido instalados. El sistema estará listo, según indicó en su momento el Ayuntamiento, en torno a comienzos de primavera. No se trata de un sistema de extinción de incendios sino de uno de prevención: los cañones lanzarán agua que refrescarán el bosque con la intención de retrasar un incendio.

Es un motivo de calma para los residentes, que andan estos días nerviosos. Se articulan en torno a grupos de Whatsapp donde los rumores corren como una llama sobre la foresta reseca. Los vecinos de las torres donde vive el presunto incendiario están más que pendientes, y en comunicación directa con la Guardia Civil, por si detectan algún comportamiento extraño. Fue esa atención la que permitió el hallazgo de una garrafa de parafina que compró el presunto pirómano en enero. Agentes del Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Valencia la encontraron cerca de la casa de este individuo esta misma semana.

Mientras, la Associació Veïnal del Poble del Saler aprovechó este jueves para pedir más coordinación a las autoridades y que se aclaren los protocolos de salida de emergencia del parque en caso de incendio porque en su opinión «lo del lunes se pudo mejorar», según Pere Pau Carrillo, presidente de la entidad. La asociación ha colgado un comunicado en redes sociales en el que exigen dimisiones si no se toman medidas para aumentar la información que reciben los vecinos, que, aseguran, el lunes recibieron información oficial mucho después de que hubieran abandonado las torres.

La entidad también ha preguntado si está previsto informar a quienes pernoctan en autocaravanas en los aparcamientos de la playa en caso de incendio, porque temen que no esté programado y que en caso de incendio se den cuenta demasiado tarde de que tiene que salir de la zona.