El pasado y presente del puente de Aragón en siete diferencias

El antiguo cauce del Turia está plagado de construcciones que hacen de Valencia una ciudad singular, con puentes de diferentes estilos que guardan trozos del pasado de la ciudad. El de Aragón es uno de los que recuerda una parte del centro ya desaparecida que mucos probablemente desconozcan a día de hoy. Porque junto a la pasarela actual, hace más de 120 años, se encontraba una de las principales estaciones de la capital.

El Puente de Aragón, de estilo racionalista y obra de los ingenieros Arturo Monfort, José Burguera y Gabriel Leyda, se inauguró en agosto de 1933 y prolonga la Gran Vía Marqués del Turia en dirección al puerto. Fue uno de los pocos puentes que sobrevivieron a la gran riada de 1957, que aquel 14 de octubre se llevó por delante el de la Exposición, el Pont de Fusta y el de Campanar, entre otros muchísimos destrozos que aceleraron la desviación del Turia con el Plan Sur.

Esto es todo lo que ha cambiado hasta ahora:

El puente debe su nombre a la antigua estación de ferrocarril Valencia-Alameda, aún presente en la imagen antigua y hoy desaparecida, que también era conocida popularmente como estación de Aragón porque transportaba a los viajeros hasta la ciudad y pueblos aragoneses. La terminal, inaugurada en 1902, se situaba al inicio de la vía y dejó de prestar servicio en 1941 por la nacionalización del ferrocarril con la creación de la red Renfe.

No fue hasta mayo de 1968 cuando se cerró al tráfico de viajeros, pero aún se mantendría operativa como talleres y depósito de material hasta 1974, cuando se derribó todo el complejo por la actuación urbanística de la actual avenida. «El cierre de la estación permitirá efectuar en su día la prolongación del paseo al Mar. También se podrá proceder al levantamiento de vías y derribo de la caseta y construcciones adicionales situadas frente al puente de Hierro», narraba una crónica de LAS PROVINCIAS de 1968.

Lo que todavía podemos apreciar de la antigua estación de Aragón son las torretas de aduana, en la rotonda de la plaza de Zaragoza. Las casetas que se utilizaban como aduana de mercancías y que son lo único que queda de la terminal ferroviaria.

Las grandes columnas de hierro que se aprecian en la fotografía antigua servían para sujetar el alumbrado y los cables del tranvía, que formó parte del paisaje urbano de Valencia hasta mediados del siglo XX y se puede ver a la derecha de la imagen.

En el puente hay cuatro esculturas alegóricas labradas en piedra de 1933, creadas por el escultor valenciano José Terencio Farré, que aunque visualmente son idénticas, ya no son las mismas. Algunas piezas fueron repuestas por el escultor Jesús Castelló Molar por el deterioro en el que se encontraban. En el lado que da a Gran Vía Marqués del Turia, se encuentran la obras que representan la 'Sabiduría' y al 'Labrador', mientras que las que dan a la plaza de Zaragoza simbolizan al 'Pescador' y a 'Valencia'.

Los primeros coches no comenzaron a llegar a Valencia hasta las primeras décadas del siglo pasado, cuando solo unos pocos privilegiados podían permitirse el lujo de circular en automóvil por el centro de la ciudad. En la imagen antigua aún se aprecia un caballo llevando un carro de tracción en una calzada casi vacía, sólo marcada por las vías del tranvía y en la que se ve un único coche. Con el tiempo, el puente se adaptó al creciente tráfico con los semáforos y señales que se ven actualmente. El puente aún mantiene sus dos calzadas laterales para peatones pero se han incorporado carriles para la circulación vial.

Justo al final del puente, cerca de donde antes se encontraba la antigua estación, vemos ahora la rotonda de la plaza de Zaragoza. Además de conservar las torretas de aduana de forma simbólica, este punto vertebra dos importantes arterias del tráfico en la ciudad, organizando la circulación vial entre el paseo de la Alameda, la avenida de Aragón y la del Puerto.

El entorno de la antigua estación ha cambiado por completo y por donde antes pasaban las vías ahora circulan vehículos y peatones. Los edificios fueron construyéndose alrededor de la Alameda, donde comenzaron a proliferar los inmuebles a mediados del siglo XX. Por ejemplo, en 1940 se levantó el número 25 del paseo de la Alameda y en 1950 el 1 de la Avenida de Aragón, justo detrás del puente.

Conoce más diferencias entre el pasado y presente de la ciudad: el puente de la Exposición, el pont de Fusta, el puente de Campanar, la plaza del Ayuntamiento, la plaza de Toros , el Mercado de Colón, la porta de la Mar o el puente del Real.