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Viandantes por la calle San Vicente Mártir, junto a uno de los últimos comercios singulares cerrados. Irene Marsilla

Jaque a los comercios del centro de Valencia

La subida de alquileres y el interés de las franquicias cierran tiendas emblemáticas

Paco Moreno

Valencia

Martes, 7 de enero 2020, 00:46

El Plan de Ciutat Vella será efectivo el próximo mes de febrero, según la estimación que se hace en el Ayuntamiento de Valencia. Protegerá un total de 2.250 edificios para usos residenciales y definirá zonas de protección de pequeño comercio, como los ejes de la avenida del Oeste y la calle de la Paz, pero eso no garantiza la supervivencia de las tiendas más singulares, aquellas con presencia en el centro desde hace varias generaciones.

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El cierre de la tienda Nela hace escasas fechas y el que se produjo ayer en una conocida pastelería próxima a la iglesia de Santa Catalina son buena muestra de ello. Desde la asociación de Comerciantes del Centro Histórico y el Ensanche señalan que hay varios factores que explican este tipo de cierres.

«Los alquileres están subiendo y también hemos detectado un interés inusitado de las franquicias por establecerse en el centro. Saben que es el futuro por delante de los centros comerciales, como se dice desde hace años en todos los congresos del sector», señalaron.

«Las franquicias van como locas buscando locales porque el futuro está en el centro», dice en la entidad

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Galería. Comercios históricos de Valencia.

Ante esta situación, la decisión del Consistorio ha sido proteger de cierta manera los comercios tradicionales en el citado plan urbanístico, aunque «poco pueden hacer, más bien nada, ante las franquicias». La ley de la oferta y la demanda, aplicada al precio de los alquileres, juega a la contra de los pequeños comerciantes de Ciutat Vella.

La calle Marqués de Sotelo también es muy codiciada y donde se ha producido algún movimiento los últimos tiempos en favor de las franquicias. «Saben que funcionan muy bien en edificios emblemáticos en el centro, por eso están buscando ese tipo de locales», insistieron.

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La normativa municipal tampoco protege el interior de los establecimientos, tan sólo la fachada al afectarle la protección habitual de las fachadas por su valor patrimonial. Esto favorece los traspasos y la llegada de nuevos negocios que necesitan otras condiciones en el local.

Los últimos años ha llegado otro actor en el juego de fuerzas comercial. La venta electrónica ha cobrado una pujanza que ha obligado a modificar el modelo, reiteran desde la asociación. «El centro es el futuro», dicen una y otra vez. Aún así, eso no quita para que cada cierto tiempo se produzca alguna bajada definitiva de persiana.

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Las decisiones del Consistorio tampoco ayudan siempre. El mercadillo navideño que se instala en la plaza del Mercado ha provocado críticas en algún comercio de la zona porque los puestos tapan los escaparates. «Además, no están todos abiertos», señaló uno de los afectados. El portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, afeó al gobierno municipal que no haya podido consensuar todos los intereses, precisamente en una de las épocas de más ventas del año. La falta de visibilidad agrava el riesgo del cierre definitivo.

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