«Indignado y preocupado» son los dos términos que utilizan vecinos del barrio del Carmen para describir lo que ocurre en uno de los ... pequeños jardines de esta parte del centro histórico. Los niños juegan en los columpios mientras los bancos están ocupados por personas sin hogar, que se cobijan del frío bajo unas mantas y plásticos.
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La pobreza hizo acto de presencia en numerosos parques de Valencia hace años, aunque ahora la situación amenaza con hacer crisis en Ciutat Vella. Los otros lugares donde hay juegos infantiles o, simplemente, un espacio lúdico habilitado para los niños, son la plaza Mesón de Morella, la plaza del Árbol o las zonas verdes que recaen a Guillem de Castro. Poco más.
Esa es la razón de la preocupación de los residentes. «Las familias no tienen donde ir, este parque se utiliza como dormitorio, pero también como letrina e incluso lugar ocasional para la prostitución, todo a plena luz del día, algo intolerable», dijeron.
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En la calle Guillem de Castro, en las inmediaciones de la calle Corona, hay un puñado de juegos infantiles y también es frecuente por las mañanas ver grupos de personas sin hogar, algunos con carritos de supermercados repletos de sus enseres.
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El jardín aledaño a la plaza Tavernes de Valldigna se enclava en una parcela municipal, a la sombra de la fotografía gigante de un modelo que representa a un guerrero, obra del artista Luis Montolio y colocada en la pared medianera de una finca. Los juegos infantiles son fruto de la reivindicación vecinal frente al Consistorio y parte del mobiliario fue aprovechado de una antigua zona de actividades en otro solar de la calle Corona, ya clausurada.
«El parque está situado a cien metros de un retén de la Policía Local y otro de Bomberos», señala uno de los vecinos a este periódico sobre el cercano edificio. Las personas sin hogar acuden más lógicamente por las noches, aunque «amanece y siguen allí, esta lleno de indigentes, bebiendo, fumando, sin mascarilla (cuando no se podía), practicando sexo, defecando y drogándose. Sí, en un parque infantil», desgrana el duro relato de los vecinos de esta zona de Ciutat Vella.
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Desde la asociación vecinal Amics del Carme señalaron, al margen de esta polémica, que se trata de una zona pendiente de un plan urbanístico, una vez descartada la continuación de la Línea 10 de Metrovalencia por el centro histórico. En las inmediaciones del polémico parque debía levantarse un edificio con la planta baja reservada para formar parte del acceso a una estación subterránea.
Tanto el Ayuntamiento como la Generalitat no le encuentran ahora sentido a esa alternativa, por lo que a día de hoy la Línea 10 acabará en la calle Alicante, junto a la estación del Norte. Las mismas fuentes indicaron que el Plan de Ciutat Vella mantiene este espacio a desarrollar.
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El Consistorio se hizo con la propiedad del antiguo Centro Excursionista para trasladar una biblioteca municipal y abrir un museo dedicado al cómic. La previsión es que esa parte de la plaza Tavernes de Valldigna sea reurbanizada por dicha razón, aunque de momento no hay plazo para esas obras. El edificio se encuentra sólo a unos metros del parque que sirve de dormitorio a las personas sin hogar.
La situación es mala para las familias de la zona y también para los que no tienen más alternativa que dormir en un banco o incluso en un columpio, como sucede a veces con uno grande en forma de cuenco, donde se da la imagen terrible de una persona tapada con mantas y todo lo que pueda para calmar el frío, que ya empieza a ser intenso.
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Como publicó LAS PROVINCIAS, el Ayuntamiento ha tenido que hacer frente a situaciones como la que se vive en el barrio del Carmen con la construcción de dos nuevos albergues, uno en Quatre Carreres y otro en el entorno de la avenida del Cid. Además, ayer mismo la concejala de Servicios Sociales, Isabel Lozano, anunció las obras para la habilitación de un edificio social en dos parcelas municipales situadas en la calle de los Ángeles, en el barrio del Cabanyal.
Se trata de un proyecto financiado a través del programa Edusi de fondos europeos, cuyo objetivo es ofrecer una respuesta a las personas que, por motivos de urgencias sociales, necesitan una vivienda puntual hasta la búsqueda de una permanente, de titularidad pública o alquiler subvencionado.
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El presupuesto de adjudicación asciende a 133.205 euros y se ha estimado un plazo de 17 meses hasta la apertura de 20 habitaciones con un total de 40 plazas. La idea es que se parezca más a una vivienda que a un albergue colectivo al uso.
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