Ribó fía el futuro de Fuset al resultado del juicio por el accidente mortal en Viveros

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, volvió a mostrar ayer su respaldo al concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, quien se sentará en el banquillo acusado de un delito de homicidio imprudente por el fallecimiento de un trabajador mientras montaba las gradas para los conciertos de Viveros en junio de 2017. Ribó, en la inauguración este lunes de la feria internacional de cerámica Cevisama, insistió en que el accidente mortal de Viveros es un hecho «muy lamentable», pero quiso dejar claro que «no tiene nada que ver con la corrupción». Al respecto, el alcalde aclaró que la línea roja de Compromís para los cargos públicos acusados -es decir, para que dimitan o que sean cesados- es que se trate de casos de corrupción y que se abra juicio oral, pero en este caso «vamos a esperar» a ver la resolución del juicio. Fuset «irá y se defenderá en el juicio, y después hablaremos», advirtió Ribó, aunque señaló que espera que el juicio tenga «un desenlace positivo» para su compañero de partido y concejal del equipo de gobierno que preside en coalición con el PSPV.

Por su parte, el también presidente de la Junta Central Fallera (JCF) aseguró el viernes que tiene la «conciencia tranquila» y «confianza plena de que esto llegará a buen puerto». «Evidentemente, no es un plato de buen gusto, pero estábamos preparados porque era estadísticamente previsible que esto pudiera pasar, y más tratándose de un caso de esta complejidad», declaró.

Por su parte, la portavoz del grupo popular en el Ayuntamiento de Valencia, María José Catalá, calificó ayer de «absoluta estafa» a Compromís por su «incoherencia» con las «líneas rojas» marcadas y el concejal de Cultura Festiva en el consistorio y portavoz de la coalición, Pere Fuset. Catalá lamentó que esas «líneas rojas que imponía Compromís cuando estaba en la oposición no van ahora con ellos cuando gobiernan». A juicio de la portavoz, «el alcalde Joan Ribó no debe haber leído el auto de procesamiento, o no le debe haber interesado, porque decir que no es un caso de corrupción cuando se apunta a una prevaricación clarísima que derivó en un homicidio por imprudencia de un operario en el montaje de las gradas de los conciertos de la Feria de Julio en Viveros, es negar la realidad y querer tomar el pelo a los valencianos».

En concreto, y según recoge el auto de la Audiencia de Valencia, el Ayuntamiento adjudicó el montaje de infraestructuras para el evento a la cadena Cope y la contratación de artistas a T Tercios SLU; pero Fuset remitió una carta de su puño y letra en la que imponía la «instalación de unas gradas por terceros que no habían participado en el proceso», es decir, «al margen de cualquier procedimiento administrativo». Fue una decisión «personal» del edil, insiste la resolución de la Audiencia. Y esto se hizo con una gran premura de tiempo, apenas unos días antes del arranque del certamen, lo que impidió la colocación de más medidas de seguridad. Toda esta participación del concejal no puede calificarse de «baladí», aclara el auto. Admite el tribunal que no era Fuset el encargado del montaje ni participó en el dispositivo directamente, pero «tomó la decisión de su realización al margen de la legalidad y despreocupándose de las medidas de seguridad para los trabajadores». No resulta, por tanto, «infundada» la tesis del instructor de que su actuación fue «determinante». En otras palabras, «asumió una conducta fáctica absolutamente decisiva para el posterior desenlace fatal». También la Sala subraya la importancia de las sanciones que recibió el Consistorio por este accidente.