Dos almas, una Comunitat: Cara a cara entre José Manuel Prieto y Teresa Cervera

El progreso bien entendido: Cara a cara entre José Manuel Prieto y Teresa Cervera es la séptima entrega de la serie Nueve de Octubre, nueve miradas, que LAS PROVINCIAS publica con motivo de los festejos del 9 d'Octubre. Su mirada se completará con otros encuentros planteados de forma semejante, mediante la contraposición de ideas respecto a un mismo ámbito temático.

Nueve miradas -nueve capítulos- multiplicadas por dos que encarnan la aportación de LAS PROVINCIAS al propósito central de cada 9 de octubre: indagar sobre nuestro ADN y poner las bases de una sociedad valenciana más responsable cuanto mejor informada.

La alcaldesa de Bugarra por el PP, Teresa Cervera, exhibe una energía vital que desmiente su condición de abuela (pero abuela joven, ojo: tiene 58 años) y explica su éxito al frente del Ayuntamiento de un pueblo escasamente poblado (no llega a los 800 habitantes) pero bendecido por la mayor playa fluvial de la Comunitat, que bebe del río Turia, y por un argumento más prosaico: en su municipio no hay paro. El dato del pleno empleo asombra a su interlocutor, el joven socialista José Manuel Prieto (33 años), alcalde de Gandia, mientras se encaminan hacia la salida. Acaban de protagonizar en LAS PROVINCIAS un coloquio que opone la visión de Cervera al frente de un pequeño pueblo en el interior valenciano, con los sudores que reclama pilotar la capital de la Safor, que multiplica casi por cien el número de vecinos que gobierna Cervera, un censo que engorda durante la campaña de verano sin que (y Prieto pone mucho énfasis en subrayar este aspecto) Gandia pierda su identidad, un acusado ADN: «La gente de Gandia es muy de Gandia». «Y los de Bugarra, muy de Bugarra», sonríe Cervera. Esa coincidencia no será la única que surja durante su conversación, muy rica en acuerdos pero también atenta a recoger las distintas sensibilidades que ellos encarnan.

Por ejemplo, la cuestión idiomática. «En Bugarra somos castellanoparlantes, pero nos sentimos plenamente integrados en la Comunitat». El otro foco de discrepancia llegará hacia el final de su charla, cuando reflexionen sobre el futuro que merece la tierra que comparten y hoy celebra el 9 de octubre. «Falta unidad», sostiene ella. «¿Tú crees?», le replica Prieto.

-Claro que lo creo. Me gustaría que hubiese un pelín más de consenso entre todos los valencianos. Falta un poquito de unión, la que tienen otras comunidades. Seamos de la ideología que seamos, sería bueno que tengamos un punto de unión entre todos.

-Yo creo que hay cosas en que se ha avanzado mucho y el president Puig eso lo tiene muy claro. La cuestión de la financiación, por ejemplo. Creo que hemos marcado agenda propia. No puede ser que, gobernase quien gobernase en Madrid, estemos peor que otros territorios.

-Es que nunca nos han mirado. Se nos ha ninguneado, como dices, gobierne quien gobierne.

-Yo es que creo que somos uno de los mejores pueblos del mundo. De verdad. Pocos pueblos en el mundo lo hacen como lo hacemos nosotros.

Prieto zanja con este último párrafo esa diferencia central que encuentra su discurso con el mensaje de Cervera. El alcalde de Gandia había iniciado su intervención reivindicando su «orgullo de ciudad» en estos términos: «Somos un polo de atracción de las comarcas centrales, a caballo de Valencia y Alicante, con buena comunicación con ambas ciudades y también con la Marina». Una perspectiva que se contrapone con el paisaje propio de Bugarra, un municipio sostenido por la agricultura enarbolando la bandera castellanohablante, que convive con una férrea defensa de su aportación al conjunto de la Comunitat. «El 9 de octubre se vive también en Bugarra como la festividad que es pero no con la grandiosidad de sitios como Gandia», señala su alcaldesa. «Somos una comarca muy peculiar, muy amplia, con pocos habitantes, pero nos sentimos valencianos. Y somos valencianos». Un punto de vista que complementa el de Prieto, quien apunta hacia el fuerte arraigo de la festividad entre sus vecinos mientras se abre paso el apartado reivindicativo. Cada cual, desde su óptica. «Nos falta el tren», dirá el alcalde de Gandia. «A nosotros, las carreteras», apostillará Cervera.

Llega la hora de la conclusión. Ambos miran hacia el interior de sus ayuntamientos y reflexionan sobre la condición de alcalde con unas palabras que pueden firmar al unísono. A saber: «Los alcaldes somos responsables. Si viene un vecino y te pide trabajo, le das ayuda. A un vecino no le puedo decir que eso que pide no es mi competencia, le tengo que decir que es mi responsabilidad. Se trata de que su problema sea para ti el más importante».

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