El tiempo es relativo y mientras que para los vecinos que viven en las polémicas Casitas Rosa de la Malvarrosa –donde se vende droga ... a diario– es urgente hacer una actuación integral para aminonar los problemas de convivencia que sufren los residentes de toda la vida, en el Ayuntamiento de Valencia los procedimientos llevan otro ritmo y todavía están en la fase de analizar la situación y ver qué política urbanística y social sería adecuado aplicar para cambiar la situación.
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De hecho, la concejalía de Desarrollo Urbano ha previsto para mañana una jornada en la sede de la Universidad Popular de la Malvarrosa, a partir de las 16 horas, con el objetivo de debatir sobre las experiencias en otras ciudades con casos similares a las Casitas Rosa.
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Y es que no hay que olvidar que la concejalía que dirige la vicealcaldesa Sandra Gómez encargó hace unos meses un estudio a la Fundación Ecodes y el Observatorio Ciudad 3R, bajo la dirección del arquitecto y urbanista Juan Rubio del Val, que incluye un primer informe, el desarrollo de la jornada que tendrá lugar mañana y luego se precisarán dos meses para la elaboración de un documento con las conclusiones.
Mientras, algunos de los residentes de toda la vida de estos bloques de viviendas situadas en calles como San Juan de Dios, Pedro Velasco, San Rafael, Padre Antón Martín y avenida de la Malvarrosa, aseguran que es preciso tomar decisiones pronto para poder vivir con dignidad.
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Vecinos que prefieren no dar a conocer su nombre para evitar problemas, afirman que «todos los días deambulan las personas con problemas de droga para buscar su dosis y se vende a todas horas, no se descansa».
Algunos explican que es «como si estuviéramos viviendo en el Bronx de Nueva York porque hay gente que vive de forma salvaje y sin respetar las normas mínimas de convivencia».
También describen que «hay unos patios de los bloques, en la calle Pedro Velasco, que son todo pisos ocupados ilegalmente y hay un gran descontrol».
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Los afectados explican que «es habitual que las personas dependientes entren en estas casas a por sus dosis o que incluso estén en los patios interiores y se fuman el material que les dan».
Al problema de la droga se suma el de la suciedad que se genera en las fincas. «Resulta que tiran todo tipo de cosas desde las ventanas al patio interior. Desde pañales usados, hasta botellas y también colchones y hemos visto hasta lanzar muebles por la ventana desde un tercer piso».
Describen que «en dos ocasiones se han quemado parte de las palmeras que hay en el patio interior, pero es que además, cuando les viene en gana hacen fogatas con la basura y residuos que se acumulan e incluso hay ocasiones en las que ordenan a los drogodependientes que tienen haciéndoles los recados que recojan la basura acumulada».
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A la hora de buscar soluciones, los residentes consultados lo tienen claro: «El que no tenga escritura de propiedad de los pisos, no tiene que estar».
Y no dudan en afirmar que «es preciso que se derriben los patios de la calle Pedro Velasco, donde hay muchos pisos ocupados».
Precisamente esta es una de las ideas que ha lanzado en alguna ocasión la vicealcaldesa Sandra Gómez, que ha hecho referencia a que el plan de la Malvarrosa incluirá derribos, sin adelantar a qué calle en concreto se refiere.
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Alguno de los residentes consultados, incluso va más allá, y propone «que ahora que dicen que la comisaría de la Policía del Marítimo está en mal estado y han tenido que salir de allí, por qué no derriban los bloques de Pedro Velasco y construyen aquí la nueva comisaría».
A la espera de los anuncios que pueda hacer el equipo redactor del estudio el jueves y del debate que se establezca con los asistentes a la reunión en la avenida de la Malvarrosa, desde la asociación de vecinos 'Amics de la Malva', su portavoz, Pau Díaz, detalla que «nos interesa acudir al debate del jueves» y aclara que «no sólo queremos recibir información, además, insistimos en que queremos participar».
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Lo que piden es que «no se haga el plan sin que se escuche la opinión de los vecinos porque es importante que hablen con la gente que vive allí y alrededor y con el conjunto del barrio de la Malvarrosa».
Díaz aclara que quieren «soluciones multidisciplinares. No se trata sólo de una solución policial. Queremos un barrio integrador, donde se den soluciones a personas en situación vulnerable y el plan tiene que tener pilares sociales, educativos y también sanitarios».
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