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Vicente Roig, presidente de la Federación de Moros y Cristianos de Valencia, estaba anoche más que nervioso. El responsable del desfile que congregó a un millar de participantes en la tradicional Entrada que sirve de colofón a la fiesta del 9 d'Octubre, acababa de pasar unas horas de preocupación y angustia. Dos manifestaciones convocadas por organizaciones políticas se habían metido en el itinerario del desfile en el primero de los casos y habían obligado a modificar el final en el segundo.
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La Entrada de Moros y Cristianos es toda una institución en Valencia y después de cumplir 16 años pensaban que ya lo habían visto todo. Pero no es así, a tenor de lo dicho ayer por Roig, quien cargó directamente contra la delegada del Gobierno, Gloria Calero, acusándola de no gestionar como toca el recorrido de las manifestaciones.
«Se ha celebrado y estaba a reventar de público. Pero la palabra «reventar» tiene más sentidos y, desde luego, hace referencia a la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana. Quizá el año próximo tengamos uno que conozca su tierra y su ciudad», manifestó.
La federación pidió hace meses un itinerario diferente al habitual debido a las obras en la plaza de la Reina. Suelen ir por la calle de la Paz, para entrar a la plaza del Ayuntamiento desde la calle San Vicente Mártir. «Solicitamos salir desde Pintor Sorolla y seguir por Barcas para entrar en la plaza, pero hace diez días nos dijeron que no podía ser», dijo.
Entonces la alternativa fue decidir un itinerario desde Paz, para que las comparsas pudieran entrar por la calle Marqués de Dos Aguas, girar por Abadía San Martín y embocar por la calle San Vicente Mártir hacia la plaza del Ayuntamiento.
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La primera sorpresa fue la negativa de la Policía a instalar una tribuna y dos filas de sillas para autoridades e invitados junto a la sede Consistorial. «Nos dijeron que imposible, que debía ir enfrente de la estatua de Vinatea», señaló. Las 20 comparsas y las bandas de música tampoco podían seguir hasta la calle Marqués de Sotelo, sino girar para acabar en la calle de la Sangre, algo mucho más delucido. ¿El motivo? Una manifestación convocada por organizaciones como Arran o la CUP, la más radical de las celebradas por la tarde y conocida como la «de los antisistema». Para Roig, el paso de esta protesta por la plaza del Ayuntamiento coinciendo con el horario de la Entrada de Moros y Cristianos es la mejor manera de «ser ninguneados, pisoteados, una fiesta con la que hoy volvíamos con ganas e ilusión. Una manifestación ultraizquierdista autorizada por la Delegación del Gobierno se carga nuestra fiesta tras 17 años».
Los radicales entraron por la calle Marqués de Sotelo para «pasar por delante del Ayuntamiento y dirigirse hacia la calle Barcas», indicó el presidente. Después de seguir por Pintor Sorolla, acabaron en el puente del Mar.
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Pero antes de eso, incluso de que llegara la primera comparsa a la plaza del Ayuntamiento, el público ya fue testigo del paso de la primera manifestación. «Cuarenta chavales escoltados por la Policía Nacional, no eran más, pero que entraron por la calle San Vicente Mártir coreando consignas a favor de los Países Catalanes y diciendo proclamas independentistas».
Esto provocó momento de evidente tensión entre el público. «Empezaron a increparlos porque no hay derecho a que ocurra algo así. No pasó nada más de milagro y siguieron hacia Marqués de Sotelo», indicó el presidente, quien reiteró que todo esto «era previsible; cuando llegaron las falleras mayores y las cortes de honor tuvimos que decirles que esperasen antes de entrar en la tribuna por si había algún tipo de incidente», se lamentó.
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Las falleras, comentó Roig, iban acompañadas por el concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana. «Nos ha dado la razón, pero señalaba que correspondía a la Delegación del Gobierno». Como publicó LAS PROVINCIAS, hasta tres manifestaciones no fueron autorizadas este año alegando que coincidía en horario y recorrido con actos oficiales del 9 d'Octubre. «Todo esto podía haberse evitado», aseguró el presidente.
Los incidentes provocaron un retraso en la salida de las comparsas. Teníamos que acabar a las siete y media de la tarde, pero no lo hicimos hasta las ocho y cuarto pasadas», comentó. Este año, el permiso dado por la Conselleria de Sanidad en el último decreto permitió la organización de la Entrada de Moros y Cristianos con las agrupaciones que tenían más adelantado.
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